¿Por qué un hombre deja de amar a una mujer?

¿Por qué un hombre deja de amar a una mujer? Uf, qué pregunta tan… ¿dolorosa? ¿Complicada? No sé, a veces pienso que es un misterio insondable, como el universo. Pero bueno, a ver si puedo ponerle palabras a esto desde mi propia experiencia, ¿no?

Dicen por ahí que la fatiga emocional es la culpable. Y sí, ¿quién no se cansa de las discusiones constantes? Esas peleas que a veces parecen no tener ni pies ni cabeza, ¿te acuerdas de aquella vez que nos peleamos por quién había dejado la luz del baño encendida? ¡Increíble! Parecía una tontería, pero en ese momento… bueno, ya sabes. Esas cosas, aunque parezcan pequeñas, van creando un ambiente… pesado. Tóxico, como dicen. Como si el aire se volviera denso, difícil de respirar. Te alejas casi sin darte cuenta. Es un desgaste, una erosión lenta, pero constante. Como el mar contra las rocas, ¿no? Al final, lo que antes era amor, interés, cariño… se deshace. Se convierte en polvo.

No sé si serán estudios o qué, pero he escuchado que muchas parejas terminan por esto. No por grandes dramas, sino por el goteo constante de pequeñas decepciones, de reproches… Es como si el amor se fuera vaciando poco a poco, gota a gota, hasta que no queda nada. Y te quedas ahí, con las manos vacías, preguntándote qué pasó, ¿dónde se fue todo?

Recuerdo a mi tío Pepe, siempre decía que el amor era como una plantita: hay que regarla, cuidarla, protegerla del frío. Si no, se marchita. Y creo que tenía razón. A veces, sin querer, dejamos de regar la plantita, ¿no crees? Nos enfocamos en otras cosas, en el trabajo, en los amigos, en nosotros mismos… y la dejamos ahí, solita, a la espera de un poco de atención, de cariño. Y claro, al final… se seca. Se muere.