¿Cuánto tiempo se remojan los pies para un pedicure?
Ay, ¡un buen remojo para los pies es casi sagrado! Quince minutos en agua tibia con sales o aceites esenciales… ¡perfección! Me encanta sentir cómo se ablanda la piel, como se va la tensión del día. Es más que un simple paso previo a la pedicura; es un pequeño ritual de autocuidado que adoro. Y luego, ¡a disfrutar de unos pies suaves y bonitos! Para mí, esos quince minutos son un bálsamo para el alma.
¿Cuánto tiempo se remojan los pies para una pedicura? Pues… ¿qué te digo? ¡Para mí, el remojo es casi lo mejor de todo! Quince minutos, sí, eso dicen, ¿no? Pero a veces me quedo un poquito más, ¿quién me va a regañar? Agua calentita, no hirviendo que luego te quemas, ¡me ha pasado! Con sales… ¡Uy, las sales de Epsom! Me acuerdo una vez que mi abuela me hizo un baño de pies con esas sales, yo era pequeña, y me decía que eran mágicas. ¿Magia? Quizás. Pero sí que me dejaban los pies suaves como los de un bebé. También me gusta echarle unas gotitas de aceite esencial de lavanda, me relaja un montón. Es como… no sé… ¿un mini spa en casa? Sientes cómo se va deshaciendo la tensión, como la piel se ablanda, se prepara para el resto de la pedicura. Y es que, ¿a quién no le gusta la sensación de unos pies suaves y bonitos después? Mucho más que una simple preparación, ¿verdad? Es un momento para mí, un ratito de paz, un pequeño lujo que me doy de vez en cuando. Un bálsamo para el alma, sí, ¡eso mismo! A veces pienso, con todo el corre corre del día a día, con el trabajo, la casa, los niños… estos quince minutos (o veinte, ¡no lo voy a negar!) son sagrados. Y después, ¡a lucir pies!
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