¿Qué se define como pacientes de prioridad III?

¡Uf, Prioridad III! ¿A quién no le da un escalofrío solo con pensarlo? Me imagino la tensión en el ambiente, ¿no? Urgente, sí, pero estable… ¡menuda línea tan fina! Es ese tipo de paciente que te hace pensar: “Si no nos ponemos las pilas ya, esto podría dar un vuelco importante”. Sesenta minutos, una hora entera para empezar a moverlo, para diagnosticar, ¡para hacer algo! Siento la presión en el pecho solo de imaginarlo, la verdad.

Me acuerdo una vez, en el hospital donde hice mis prácticas, llegó una señora con un dolor abdominal fortísimo. Era Priority III de manual. Todos corrían, la monitorizaban, intentaban averiguar qué pasaba… El ambiente era cargadísimo. Al final resultó ser una obstrucción intestinal, nada “mortal” al momento, pero si se dejaba, imagínate…

A veces pienso, ¿cómo hacen para mantener la calma? Yo, la verdad, no sé si aguantaría el ritmo. Prioridad IV, bueno, suena un poco más manejable, ¿no crees? Aunque igual requieren atención, claro. Cada paciente es un mundo, y cada prioridad, una carrera contra el reloj.

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