¿Qué parte de la flor es el cáliz?

¿Qué parte de la flor es el cáliz? Ay, qué pregunta tan bonita, que me lleva a recuerdos… Recuerdo cuando era niña, pasando horas en el jardín de mi abuela, desmenuzando flores, casi siempre claveles, para ver qué había dentro. Y ahí estaban, esas hojitas verdes, pequeñas y a veces casi imperceptibles, abrazando el capullo como si fuera un bebé. ¿No es increíble?

El cáliz, esas hojitas verdes, ¡parecen tan insignificantes, y sin embargo, tan importantes! Son como una pequeña fortaleza, ¿verdad? Protegiendo esos pétalos tan delicados, esos que luego se abren con tanta alegría, mostrando sus colores vibrantes, un espectáculo para los ojos y, claro, para las abejas, las mariposas… Recuerdo una vez, un colibrí, tan chiquitito, que se posó justo en el cáliz de una flor de petunia, como si fuera un trono diminuto. ¡Qué momento!

Me fascina pensar en la función del cáliz, ¿sabes? Es como una madre protectora, cuidando a la flor hasta que está lista para mostrarse al mundo, para atraer a los polinizadores… ¡Qué eficiente es la naturaleza, eh! Esas hojitas verdes, a veces tan discretas, ¡tan fundamentales! A veces me pregunto, ¿cuánta gente realmente se fija en el cáliz? A lo mejor, ni siquiera le prestan atención. Pero yo sí, desde pequeña, me he maravillado con su belleza casi invisible, su importancia silenciosa. Y no digo que sea algo científico, pero me parece que, sin el cáliz, la flor no sería la misma… no sería tan perfecta, tan… completa.