¿Qué se desarrolla primero en un feto, niño o niña?

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El desarrollo embrionario temprano es similar en ambos sexos, sin embargo, estudios sugieren una ligera aceleración en la velocidad de desarrollo de los embriones masculinos en las primeras etapas, aunque las diferencias son mínimas y no determinan el sexo visible externamente.
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¿Quién se desarrolla primero: niño o niña?

Un misterio que a menudo nos surge es si en el desarrollo de un bebé, el sexo masculino o femenino se manifiesta primero. La respuesta, aunque parezca sorprendente, es que ambos sexos se desarrollan de forma muy similar en las primeras etapas embrionarias.

Durante las primeras semanas de gestación, el embrión es indiferenciado sexualmente. Esto significa que no presenta características distintivas de un sexo u otro. Ambos, niños y niñas, comienzan su desarrollo con un conjunto similar de estructuras, incluyendo los llamados “conductos de Müller” y “conductos de Wolff”. Estos conductos tienen el potencial de convertirse en órganos sexuales internos femeninos (como el útero y las trompas de Falopio) o masculinos (como los epidídimos y los conductos deferentes), respectivamente.

El sexo del bebé se determina en el momento de la concepción, con la combinación de cromosomas de los padres: XX para las niñas y XY para los niños. Sin embargo, la expresión visible de este sexo no se manifiesta hasta semanas más tarde.

¿Existe alguna diferencia en el desarrollo temprano? Estudios sugieren que los embriones masculinos podrían presentar una ligera aceleración en el desarrollo en las primeras etapas. Esta diferencia se observa, por ejemplo, en la formación de los testículos, los cuales se desarrollan un poco más rápido que los ovarios. Sin embargo, estas diferencias son mínimas y no determinan el sexo visible externamente.

En resumen, el desarrollo de un bebé, en las primeras etapas, es muy similar en ambos sexos. La aceleración en el desarrollo de los embriones masculinos es sutil y no afecta a la expresión visible del sexo. Por lo tanto, no podemos hablar de un sexo que se desarrolle “antes” que el otro. Lo que sí sabemos es que la naturaleza nos sorprende con la precisión y complejidad del desarrollo fetal, un proceso fascinante que aún nos tiene mucho que enseñar.