¿Qué tomate es más carnoso?

La Gran Batalla de la Carnosidad Tomatosa: ¿Cuál es el Rey? (Y por qué el Pera está en mi podio personal)

A ver, amigos, vamos a hablar de algo serio, algo que nos apasiona a los amantes de la buena cocina: la carnosidad del tomate. Porque no todos los tomates son iguales, ¡ni de lejos! Hay tomates que parecen llenos de agua y otros… ¡oh, esos otros! Esos que son un festín de pulpa jugosa y sabrosa. Y sí, me dejo llevar por mi pasión, porque para mí, el tomate pera se lleva la corona de la carnosidad, sin lugar a dudas.

Es que esa piel finita, casi imperceptible en la boca, es una invitación directa a un festín de pulpa. ¡Pura textura, puro sabor! Ese puntito dulce que lo caracteriza es el broche de oro, un toque que lo diferencia de otros tomates, haciéndolo irresistible.

Recuerdo una vez, estaba haciendo un gazpacho, uno de esos que te transportan directamente a un mediodía soleado en Andalucía. Probé con distintos tipos de tomate, incluso con algunos que se publicitaban como “extra carnosos”. Pero nada, ninguno se acercaba a la experiencia sensorial que me proporcionó el tomate pera. Su textura suave, esa jugosidad que explota en la boca… ¡una maravilla! Hasta para una simple salsa casera, notarás la diferencia: esa salsa, con el pera, tendrá una consistencia y un sabor infinitamente superior.

Claro, sé que hay gustos para todo. Muchos defienden con uñas y dientes al tomate Raf, y es cierto que su sabor intenso y su dulzor son inigualables. Pero en cuanto a carnosidad pura y dura, creo que se queda un poco atrás. Sus paredes celulares son más gruesas, y aunque su pulpa es rica, no alcanza la misma proporción de pulpa/piel que el pera. He leído estudios que comparan la composición de distintos tipos de tomates, y aunque no hay datos exactos sobre “carnosidad” (que es un concepto bastante subjetivo), sí se analiza la proporción de sólidos solubles, que es un indicador de la concentración de azúcares y otras sustancias, y en ese sentido el tomate pera suele tener puntuaciones altas. (Aquí incluiría la cita de un estudio científico si lo encontrara, pero lamentablemente no he logrado localizar uno que se centre específicamente en la carnosidad).

La frustración me invade cuando voy al mercado y no encuentro tomates pera de calidad. ¡Es una tragedia culinaria! Me encuentro con tomates grandes y rojizos, pero vacíos por dentro, prometiendo mucho y ofreciendo poco. Es como una cita a ciegas que termina en un fiasco.

En resumen, aunque cada tomate tiene su encanto y su lugar en la cocina, para mí, la corona de la carnosidad se la lleva el tomate pera. Es una cuestión de experiencia personal, de esa sensación inolvidable en el paladar. Y claro, como digo siempre, la mejor manera de comprobarlo es probándolos todos y decidiendo por uno mismo. Pero si todavía no has probado un gazpacho hecho con buenos tomates pera… ¡te estás perdiendo una experiencia gastronómica sublime!

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