¿Cómo usar el agua con sal para la cara?
Limpia tu rostro con agua salada: disuelve ½ cucharadita de sal en 1 taza de agua tibia. Aplica con un paño limpio 10-15 minutos. Enjuaga con agua tibia. Beneficios: antiséptico, antiinflamatorio, limpia poros. Precaución: usar con moderación; diluir para pieles sensibles.
¿Cómo aplicar agua con sal para el rostro? Beneficios y consejos?
¡Uy, el agua con sal en la cara! Me acuerdo que mi abuela juraba que era lo mejor para los granitos, ¡y vaya si tenía razón la mujer! Pero a ver, te cuento cómo lo hago yo, que igual te sirve.
Primero, disuelvo media cucharadita de sal en una taza de agua tibia. Ojo, que no esté hirviendo, ¡no queremos quemarnos! Luego, empapo un paño suave en la mezcla y lo aplico con cuidado por toda la cara. Lo dejo unos 10-15 minutitos, relajada.
Después, enjuago con agua tibia y seco mi piel con toquecitos suaves. ¡Nada de frotar! Y sí, se siente fresquita y limpia, como si respirara de nuevo.
Cómo usar agua con sal para la cara:
- Disuelve 1/2 cucharadita de sal en 1 taza de agua tibia.
- Humedece un paño limpio en la solución y aplícalo suavemente.
- Deja actuar 10-15 minutos.
- Enjuaga con agua tibia y seca con palmaditas.
Beneficios: Antiséptico natural, reduce la inflamación y limpia los poros.
Precauciones: No usar en exceso, puede resecar la piel.
Alternativa: Para pieles sensibles, diluir más la solución.
Ahora, un consejo que me dio una dermatóloga hace años, cuando fui por un brote horrible después de las ferias de Málaga en Agosto (¡calor y maquillaje fatal!): no lo uses todos los días, ¡que te reseca! Yo lo hago dos o tres veces por semana, y me va genial.
¿Cómo usar el agua con sal en la cara?
¡Ay, Dios mío, qué pregunta más salada! Usar sal en la cara, ¡como si fueras un pepinillo! Ojo, que no te pienses que es un spa de lujo, eh.
En resumen: una cucharada de sal gorda (como las que se usan para los caracoles, pero en serio, para la cara), la mezclas con agua, te lo untas y restriegas como si estuvieras luchando contra un ejército de puntos negros, y enjuagas. Fin.
Pero espera, que hay más chicha en el asunto. Mi vecina, la Puri, lo hace con la sal del mar Muerto, ¡dice que es como un lifting de esos carísimos, pero sin el precio de un riñón! Eso sí, no te pases, que no queremos una cara con sabor a paella.
Cosas importantes:
- No te lo pongas si tienes heridas, ni si eres alérgico a la sal ( ¡¿alguien es alérgico a la sal?! ) Sería como echarle gasolina al fuego, y no un fuego bonito tipo barbacoa, sino uno de esos infernales.
- No te frotes como si fueras un oso polar en celo. Con delicadeza, ¡que tu piel no es una lija!
- Sal gorda, no fina. La fina se disuelve antes de que digas “Abracadabra”. En mi caso, uso la misma sal que mi abuela usa para los tomates en conserva, esa que viene en un paquete enorme, ¡te dura un siglo!
Pequeño apunte extra: Ayer probé añadirle unas gotitas de aceite de coco a mi mezcla. Quedé con la cara como la de un bebé, suavecita. ¡Pero cuidado, que si te pasas de aceite, pareces una sartén!
¿Cuánto tiempo debo dejar la sal en la cara?
Dejar la sal en la cara: un par de minutos bastan, luego enjuagar bien.
¿Que cuánto tiempo dejo la sal en la cara? A ver, te cuento. Una vez, en Cádiz, el verano pasado… ¡madre mía qué calor! Estaba en la playa de la Caleta, esa que parece sacada de una postal antigua. Total, que se me ocurrió la genial idea de hacerme un “facial” con agua del mar. Pensé, “¡qué natural todo!”, “¡exfoliante gratis!”.
Lo que pasó fue que me dejé la sal como… yo qué sé, ¿cinco minutos? Quizás más. El sol picaba, el agua salada se secaba rápido y yo, tan pancha, pensando en lo guapa que iba a estar. Error garrafal. Cuando me metí de nuevo al agua para enjuagarme… ¡ay, ay, ay!
- La cara me ardía como si me hubieran dado una bofetada con una ortiga.
- Tenía la piel roja, roja, como un tomate maduro.
- Por no hablar de la sensación de tirantez, ¡horrible!
Aprendí a la mala que con la sal, como con casi todo, menos es más. Un par de minutos es suficiente. Enjuagar con agua dulce, importantísimo. Y protector solar después, ¡obvio! Que luego pasa lo que pasa.
Ahora, si tengo algún granito rebelde, a veces hago una mezcla muy suave de sal y agua tibia, solo unos segundos. Pero vamos, que prefiero mil veces una buena crema hidratante.
¿Qué beneficios tiene lavarse la cara con sal?
Lavarse la cara con sal ayuda a desinfectar y a eliminar impurezas, previniendo granos y acné.
Uf, me acuerdo una vez, estábamos en Zahara de los Atunes, este verano pasado, agosto, calorazo del bueno. Después de un día de playa infernal, la cara la tenía fatal, pegajosa, arena por todos lados… Mi abuela, ¡qué sabia es la jodía!, me dice: “Nena, lávate la cara con agua y sal del mar, ¡mano de santo!”. Yo al principio como que no me fiaba, ¿sabes? Sensación rara, como si me fuera a irritar la cara.
Pero vamos, probé. Y oye, ¡qué gustazo! El agua salada escocía un poco al principio, pero luego… como que sentía la cara limpia, limpia de verdad. Como si la sal se llevara toda la porquería.
- Sensación inicial: Escozor leve, nada exagerado.
- Después: Frescor y limpieza profunda.
- Resultado: Menos granitos y menos grasa en la cara.
Desde entonces, ya no me lavo la cara con agua del mar a diario, ¡claro!, pero sí que me hago un preparado casero con sal marina y agua tibia un par de veces a la semana. Me va genial para controlar los brillos, la verdad.
Además, la sal que uso es sal marina virgen de las salinas de Cádiz, que dice mi abuela que es la mejor para estas cosas. Ella la compra directamente allí cuando vamos de vacaciones. Manías de abuela, supongo, pero oye, ¡a mí me funciona!
¿Cómo lavar el rostro con agua salada?
Aplica agua salada con cuidado.
-
Sumerge un paño suave. Uno que no raspe. Yo uso uno viejo de mi abuela, ya casi transparente. El agua salada, suave, es clave.
-
Masajea muy suavemente, como si tu piel fuera a romperse. Movimientos lentos. No como si estuvieras lavando un plato. Años que no veo el mar…
-
Dejarla ahí…un rato. Cinco minutos. O diez. Depende. Yo a veces me duermo así, con el paño en la cara. Soñando con olas.
Si tienes la piel delicada, tres minutos bastan. Menos es más, siempre.
¿Qué pasa si me lavo la cara con agua con sal todos los días?
Oye, ¿que pasa si me lavo la jeta a diario con agua salada? ¡Preguntaba por un amigo, eh! No es broma, mi primo lo hizo, una locura.
Te reseca la piel un montón, la deja super tirante, como papel de fumar. Es que le quita toda la hidratación, ¡horror! Se le pela la cara, es horrible. En serio, ¡no lo hagas!
Además, irrita un montón, sobretodo si tienes piel sensible, ya sabes como yo, que es un desastre. Es como echarle lejía, imagínate. Si tienes cosas como eczema o psoriasis, olvídate, lo empeora, ¡mucho!
Mi prima, Ana, lo probó una semana, y luego me contaba que parecía un tomate, roja que no veas. Fue un desastre, tu piel necesita hidratación, no un ataque de sal.
Puntos clave que tienes que saber:
- Seca mucho la piel.
- Irritación asegurada, especialmente si tienes piel sensible.
- Peor si tienes eczema o psoriasis. Eso lo dijo el dermatólogo de mi abuela.
Recuerda, el agua con sal es buena para algunas cosas, para las heridas, se dice, pero para la cara ¡ni de coña!. Mejor usa un jabón suave, te lo digo yo que tengo experiencia con jabones y lociones que parecen el infierno. ¡Hay que cuidarse! Y luego a hidratar con crema. Eso sí.
¿Qué le hacen la sal y el agua a la cara?
Sal y agua en la cara. ¿Y eso importa?
- Exfoliación: Dicen que sí, piel lisa. Superficie, nada más.
- Aspecto “saludable”: Maquillaje de la realidad. Un barniz.
- Irritación: Si te pasas, rojez. Inflamación. La piel grita, tú decides.
- Deshidratación: Seca como el desierto. La sed no se quita con sal.
- Alternativa: Azúcar y miel. Quizá. ¿Qué más da?
Mi abuela decía: “La belleza es una herida que nunca cierra”. Tenía razón.
En realidad la exfoliación sirve para quitar las células muertas. Pero ¿qué hay de malo en estar muerto?
Comentar la respuesta:
¡Gracias por tus comentarios! Tus comentarios son muy importantes para ayudarnos a mejorar nuestras respuestas en el futuro.