¿Cuántos lúmenes tiene que tener un buen proyector?

¡Ay, los lúmenes! ¿Cuántas veces me he hecho esa pregunta antes de comprar un proyector? Es que, a ver, uno quiere lo mejor, ¿no? Quiere ver esa película o jugar ese videojuego y que se vea de maravilla, ¡que te transporte!

Para mí, eso de 1500 lúmenes… me parece como poco, muy poco. A no ser que seas de esos que ven las pelis con la persiana bajada al máximo, casi como en una cueva, ahí quizás te valga. Pero, seamos sinceros, ¿quién vive así? Yo, desde luego que no.

En mi salón, que no es gigante pero tampoco una caja de zapatos, creo que el mínimo indispensable son 2000 lúmenes. Y si hay un rayito de sol colándose por la ventana, ¡adiós imagen decente! Ahí ya te tienes que ir a 3000, sin pensarlo dos veces.

¿Por qué? Pues porque no quiero ver una imagen lavada, descolorida. Quiero que los colores sean vivos, que los negros sean profundos, que me sienta de verdad dentro de la película, ¿sabes? Como cuando fui al cine a ver “Avatar” la primera vez. ¡Qué pasada! Y eso, amigos míos, requiere potencia lumínica, ¡no hay otra!

Recuerdo una vez que compré un proyector barato, de esos de “chollo”. ¡Qué error! Tenía pocos lúmenes y, claro, la imagen se veía fatal, incluso de noche. Al final, me tocó devolverlo y gastar un poquito más en uno decente. Moraleja: a veces, lo barato sale caro. Y en el mundo de los proyectores, ¡más aún! ¿No os ha pasado algo parecido alguna vez?