¿Qué se debe hacer cuando se cae un diente?

¡Se me cayó un diente! ¿Qué hago ahora? Guía paso a paso para una emergencia dental.

La repentina pérdida de un diente, ya sea por un golpe, una enfermedad o simplemente la evolución natural, puede ser alarmante. Pero mantener la calma y actuar con rapidez y precisión es crucial para aumentar las posibilidades de reimplantar el diente y evitar complicaciones a largo plazo. Aquí te ofrecemos una guía detallada de qué hacer inmediatamente después de que un diente se ha caído:

1. Tranquilidad y Evaluación Rápida:

Lo primero es mantener la calma. Un estado de nerviosismo solo dificulta la toma de decisiones. Evalúa la situación: ¿Hay sangrado excesivo? ¿Te duele mucho? ¿Cómo te sientes en general?

2. Encontrar y Examinar el Diente:

Localiza el diente caído. Este es el paso más importante. Una vez encontrado, obsérvalo con detenimiento. Inspecciona cuidadosamente la corona (la parte visible del diente) y la raíz (la parte que estaba dentro de la encía) buscando fracturas, grietas o piezas faltantes. Es fundamental determinar si el diente está completo. Una fractura significativa o la ausencia de parte de la raíz puede complicar el proceso de reimplante.

3. Contacto Inmediato con el Dentista:

Después de examinar el diente, informa inmediatamente a tu dentista. Explícale la situación con claridad, incluyendo cómo ocurrió la caída y el estado general del diente. Cuanto antes te pongas en contacto, antes podrá ofrecerte instrucciones personalizadas y programar una cita de emergencia.

4. Manipulación Cuidadosa del Diente:

Este punto es crucial: Evita frotar o limpiar el diente. Aunque tu primer instinto sea limpiarlo, hacerlo podría dañar las delicadas células del ligamento periodontal que aún pueden estar adheridas a la raíz. Estas células son vitales para el éxito del reimplante.

5. Conservación Adecuada del Diente:

La forma en que conserves el diente hasta llegar al dentista es fundamental. Estas son algunas opciones:

• Lo ideal: Si es posible, intenta reimplantar el diente inmediatamente. Lava tus manos con jabón y enjuaga suavemente el diente con agua (sin frotar). Luego, intenta colocarlo de nuevo en su alveolo (el hueco en la encía). Muerde suavemente una gasa o paño limpio para mantenerlo en su lugar. ¡Esta es la mejor opción si te sientes capaz de hacerlo!

• Alternativas de Conservación: Si reimplantarlo no es posible, existen otras opciones:

  • Leche: La leche es una excelente opción gracias a su pH y contenido nutricional que ayuda a preservar las células del ligamento periodontal.
  • Solución Salina: Si tienes solución salina disponible, también es una buena alternativa.
  • Saliva: Como último recurso, puedes mantener el diente en tu boca, cerca de la mejilla, siempre y cuando no exista riesgo de tragarlo, especialmente en niños pequeños.
  • Agua: Evita sumergir el diente en agua corriente durante mucho tiempo, ya que puede dañar las células. Si es la única opción disponible, que sea por el menor tiempo posible.

6. Importancia de la Rapidez:

El tiempo es oro en este tipo de situaciones. Un diente dañado o que ha estado fuera de la boca por mucho tiempo reduce drásticamente las posibilidades de un reimplante exitoso. El objetivo es llegar al dentista lo más rápido posible, preferiblemente en un plazo máximo de una hora.

7. Consideraciones Adicionales:

• Controla el sangrado mordiendo suavemente una gasa limpia en el área afectada.
• Si hay dolor, puedes tomar un analgésico de venta libre como ibuprofeno o paracetamol, siguiendo las instrucciones del envase.
• En algunos casos, el dentista podría optar por no reimplantar el diente. En estos casos, se discutirán otras opciones de tratamiento, como un implante dental, un puente o una dentadura parcial.

En resumen: Si se te cae un diente, actúa con rapidez, evalúa el daño, contacta a tu dentista, maneja el diente con cuidado y consérvalo adecuadamente. Siguiendo estos pasos, maximizarás las posibilidades de salvar tu diente y mantener una sonrisa saludable.