¿Qué significa tener ganas de tomar agua?

¿Qué significa tener ganas de tomar agua? Pues… ¿qué te digo? Es una cosa… intensa. A veces es solo sed, ¿no? Esa sensación de boca seca, garganta rasposa… Un vaso de agua fresquita y listo. Pero otras veces… otras veces es distinto. Es como un vacío, un desierto ahí dentro. Una sed que no se apaga con nada. Recuerdo una vez, estaba de viaje por el desierto de Atacama, un calor infernal, y por más agua que bebía, la sed seguía ahí, clavada como una espina. Horrible. Te juro, pensé que me iba a deshidratar ahí mismo. Esa sensación, multiplicada por mil, es la que me da cuando tengo esa sed… ¿cómo decirlo?… voraz.

No es solo la boca seca, es… todo. Una debilidad, un mareo, a veces hasta dolor de cabeza. Y ahí es cuando me preocupo. Porque sé que algo no anda bien. He leído por ahí, no me acuerdo dónde, que puede ser señal de diabetes. ¿Te imaginas? ¡Qué miedo! O problemas de riñón, o incluso ansiedad… Dicen que a veces la ansiedad se manifiesta físicamente, ¿verdad? Una vez leí, creo que en un blog, que alguien sentía una sed insaciable por la ansiedad. No sé, a saber… Yo, si me pasara muy seguido, saldría corriendo al médico. Mejor prevenir que curar, ¿no? Porque una cosa es tener sed normal, y otra muy distinta es sentir que te consumes por dentro. Esa sed… esa sí que asusta.

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