¿Qué produce la sal marina en el cuerpo humano?

¿Qué tan saludable es la sal marina?

A ver… la sal marina…¿más sana? Siempre lo he pensado, como más natural, ¿no? Pero ahora que lo pienso…

• Sal marina y sal de mesa: casi iguales. Cloruro de sodio a tope.

• Trazas de minerales… ¿Sirven para algo realmente? Nah, creo que no. Es como echarle perejil al plato para que parezca más elaborado.

• Mi abuela siempre le echaba sal a todo. ¿Será por eso que tenía la tensión alta? ¡Uy, qué mal!

• ¡Ojo con la presión arterial! Demasiada sal = riesgo cardiovascular. A cuidarse toca.

• ¿Y qué hago yo con mi salero de diseño con sal marina? ¡Lo compré en un viaje a la costa! Bueno, usarla con moderación, supongo.

En resumen: la sal marina no es significativamente más saludable que la sal de mesa. ¡Modera su consumo!

¿Y si pruebo a usar menos sal y más hierbas aromáticas? ¡Quizá así engaño al cerebro! A ver si encuentro recetas nuevas. Tengo que dejar de pensar tanto en esto.

¿Cómo afecta la sal a la tensión arterial?

La sal, la maldita sal… Afecta, joder, sí que afecta.

Cuando te pasas con la sal, el corazón se vuelve loco. Bombea como un poseso. Imagina una fiesta dentro de tu pecho, pero una fiesta que nadie quiere. Más sangre, más presión. Todo a mil.

• Siempre me pasa con las palomitas. Me pongo a ver una peli y… ¡zas! Sal por todas partes. Luego me siento fatal.

Con el tiempo, la sal se dedica a estrechar tus vasos sanguíneos. Como si los estrangulara poco a poco. Piensa en una tubería vieja, llena de cal. Pues eso, pero dentro de ti.

• Mi abuelo decía que era como “oxidarse por dentro”. No sé si era verdad, pero me daba miedo.

Ese daño, ese puto daño, puede llegar rápido o lento. Depende de tu cuerpo, de tu suerte. Pero llega.

• Yo a veces siento como si tuviera un nudo en el pecho después de comer algo salado. Será psicológico, pero ahí está.

Información extra, que no sé si sirve de algo:

• Este año, han subido las ventas de medicamentos para la tensión. Será por algo.
• Hay estudios que dicen que la sal afecta más a unos que a otros. Yo creo que soy de los “otros”.
• Ahora estoy intentando cocinar con menos sal. Es un rollo, pero igual me salva la vida.

Pero ¿quién sabe? A lo mejor mañana me da igual y me planto un bocata de jamón con toneladas de sal. La vida es así.

¿Qué efectos negativos tiene el sodio?

¡Ay, el sodio! Ese enemigo silencioso… Me hincha como un globo, ¡es horrible! El otro día me pesé y… ¡ups! Subí dos kilos, seguro que es culpa de las patatas fritas de la semana pasada. ¿Será solo eso? O ¿es el pan también? ¡Siempre me paso con el pan!

Retención de líquidos, eso es lo peor, ¿verdad? Se te nota la cara hinchada, los dedos… ¡todo! Aumenta el peso, claro. Parece que me exploto.

Mi médico dice que es fatal para el corazón, los riñones… ¡todo el sistema! Los obliga a trabajar de más, un sobreesfuerzo constante.

• Daño renal.
• Presión arterial alta, ¡un peligro!
• Problemas cardíacos.
• Aumento de peso ¡odio pesarme!

¿Qué más? Ah, sí, ayer vi un reportaje sobre el tema… Decían que puede afectar a la piel. Algo de eso había leído en una revista, pero ya no recuerdo bien…

Daños al sistema cardiovascular: El corazón se resiente mucho. ¡Tengo que controlar mi consumo de sodio! Necesito empezar a leer más las etiquetas de los alimentos. Dios, qué pereza.

Pensándolo bien, quizás el problema no es solo el sodio, ¡tengo que controlar TODO! Más ejercicio, menos chucherías… ¡Es un cambio de vida, vaya faena! Mi nutricionista me dijo que 2000mg de sodio diarios es una cantidad prudencial.

Aumento de peso: Y no es solo grasa, es el líquido, la hinchazón. Qué rollo. Este fin de semana, comida sana, ¡lo juro!

Aumento de la presión arterial: Me dan sustos cuando me la mido. La verdad, debería de ser más estricta.

Hoy me compré una báscula digital nueva. Ya tocaba. La anterior era vieja, y ya no me fiaba.