¿Qué provoca la falta de sodio?

¿Qué pasa si a mi cuerpo le falta sodio?

¡A ver, a ver! ¿Qué pasa si te falta sodio? Uhm… Te cuento, que yo una vez casi acabo en urgencias por una movida parecida. Si te falta sodio, osea, el sodio bajo, mal asunto.

• Dolor de cabeza: Te puede dar un dolor de cabeza que flipas, como si tuvieras una resaca de campeonato.

• Inapetencia: No te entra la comida ni a tiros. Pierdes el apetito totalmente, y eso no es bueno.

• Debilidad muscular, espasmos o calambres: Aquí la cosa se pone seria. Te empiezan a temblar las piernas, te dan calambres horribles, sobre todo por la noche, y te sientes debilucho, como si te hubieran pegado una paliza. Uf, horrible.

• Náuseas, vómitos: Y para rematar, las ganas de vomitar… que menudo plan. Te sientes fatal del estómago y no paras de potar.

Y ojo, que a mí me pasó por hacer una dieta súper rara que encontré en internet, ¡¡nunca mais!! Menos mal que mi médico me lo pilló a tiempo. Ahora, siempre con sales, ¿sabes? Agua con sal. Y de hecho, por eso ahora siempre llevo en el bolso unas pastillas de sal, por si las moscas. En verano, con el calor, se suda mucho y se pierde sales, es importante reponer. Ah, y no te automediques, ¡eh! Ves al médico si te notas algo raro, que es lo mejor.

¿Qué puedo comer para subir el sodio?

Incrementar el sodio en la dieta requiere consumir alimentos que naturalmente lo contengan o aquellos a los que se les ha añadido. Pero, ojo, no nos volvamos locos que ya sabemos lo que pasa con los excesos.

• Carnes procesadas: Tocino, salchichas y jamón son opciones. Pero ojo, que entre más procesado, más sodio (y otras cosas que no queremos). Es un “quid pro quo”, como dirían los romanos.
• Enlatados: Sopas y verduras enlatadas son prácticas, pero revisa la etiqueta. A veces, lo fácil sale caro. Recuerdo que mi abuela siempre decía: “Más vale prevenir…”
• Panadería industrial: Galletas, bollos y donuts suelen llevar bastante sodio. A veces, lo dulce esconde un secreto salado, ¡vaya paradoja!

Consideraciones Adicionales

• El sodio es esencial, pero el equilibrio es clave. Como en todo en la vida, “in medio virtus”. Un exceso puede llevar a problemas de salud, ya lo sabemos.
• ¿Por qué necesitas más sodio? Si es por una condición médica, consulta a un profesional. No te automediques, ¡por favor!
• Alternativas: Considera añadir sal a tus comidas caseras de forma controlada. Así sabes exactamente cuánto consumes.
• No te obsesiones: La alimentación es un tema complejo. Simplifica y busca un equilibrio.

Si te digo la verdad, yo prefiero el pan hecho en casa y las verduras frescas. Un poco más de trabajo, pero mi cuerpo me lo agradece. ¡Y mi abuela también!