¿Qué pasa si tengo 150 de azúcar en sangre?

Uf, 150 de azúcar… Me acuerdo cuando a mi abuelo le diagnosticaron prediabetes. Al principio no le hizo mucho caso, total, “un poco alto, nada grave”, decía. Pero luego… ¡madre mía! Las complicaciones le vinieron todas juntas, y la verdad, no quiero que nadie pase por lo mismo.

¿150? Bueno, a ver, no es para entrar en pánico, pero tampoco es para tomárselo a la ligera. Para mí, que te salga 150 es como una llamada de atención, ¿sabes? Como si tu cuerpo te estuviera diciendo: “¡Eh, oye! Que algo no va bien, presta atención un momento”.

Está ahí, en esa zona gris donde todavía puedes hacer algo. Piensa que está rozando la prediabetes, ¡eso ya es algo! Yo en tu lugar, no me lo pensaba dos veces: directo al médico. En serio, no lo dejes pasar. He visto a gente esperar y arrepentirse.

Y después, ¿qué? Pues toca ponerse las pilas. A ver, ¿cómo estás comiendo? ¿Muchos dulces, bollería industrial, refrescos? Ahí hay que meter tijera, ¿no crees? A mí me cuesta horrores dejar el chocolate, ¡lo reconozco! Pero intento compensarlo con fruta y verdura.

Y el ejercicio… ¡Ay, el ejercicio! Es lo que más cuesta, ¿verdad? Pero aunque sea dar un paseo de media hora al día, ya es algo. Yo me apunté a clases de baile y la verdad, me lo paso genial y encima quemo calorías.

Es que, en serio, con el azúcar no se juega. No quiero asustarte, pero piensa en todas las cosas que pueden pasar si no te cuidas: problemas de corazón, riñones, vista… ¡Una lista interminable! ¿De verdad quieres eso?

Así que, ¡ánimo! Ve al médico, que te hagan las pruebas necesarias, y empieza a cambiar esos hábitos que no te hacen bien. No lo hagas por mí, hazlo por ti. Por tu salud. Por tu futuro. ¿No crees que vale la pena intentarlo? Yo creo que sí. Y mucho.