¿Cómo ir a la isla de Porto Santo?

Desembarcando en el Dorado: Cómo llegar a la Isla de Porto Santo

Porto Santo, la hermana menor de Madeira, guarda un secreto dorado: kilómetros de playas de arena fina y aguas cristalinas que invitan a la desconexión. Pero, ¿cómo alcanzar este paraíso atlántico? Aunque su belleza permanece aún un poco al margen del turismo masivo, acceder a Porto Santo es más sencillo de lo que parece, con opciones que se adaptan a diferentes preferencias y presupuestos.

La vía más común y regular para llegar a Porto Santo es a través de su vecina, Madeira. Concretamente, desde Funchal, la capital madeirense, opera la compañía Porto Santo Line, que ofrece un servicio de ferry diario (con la excepción de los lunes). Esta travesía marítima, de aproximadamente 2 horas y 15 minutos, permite disfrutar de las impresionantes vistas del océano Atlántico y, con un poco de suerte, avistar delfines o ballenas que frecuentan estas aguas. Es recomendable reservar los billetes con antelación, especialmente en temporada alta, para asegurar la plaza y elegir la clase que mejor se adapte a tus necesidades, ya sea la clase estándar o la clase ejecutiva, que ofrece mayor comodidad.

Además del ferry regular, una alternativa interesante, aunque menos frecuente, es considerar la posibilidad de un crucero. Algunas rutas de cruceros que tienen como destino Funchal, incluyen una escala en Porto Santo. Esta opción permite combinar la visita a ambas islas y disfrutar de la experiencia a bordo del crucero. Sin embargo, es crucial verificar minuciosamente el itinerario antes de reservar, ya que no todos los cruceros incluyen esta parada. Investigar las compañías de cruceros que operan en la zona y sus respectivas rutas es fundamental para asegurar que Porto Santo forme parte del viaje.

Finalmente, para aquellos que buscan la máxima flexibilidad y rapidez, existe la posibilidad de volar directamente al Aeropuerto de Porto Santo (PXO). Varias aerolíneas ofrecen vuelos regulares desde diferentes ciudades europeas, especialmente durante la temporada turística. Esta opción, aunque generalmente más costosa que el ferry, reduce significativamente el tiempo de viaje y permite aprovechar al máximo los días de estancia en la isla.

En definitiva, llegar a Porto Santo es un viaje en sí mismo, ya sea navegando las aguas atlánticas o surcando los cielos. Sea cual sea la vía elegida, la recompensa es la misma: el descubrimiento de un auténtico paraíso de sol y playa.