¿Qué pasa con un lunar que crece?

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El crecimiento de un lunar, junto con cambios en su color, forma o tamaño, picazón o sangrado, sugiere una posible malignización. Un lunar benigno permanece estable en sus características a lo largo del tiempo. La aparición de alteraciones exige una consulta médica inmediata.
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¿Un lunar que crece? ¡Alerta!

Los lunares son marcas comunes en la piel, a menudo inofensivas. Sin embargo, su transformación puede ser señal de alerta. Un lunar que crece, junto con cambios en su color, forma o tamaño, picazón o sangrado, puede sugerir una posible malignización.

Es importante recordar que un lunar benigno permanece estable en sus características a lo largo del tiempo. No presenta cambios bruscos ni preocupantes. Por el contrario, la aparición de alteraciones en un lunar existente debe considerarse una señal de alarma y exige una consulta médica inmediata.

¿Qué cambios en un lunar deben encender la alarma?

  • Crecimiento: Un lunar que aumenta de tamaño o que se expande de forma abrupta.
  • Cambio de color: Si un lunar se vuelve más oscuro, más claro, adquiere un tono rojizo o presenta manchas de colores diferentes.
  • Cambio de forma: Si un lunar se vuelve irregular, presenta bordes dentados o bordes difusos.
  • Picazón o sangrado: Si un lunar se irrita, se inflama o presenta sangrado espontáneo.

Ante cualquier cambio en un lunar, no dudes en consultar a un dermatólogo. Un profesional médico podrá determinar la causa del cambio y evaluar si es benigno o si existe riesgo de cáncer de piel. La detección temprana es clave para un tratamiento efectivo y una mejor prognosis.

Recuerda: la prevención es fundamental. Proteger la piel del sol con protector solar de amplio espectro y factor de protección alto, evitar la exposición prolongada a los rayos UV y realizar autoexámenes regulares son hábitos que pueden prevenir el desarrollo de cáncer de piel.

No ignores los cambios en tus lunares. Actúa a tiempo para cuidar tu salud.