¿Qué significa darse un baño con sal?

¿Qué se siente después de un baño de sal?

Pues tía, súper relajada. Es que en serio, te quedas nueva. Como fideos, ¡fideos cocidos! El otro día me di uno, con sales de Epsom, y buah, mano de santo. Dormí como un tronco después.

• Relajación total: Vamos, que te quedas en modo zen.
• Piel suavecita: No sé si son las sales, pero sales con la piel como el culito de un bebé. A lo mejor me lo imagino, pero bueno.
• Músculos relajados: Esto sí que es verdad. Yo tengo contracturas en la espalda por estar todo el día con el ordenador, y un baño de sales me deja nueva. Nueva nueva. El otro día, por ejemplo… bueno, me fui a pilates después y es que notaba como si no tuviera cuerpo, jaja.

Yo suelo echarle también unas gotitas de aceite esencial de lavanda. Lavanda, sí, lavanda. Huele que alimenta y relaja más todavía. Y a veces, velas. Montarme ahí mi spa casero, ¿sabes?

Sales de Epsom vs. Sal marina: Creo que las de Epsom son mejor para los músculos, aunque no estoy segura eh. Las de marina creo que son más para la piel. Uso las dos, depende de como me sienta. Las compro en el Mercadona, que las tienen baratitas.

Truqui: Pon música relajante. De esa de pajaritos y agua, o la que te guste, vamos. Yo pongo a Enya, ¡qué recuerdos! Apagar las luces, y si tienes, encender alguna velita. Convierte tu baño en un spa de lujo, pero versión low cost, jaja. ¡Ya me contarás qué tal!

¿Qué le pasa a tu cuerpo cuando te bañas con sal?

¡Bañarse con sal! Suena a ritual de spa, ¿no? Pero hay ciencia detrás de la relajación. La clave está en la interacción del agua salada con nuestra piel y sistema circulatorio.

El agua salada, al entrar en contacto con la piel, provoca una ligera vasodilatación. Esto significa que los vasos sanguíneos se expanden, mejorando la circulación sanguínea. Mi suegra, una mujer de 70 años que sufre de artritis, jura que le ayuda con las articulaciones. Más que eso, ¡reduce la presión arterial! Eso sí, no es un sustituto de la medicación.

La exfoliación es otro beneficio clave. La textura de la sal actúa como un exfoliante suave, desprendiendo células muertas, dejando una piel más tersa. Recuerdo la primera vez que lo probé, ¡me sentí renovado! Eso sí, hay que tener cuidado, la sal puede ser abrasiva si se usa de forma excesiva. Un grano de arena en la playa puede ser placentero, una montaña no tanto.

El magnesio del agua salada es un punto interesante. Tiene propiedades antiinflamatorias que pueden calmar dolores musculares. Ideal, por ejemplo, tras un entrenamiento extenuante. Este punto en concreto es algo que aprendí en un seminario de medicina alternativa en 2024, interesante.

La relajación y el sueño mejoran considerablemente. El efecto calmante es evidente. El baño con sal ayuda a liberar endorfinas, esas hormonas que inducen una sensación de bienestar y reducen la ansiedad. Con frecuencia, duermo mejor las noches después de uno de estos baños. Curiosamente, el efecto se asemeja a un viaje de introspección. Es una especie de meditación corporal.

• Mejora la circulación sanguínea.
• Exfolia la piel.
• Alivia el dolor muscular.
• Reduce el estrés y la ansiedad.
• Mejora la calidad del sueño.

Recuerda: Aunque los baños de sal son relajantes, no reemplazan tratamientos médicos. ¡Consulta a un profesional para cualquier duda! Añado: El tipo de sal también importa. Optar por sales marinas sin procesar y no añadir aceites esenciales perfumados es lo que yo recomiendo.