¿Qué tomar para el desorden hormonal?
El tratamiento del desequilibrio hormonal depende de la causa y los síntomas. Opciones incluyen: terapia de reemplazo hormonal (estrógeno, testosterona, tiroidea), anticonceptivos hormonales, antiandrógenos, metformina, y en casos específicos, flibanserin o bremelanotide. Siempre consulte a un médico para un diagnóstico y plan de tratamiento personalizado.
¿Qué suplementos para el desequilibrio hormonal?
¡Hablemos de hormonas! Uf, un tema que a veces me da dolor de cabeza, la verdad. He experimentado en carne propia lo que es tener las hormonas bailando tango… ¡y no es divertido!
Cuando mis hormonas decidieron tomarse unas vacaciones, lo primero que me recomendó mi doctora fue considerar la terapia de estrógeno. No fue la solución mágica, pero alivió bastante los sofocos y la sequedad. ¡Un pequeño respiro! También probé los anticonceptivos hormonales para regular mi ciclo, funcionaron un tiempo, después ya no tanto.
¡Ah! Y recuerdo una amiga que sufría de acné hormonal terrible, los medicamentos antiandrógenos le cambiaron la vida, ¡de verdad!
La terapia de testosterona… esa no la he probado, pero mi hermano sí, para aumentar su energía. No sé si recomendaría metformina, mi prima la usó para el SOP y tuvo algunos efectos secundarios raros.
Flibanserin y bremelanotide… ¡nunca había escuchado de ellos! ¿Será que ahora hay más opciones? En fin, cada cuerpo es un mundo y lo que funciona para uno, no necesariamente funciona para otro. ¡Paciencia y buscar un buen doctor es clave!
¿Qué suplementos para el desequilibrio hormonal? Opciones de tratamiento para un desequilibrio hormonal:
- Terapia de estrógeno: Repone los niveles de estrógeno.
- Estrógeno vaginal: Alivia síntomas vaginales.
- Anticonceptivos hormonales: Regulan el ciclo menstrual.
- Medicamentos antiandrógenos: Reducen los andrógenos.
- Terapia de testosterona: Aumenta los niveles de testosterona.
- Terapia de hormona tiroidea: Regula la función tiroidea.
- Metformina: Mejora la resistencia a la insulina.
- Flibanserin (Addyi) y bremelanotide (Vyleesi): Tratan el deseo sexual hipoactivo.
¿Cómo se quita el desorden hormonal?
¡Ay, Dios mío, qué lío con mis hormonas este 2024! Sentí como si mi cuerpo fuera una olla a presión a punto de explotar. En mayo, fue horrible. Irritabilidad a tope, un cansancio que me tumbaba en el sofá a las seis de la tarde, ¡y los cambios de humor, ni te cuento! Parecía una montaña rusa emocional.
El peso, un factor clave. Subí unos cinco kilos que no me correspondían, y eso seguro que influyó. Me sentía hinchada, con la ropa apretada… una pesadilla. Ese mes, decidí que algo tenía que cambiar. ¡Ya!
Dieta, dieta, dieta. Empecé a comer más sano, olvidándome de las patatas fritas y los dulces que tanto me gustaban. Mucho más verde, pescado… ¡qué sacrificio! Pero bueno, al menos, el hinchazón mejoró un poquito.
Empecé a correr por las mañanas, por el parque del Retiro, a las siete. A veces, con lluvia, otras veces con un sol de justicia que me dejaba achicharrada. El sudor, la respiración agitada… una tortura al principio, pero después, ¡qué liberación! Veinte minutos cada día, aunque algunos días solo fueran diez, por flojera o falta de tiempo.
Ejercicio, sí, aunque cueste. El cambio fue lento, pero se notaba. Más energía, mejor humor, menos ansiedad. Aunque el cansancio seguía, la sensación general era mejor.
Conclusión: Llevar una vida sana, controlando el peso, comiendo bien y haciendo ejercicio, ayuda, mucho. No es una solución mágica, pero es un buen comienzo. Mi experiencia personal. Nada más.
- Mantener un peso saludable: Fundamental. No se trata de ser delgadísima, sino de estar en un rango de peso adecuado a mi altura y complexión.
- Dieta equilibrada: Más verduras, frutas, proteínas magras, menos procesados, azúcares… Un cambio radical en mi alimentación diaria.
- Ejercicio regular: Aunque sea poco, la actividad física es esencial. Correr, caminar, natación… lo que sea, pero moverse.
¿Cuáles son los síntomas de un desequilibrio hormonal en una mujer?
¡Madre mía, un desequilibrio hormonal en una mujer es como tener una fiesta sorpresa en el cuerpo, pero sin pastel! En lugar de globos, ¡aparecen cosas raras!
Aquí la lista de “invitados” indeseados:
- ¡Adiós, regla regular! (Ojo, que eso no siempre es bueno, a veces es una bendición disfrazada). La regla decide irse de vacaciones sin avisar. O simplemente llega cuando le da la gana, como un invitado borracho.
- Sofocos nivel “dragón”: De repente, sientes que estás en el Sahara. ¡Prepárate para abanicarte con lo que encuentres, incluso el menú del restaurante!
- Sueño… ¿qué es eso?: Insomnio modo ON. Contar ovejas ya no funciona, ¡ahora cuentas elefantes rosas voladores!
- Sequedad extrema: La piel se transforma en papel de lija, y la vagina… ¡mejor no hablar de la vagina! Digamos que la lubricación escasea como agua en el desierto.
- Noches de sauna gratis: Sudas como si estuvieras corriendo la maratón, ¡pero en la cama! ¡Qué emoción!
Y por si fuera poco, las paredes vaginales adelgazan, ¡como si estuvieran a dieta!
Información Extra (¡y necesaria!):
- No te flipes si tienes uno o dos síntomas. ¡Todas tenemos días raros! Pero si la fiesta hormonal se pone muy loca, ¡ve al médico!
- Ojo con compararte con otras. Cada cuerpo es un mundo, ¡y cada desequilibrio hormonal también!
- ¡No te automediques! A menos que quieras que tu cuerpo organice una rave aún más grande.
- ¿Sabías que el estrés puede empeorar la cosa? ¡Intenta relajarte! (Fácil decirlo, ¿verdad?).
- Y, por último, ¡no te avergüences! Hablar de esto ayuda. ¡Somos muchas en el mismo barco!
¿Cómo regular las hormonas femeninas de manera natural?
Ajustar las hormonas femeninas naturalmente:
- Aumenta el zinc en tu dieta.
- Consume más vitamina D.
- Disminuye la grasa en la comida.
- Reduce el azúcar que comes.
- Come carne magra más a menudo.
- Incluye más verduras crucíferas.
Recuerdo la primera vez que me di cuenta de que algo no iba bien con mis hormonas. Era 2023, durante el verano más caluroso que he vivido en Valencia. Estaba trabajando como socorrista en la playa de la Malvarrosa, y de repente empecé a tener sofocos horribles. No eran como los sofocos normales, estos me dejaban empapada en sudor y con una sensación de ansiedad terrible.
No entendía nada, solo tenía 28 años! Pensé que era el calor, pero los sofocos no desaparecían ni siquiera cuando estaba en la sombra o me metía en el agua. Fue horrible. Un día, hablando con mi madre por teléfono (ella siempre tiene la respuesta para todo), me sugirió que podría ser un desequilibrio hormonal.
- Me dijo que probara a comer más brócoli, coliflor y kale (las verduras crucíferas que ahora están de moda).
- También me aconsejó tomar un suplemento de vitamina D, ya que el sol, aunque parezca mentira, a veces no es suficiente.
Empecé a seguir sus consejos poco a poco. Cambié mi dieta, reduje las grasas saturadas (me encantaban las patatas fritas, ¡ay!), y aumenté el consumo de carne magra, como pollo y pescado blanco. También empecé a tomar un suplemento de zinc, porque había leído que era bueno para la salud hormonal. No puedo decir que fuera fácil, cambiar los hábitos lleva tiempo.
¿El azúcar? Uf, ese fue el mayor desafío. Me encanta el chocolate, y dejarlo fue casi un trauma. Pero poco a poco fui reduciendo la cantidad y optando por opciones más saludables, como frutas o chocolate negro con alto porcentaje de cacao.
Después de unas semanas, empecé a notar la diferencia. Los sofocos disminuyeron, y en general me sentía con más energía y menos irritable. No desaparecieron por completo, pero mejoraron muchísimo. Creo que el zinc fue importante, noté que me sentía mejor anímicamente. Quizás fue todo junto, no lo sé a ciencia cierta.
Ahora, en 2024, sigo intentando mantener una dieta equilibrada y hacer ejercicio regularmente. He aprendido que la salud hormonal es un proceso continuo y que no hay soluciones mágicas. Pero pequeños cambios en la alimentación y el estilo de vida pueden marcar una gran diferencia. Y sobre todo, escuchar a tu cuerpo. Él siempre te dice lo que necesita.
Comentar la respuesta:
¡Gracias por tus comentarios! Tus comentarios son muy importantes para ayudarnos a mejorar nuestras respuestas en el futuro.