¿Qué es estable en una relación?

¡Uf, la estabilidad en una relación! Vaya temazo, ¿verdad? Para mí, es como… como intentar dibujar una línea recta en el mar. Siempre hay olas, siempre hay movimiento, pero la idea es que haya algo que te mantenga a flote, ¿sabes?

Vamos, que para mí la estabilidad no es evitar las broncas, porque, a ver, ¿quién no discute? ¡Si hasta mi abuela discutía con el loro! Lo importante es que, por mucho que salten chispas, haya una base sólida. Y esa base, para mí, tiene tres pilares fundamentales: comunicación, respeto y confianza.

La comunicación, por ejemplo, es básica. Recuerdo una vez, con un ex… Madre mía, ¡qué desastre! No nos comunicábamos, pero NADA. Era como hablarle a una pared. Él pensaba una cosa, yo otra, y al final explotábamos por tonterías. ¿Y eso para qué sirve? Para nada, solo para amargarte la vida.

Luego está el respeto. Uf, el respeto es como… como el pegamento invisible que lo une todo. Significa valorar al otro, escuchar su opinión, respetar sus límites. Y ojo, límites hay de todo tipo, ¿eh? Límites emocionales, límites físicos, límites… ¡hasta límites sobre qué pizza pedimos! Si no hay respeto, ¿dónde está el amor? Para mí, en ningún sitio.

Y por último, pero no menos importante, la confianza. ¡Ay, la confianza! Esa es la joya de la corona. Si no confío en mi pareja, ¿cómo voy a bajar la guardia? ¿Cómo voy a ser vulnerable? ¿Cómo voy a construir algo real? Es como intentar construir una casa sobre arena movediza. ¡Imposible! Necesitas esa seguridad emocional, ese saber que te valoran, que te apoyan, que están ahí… Y sin eso, pues… la verdad, la relación se tambalea y termina cayéndose, ¿no crees?

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