¿Qué puede causar un infarto mortal?

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Un infarto mortal puede ser consecuencia de diversas patologías cardiacas preexistentes. Entre ellas destacan la enfermedad coronaria severa, cardiomiopatías, malformaciones congénitas, y alteraciones en el sistema eléctrico del corazón que interrumpen el ritmo cardíaco normal, provocando paro cardíaco.

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Causas del Infarto Mortal

Un infarto mortal, también conocido como ataque cardíaco, ocurre cuando el flujo sanguíneo a una parte del corazón se bloquea, privándolo de oxígeno. Esta interrupción del flujo sanguíneo puede provocar daños irreparables en el tejido cardíaco, lo que lleva a la muerte.

Varias patologías cardíacas preexistentes pueden contribuir a un infarto mortal:

Enfermedad Coronaria Grave:

La enfermedad coronaria (EC) es la principal causa de infartos mortales. Ocurre cuando las arterias coronarias, que suministran sangre al corazón, se estrechan o bloquean debido a la acumulación de placa. Esto reduce el flujo sanguíneo al corazón, lo que puede provocar un infarto.

Cardiomiopatías:

Las cardiomiopatías son enfermedades del músculo cardíaco que pueden debilitarlo o engrosarlo. Estas condiciones pueden dificultar que el corazón bombee sangre de manera efectiva, lo que puede provocar insuficiencia cardíaca y, en última instancia, un infarto mortal.

Malformaciones Congénitas:

Algunas personas nacen con malformaciones cardíacas, como defectos septales o estenosis valvular. Estos defectos pueden obstruir el flujo sanguíneo o provocar un ritmo cardíaco anormal, lo que aumenta el riesgo de infarto mortal.

Alteraciones en el Sistema Eléctrico del Corazón:

El corazón tiene un sistema eléctrico que coordina sus latidos. Las alteraciones en este sistema, como las arritmias, pueden interrumpir el ritmo cardíaco normal, lo que lleva a un paro cardíaco y a un infarto mortal.

Otros factores que pueden contribuir a un infarto mortal incluyen:

  • Hipertensión arterial
  • Diabetes
  • Hipercolesterolemia
  • Tabaquismo
  • Obesidad
  • Sedentarismo

Es crucial que las personas con estas patologías cardíacas preexistentes tomen medidas para controlar su condición y reducir el riesgo de un infarto mortal. Esto incluye adoptar un estilo de vida saludable, tomar los medicamentos recetados y someterse a exámenes regulares con un cardiólogo.