¿Qué tipo de señales reciben las neuronas?

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Las neuronas transmiten impulsos nerviosos, señales eléctricas que viajan a través de ellas desde las dendritas a los botones terminales. Estos impulsos permiten la comunicación entre neuronas, músculos y glándulas.

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El Lenguaje de las Neuronas: Más Allá del Impulso Nervioso

Las neuronas, las unidades funcionales del sistema nervioso, son maestras de la comunicación. Su función principal es transmitir información, pero la idea simplista de un simple “impulso nervioso” eléctrico recorriendo su longitud es una simplificación excesiva. Si bien la señal eléctrica – el potencial de acción – es crucial, la comunicación neuronal es un proceso mucho más rico y complejo que implica una intrincada interacción de señales químicas y eléctricas, recibidas y procesadas en diferentes compartimentos neuronales.

Comencemos con lo fundamental: el potencial de acción. Este es un cambio rápido y transitorio en el potencial eléctrico de la membrana neuronal, que se propaga a lo largo del axón, desde el cono axónico hasta los botones terminales. Es, efectivamente, una señal eléctrica de “todo o nada”: o se produce con toda su intensidad o no se produce. Su frecuencia y patrón de disparo, sin embargo, codifican información crucial, variando según la intensidad y tipo de estímulo recibido. Piensen en el código Morse: puntos y rayas cortos y largos transmiten información diversa a pesar de usar solo dos símbolos básicos.

Pero la recepción de información no se limita al axón. Las dendritas, las ramificaciones arborizadas de la neurona, actúan como receptores, recibiendo una multitud de señales simultáneamente. Estas señales no son solo eléctricas, sino principalmente químicas, en forma de neurotransmisores. Estos mensajeros químicos son liberados por otras neuronas en las sinapsis, los puntos de contacto entre neuronas. Cada neurotransmisor, como la dopamina, serotonina, glutamato o GABA, tiene efectos específicos sobre la neurona postsináptica, pudiendo excitarla (despolarizándola, acercándola al umbral de disparo del potencial de acción) o inhibirla (hiperpolarizándola, alejándola del umbral).

La integración de estas señales químicas es un proceso fascinante. La neurona “suma” los potenciales postsinápticos excitatorios (PPSE) e inhibitorios (PPSI) recibidos en las dendritas. Si la suma algebraica de estos potenciales alcanza el umbral de disparo en el cono axónico, se genera un potencial de acción. Este proceso de sumación, tanto espacial (de diferentes sinapsis) como temporal (de la misma sinapsis a lo largo del tiempo), permite a la neurona realizar una sofisticada integración de información.

Además de los neurotransmisores, las neuronas también pueden recibir señales a través de moduladores, sustancias que no producen potenciales postsinápticos directos, pero sí afectan la excitabilidad neuronal, modificando la respuesta a los neurotransmisores. Estos moduladores pueden actuar a largo plazo, influenciando la plasticidad sináptica, es decir, la capacidad de las sinapsis de modificar su fuerza de conexión.

En conclusión, la “señal” recibida por una neurona es un complejo cóctel de señales eléctricas y químicas, integradas de forma precisa para determinar si la neurona disparará o no un potencial de acción, propagando así la información a través de la red neuronal. Entender esta complejidad es fundamental para desentrañar los misterios del funcionamiento del cerebro y del sistema nervioso.