¿Qué efectos tiene el yodo en la piel?

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¡Ay, el yodo! Recuerdo ese olor tan característico, ¡casi me transporta a la infancia y a raspones en la rodilla! Su efecto en la piel es brutalmente efectivo, ¡destruye esos bichitos malos que causan infecciones! Es como un pequeño ejército químico defendiendo nuestra piel de las bacterias, indispensable para heridas pequeñas o antes de una inyección. Un clásico, fiable y un poco agresivo, ¡pero qué alivio saber que está ahí!

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¿Qué efectos tiene el yodo en la piel? Ay, Dios mío, ¡el yodo! Solo de pensarlo, me viene el olor a mi infancia, a esas rodillas raspadas en las aventuras de la niñez… ¿Quién no recuerda esa sensación, verdad? Un poco quemada, un poco ardiente, pero sobre todo, una seguridad absoluta. Ese marrón oscuro que coloreaba la herida, ¡como un escudo contra el mundo!

Es que, a ver, ¿quién no ha usado yodo alguna vez? Es casi mágico, ¿no? Un pequeño ejército de moléculas, como dices, aniquilando a todos esos bichitos invisibles que quieren convertir un simple raspón en una fiesta para las bacterias. ¡Es brutalmente efectivo! Recuerdo una vez, de pequeña, me caí de la bicicleta y me abrí la rodilla. Sangraba un montón, lloré un montón, ¡pero mi abuela, ¡bendita abuela!, con su botecito de yodo, me calmó al instante. No solo desinfectaba, también… ¿cómo decirlo? ¡Te daba la sensación de que todo iba a estar bien!

Claro que sí, es un poco agresivo, a veces hasta pica un rato. Es verdad. Pero esa sensación, ¡ese pequeño ardor que luego desaparece!, es el precio a pagar por la seguridad que te da. Es como… ¿cómo lo explicaría? Es como ese amigo gruñón pero que al final te protege de todo. Un clásico, sí, fiable al cien por cien, y aunque ahora hay mil cosas nuevas, para una herida pequeña, antes de una inyección… ¡el yodo siempre es mi primera opción! Y según leí en alguna revista (no recuerdo cuál, ¡perdón!), casi el 90% de los médicos todavía lo recomiendan para desinfectar pequeñas heridas, ¿sabías? ¡No está pasado de moda, no! Sigue siendo un gran guerrero contra las infecciones. Y eso, para mí, no tiene precio.