¿Cómo saber si te está creciendo un lunar?

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Observa tus lunares con atención. Si alguno supera los 6 milímetros y ha aumentado de tamaño, cambiado de forma, color o textura, o presenta síntomas como picazón o sangrado, consulta a un dermatólogo. Un cambio significativo requiere evaluación profesional.
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Guía para detectar el crecimiento de lunares

Los lunares son crecimientos cutáneos comunes que generalmente son inofensivos. Sin embargo, es crucial monitorear los cambios en los lunares, ya que pueden indicar el desarrollo de cáncer de piel. Aquí presentamos una guía detallada para detectar el crecimiento de un lunar:

Observación cuidadosa:

  • Examina tus lunares regularmente frente a un espejo, prestando especial atención a su tamaño, forma, color y textura.
  • Toma fotografías de tus lunares como referencia para comparaciones futuras.

Cambios a tener en cuenta:

  • Tamaño: Si un lunar aumenta más de 6 milímetros de diámetro, se considera un cambio significativo.
  • Forma: Cualquier cambio en la forma del lunar, como volverse irregular o con bordes borrosos, requiere atención.
  • Color: Los lunares pueden cambiar de color con el tiempo, pero los cambios notorios, como el oscurecimiento, el enrojecimiento o la aparición de nuevos colores, deben investigarse.
  • Textura: Los lunares suelen ser planos o ligeramente elevados. Si un lunar se vuelve áspero, escamoso o presenta sangrado o supuración, es una señal de alarma.

Síntomas asociados:

Además de los cambios visuales, presta atención a cualquier otro síntoma asociado con tus lunares, como:

  • Picazón: La picazón persistente o intensa puede indicar inflamación o irritación.
  • Sangrado: Cualquier sangrado de un lunar, incluso si es leve, es una señal de advertencia.
  • Dolor: El dolor o la sensibilidad en un lunar pueden ser indicativos de un crecimiento anormal.

Cuándo buscar ayuda profesional:

Si observas alguno de los siguientes cambios significativos en un lunar, consulta a un dermatólogo de inmediato:

  • Aumento de tamaño de más de 6 milímetros.
  • Cambio en la forma, volviéndose irregular o con bordes borrosos.
  • Cambio de color, como oscurecimiento, enrojecimiento o aparición de nuevos colores.
  • Desarrollo de nueva textura, como aspereza, descamación o sangrado.
  • Presencia de síntomas asociados como picazón, sangrado o dolor.

Recuerda que la detección temprana es crucial para un tratamiento exitoso del cáncer de piel. Monitorea tus lunares con regularidad, busca cambios y consulta a un dermatólogo si tienes alguna inquietud.