¿Qué ritmo cardíaco es preocupante?

0 ver

Respuesta:

Si tu frecuencia cardíaca en reposo supera los 100 latidos por minuto (taquicardia) o es inferior a 60 (bradicardia) sin ser atleta, consulta a un médico. La bradicardia, especialmente si se acompaña de desmayos u otros síntomas, podría indicar un problema subyacente que requiere atención. Un profesional podrá evaluar tu situación individual.

Comentarios 0 gustos

¿Cuándo un latido del corazón se convierte en una preocupación? Más allá de los números.

La frecuencia cardíaca, ese tic-tac incesante que marca el ritmo de nuestra vida, es un indicador fundamental de nuestra salud. Si bien es normal que varíe según la actividad física, el estrés o la hora del día, existen rangos que deben alertarnos. A menudo, encontramos la simple regla de 60-100 latidos por minuto (lpm) en reposo como referencia, pero la realidad es mucho más matizada. Decir simplemente que “más de 100 lpm es preocupante” o “menos de 60 lpm es malo” es una simplificación excesiva y potencialmente peligrosa.

Mientras que una frecuencia cardíaca en reposo superior a 100 lpm (taquicardia) o inferior a 60 lpm (bradicardia) en una persona sedentaria sí debería encender una luz de alerta, es crucial comprender el contexto. Un atleta de resistencia, por ejemplo, puede tener una frecuencia cardíaca en reposo significativamente más baja que la media sin que esto represente un problema. De igual manera, factores como la fiebre, la deshidratación, la ansiedad o el consumo de ciertas sustancias pueden elevar temporalmente la frecuencia cardíaca.

La preocupación real surge cuando estas desviaciones de la norma se presentan consistentemente y se acompañan de otros síntomas. En el caso de la taquicardia, debemos prestar atención a:

  • Dolor en el pecho: Un síntoma grave que requiere atención médica inmediata.
  • Mareos o desmayos: Indican que el corazón no está bombeando suficiente sangre al cerebro.
  • Falta de aire: Puede ser señal de problemas cardíacos o pulmonares.
  • Palpitaciones fuertes o irregulares: Una sensación de que el corazón late con fuerza, de forma irregular o que “se salta latidos”.
  • Dolor o presión en la mandíbula, cuello o espalda: Síntomas asociados a problemas cardíacos.

En el caso de la bradicardia, la preocupación aumenta si se manifiesta con:

  • Desmayos o síncopes: Pérdida de conciencia por falta de flujo sanguíneo al cerebro.
  • Mareos persistentes: Sensación de inestabilidad y vértigo.
  • Fatiga excesiva: Cansancio inusual que no se alivia con el descanso.
  • Dificultad para respirar: Falta de aire, incluso en reposo.
  • Confusión o desorientación: Signos de una disminución en el flujo sanguíneo al cerebro.

En resumen, aunque los rangos de 60-100 lpm en reposo sirven como una guía general, no son un diagnóstico. Si experimentas una frecuencia cardíaca persistentemente alta o baja, acompañada o no de los síntomas mencionados, es fundamental consultar a un médico. Un profesional de la salud podrá realizar un examen completo, incluyendo un electrocardiograma (ECG), para determinar la causa subyacente y recomendar el tratamiento adecuado. No te automediques ni ignores las señales que tu cuerpo te envía. Tu salud cardiovascular merece la atención necesaria.