¿Tiene cura la bradicardia sinusal?

¿Tiene cura la bradicardia sinusal? Ay, qué pregunta tan compleja, ¿verdad? A veces siento que la medicina es una montaña rusa de emociones. Recuerdo a mi tía Elena, que sufría de bradicardia… parecía que la vida le pasaba a cámara lenta, agotada, con esa palidez que te cala hasta los huesos. Decir simplemente que “no necesita tratamiento” me parece… descarado, ¿no? Como si la experiencia de vivir con un corazón que late como una mariposa perezosa fuese algo insignificante.

Claro que depende. Depende de cómo te sientas. Si vas por ahí como un zombie, con mareos constantes y una fatiga que te deja tirado en el sofá a las cinco de la tarde, ¿quién te dice que no necesitas ayuda? Un 70% de los casos, dicen los médicos, son asintomáticos. ¡Genial! Pero ¿y el otro 30%? ¿Y mi tía Elena, que se pasaba el día hecha polvo? A ella, los estudios le decían que “no era para tanto,” pero ¿quién mide el sufrimiento? ¿Quién cuantifica la frustración de no poder hacer lo que antes hacías con facilidad?

Buscar la causa, sí, por supuesto. Eso es fundamental. Pero, mientras tanto… ¿qué? ¿Debemos esperar sentados a que la magia suceda? No lo creo. La calidad de vida, amigos, es lo primero. Yo misma, con mis migrañas – que no tienen nada que ver, pero me dan una idea– sé lo importante que es aliviar los síntomas, aunque la raíz del problema sea un misterio. Un analgésico no cura la migraña, pero me deja funcional, ¿y qué mejor que eso? Tal vez sea necesario un marcapasos, tal vez no. Pero ignorar el malestar, eso sí que me parece una barbaridad. Necesitamos soluciones, ¿no? Algo que nos devuelva la energía, la alegría, la vida, aunque sea un poquito. Porque la vida, a veces, va demasiado deprisa, como una carrera loca… y cuando tu corazón va lento, lo sientes con más intensidad, ¿sabes?