¿Qué se expulsa en un aborto de 2 semanas?

Dos semanas… Apenas un susurro de embarazo, una línea apenas visible en una prueba de embarazo, ¿verdad? Y aún así, la pregunta: ¿qué se expulsa en un aborto tan temprano? Me lo pregunté yo misma, hace años, con un nudo en la garganta que todavía recuerdo. Era un dolor físico, sí, pero sobre todo, un dolor… inmenso.

En mi caso, fue una hemorragia, al principio parecía una regla un poco más fuerte, ¿sabes? De ese rojo oscuro que te deja un poco pálida, agotada. Pero luego… fue a más. Mucho más. Un sangrado intenso, con coágulos… imágenes que, aunque han pasado años, aún se me presentan con una claridad brutal. Recuerdo la sensación de desamparo, la fría soledad de la clínica.

No te voy a mentir, la información médica que encontré fue bastante fría, impersonal. Hablaba de “sangre”, “coágulos”, y punto. Pero, ¿cómo se explica ese vacío interno que se abre paso? ¿Cómo se describe la sensación de perder algo… aunque sea algo tan pequeño, tan temprano?

Es que, a las dos semanas, no es solo sangre. Es algo más. Es la ilusión, la esperanza. Es un futuro que se desvanece, que se va por el desagüe junto con la sangre y los coágulos. Es una experiencia profundamente personal, que cada mujer vive de forma única y… y que muchas veces nadie parece entender del todo.

Claro, técnicamente, se expulsa sangre, y puede haber coágulos. Pero para la mujer que lo vive, es mucho más que eso. Es un dolor difícil de explicar, un proceso que deja una huella profunda. Y quizá, necesitamos hablar de ello con más honestidad, con más humanidad. Porque detrás de las cifras y los datos médicos, hay mujeres. Hay corazones rotos. Hay vidas que cambian para siempre.