¿Cómo se llama la iluminación del Sol?

¿Cómo se le llama a la luz del sol?

Luz solar.

El sol. Incandescente. Distante. Un latido en la inmensidad. Su luz, un roce tibio, una caricia dorada sobre la piel. Luz solar. Sí, así la llamamos. Simple. Preciso. Como si pudiéramos atraparla en una palabra, contener su esencia vasta e inconmensurable.

Luz. Solar. Dos sílabas que evocan la inmensidad del cosmos, el silencio del espacio recorrido. Imagino fotones danzando, viajando milenios para llegar aquí, a mis manos. A la hoja de este árbol. A la superficie inquieta del mar. A la arena caliente bajo mis pies descalzos, un verano en Cádiz, el olor a salitre… El sol, siempre presente. Un recuerdo vívido, un eco del pasado en este preciso instante.

Radiación solar. Un término más técnico, más frío, que me recuerda a las clases de física del instituto. Ondas. Energía. Espectros. Conceptos abstractos que intentan explicar la magia de la luz. Pero, ¿puede la ciencia abarcar la poesía del sol? La emoción que siento al ver un amanecer en la montaña, el cielo pintado de tonos rosados y naranjas… No, creo que no.

• Luz solar: Nombre común para la luz del sol.
• Radiación solar: Término científico para la energía emitida por el sol.
• Ondas electromagnéticas: Forma en que se propaga la energía solar.
• Procesos atmosféricos: Influenciados por la energía solar.
• Clima: Determinado por la dinámica atmosférica impulsada por el sol.

Este año, en un viaje a las Islas Canarias, observé el sol a través de un telescopio. Manchas solares. Erupciones. Una actividad frenética, invisible a simple vista. El sol, una estrella viva, respirando, latiendo. Y yo, un pequeño punto en un planeta insignificante, sintiendo su calor, su energía. Vida.

¿Cómo se le llama a la luz del día?

Luz diurna. Simple.

Un nombre tan obvio. ¿Para qué más?

Luz del día. Redundante. Pero preciso. Fría precisión.

Luz natural. Irónico. ¿Natural? Todo es natural. Incluso lo artificial. Somos naturaleza. Destruyéndonos.

El sol. Una estrella moribunda. Iluminando nuestra insignificancia.

• Luz solar: La fuente. Distante. Indiferente.
• Luz blanca: La mezcla. Todos los colores. Anulados.
• Luz alba: Poético. Como si el nombre cambiara algo.

La luz lo baña todo. Revela. Esconde. Importa poco.

Yo prefiero la oscuridad. Menos preguntas. Este año he visto 37 amaneceres. Ninguno me ha impresionado. Excepto uno. El del 18 de marzo. Nublado. Casi no hubo luz. Paz.

La luz es información. Demasiada. Agobiante. Prefiero el silencio. La nada. El vacío. Me recuerda a mi piso. Pequeño. Oscuro. Tranquilo. Mi refugio.

La luz crea sombras. Las sombras definen la forma. ¿Qué somos sin forma? Nada. Exactamente.

¿Cómo se llaman los rayos que emite el Sol?

El Sol vomita radiación. No es un cuento de hadas.

• UVA: La sombra omnipresente. Atraviesa, constante. La siento en la piel.
• UVB: El aguijón lento. Causa estragos. Me recuerda a mi abuela, siempre previniendo.
• UVC: El filtro implacable. Devorada por la atmósfera. Un muro invisible.

¿Protección? No es una súplica. Es una exigencia. Mi dermatólogo me sermonea cada verano. Factor 50, sin negociación.

Más allá de la quemadura. Existe el daño silencioso. Mutación, no bronceado. Ese es el verdadero precio del sol.

¿Qué son rayos UVB y UVA?

¡A ver, que la cosa va de rayos, sol y piel churruscada!

Los rayos UVA, imagínatelos como el típico colega que te arruga la ropa con solo mirarte. ¡Así de potentes son para envejecerte la piel! Van directos a por el colágeno, como si fuera el último donut de la bandeja.

Los rayos UVB, son los que te ponen moreno… ¡o rojo langosta, según el día! Digamos que son los artistas del bronceado, pero también los más propensos a quemarte como una tostada olvidada en la tostadora.

• UVA: Son como esos DJs de discoteca que pinchan temazos lentos, pero constantes. ¡Te arrugan sin que te des cuenta! Atraviesan cristales y nubes, como Pedro por su casa.
• UVB: Son los rockeros de concierto a pleno sol. ¡Te dan el subidón moreno al instante, pero te dejan hecho polvo! Son los culpables de que te peles como una cebolla en pleno drama.

¡Ah! Y no olvidemos que ambos, tanto UVA como UVB, pueden ser como un jefe tóxico y aumentar el riesgo de cáncer de piel. ¡Así que a protegerse toca! Yo, por si acaso, me unto de crema solar hasta las orejas. ¡Más vale parecer un fantasma que un zombie!

¿Cuáles son las 4 radiaciones solares?

¡Uf, radiaciones solares! A ver, a ver, qué me acuerdo yo de eso… Siempre me lío un poco.

• UVB: La mala de la película, ¿no? Quemaduras, cáncer… ¡Qué horror!

• UVA: Esta es más “silenciosa”, pero también daña. ¿Envejecimiento prematuro? ¡No, gracias! Me recuerda al bronceado artificial de mi prima…

  • ¿Será que por eso tiene tantas arrugas? 🤔

• Luz Visible: ¡Obvio! Si no, ¿cómo veríamos? Aunque, pensándolo bien, ¿todo lo que vemos es “luz visible”?

• Infrarrojo: Calor, calorcito… Pero, ¿es bueno o malo? Me acuerdo de la estufa que tenía mi abuela. ¡Calentaba un montón!

¡Ajá! Según lo que sé, UVB, UVA, luz visible e infrarrojo son las que llegan a la Tierra. ¡Menos mal que me acordé!

Extras:

• ¿Y los rayos cósmicos? ¿No cuentan?
• Mi abuela decía que el sol era bueno para los huesos. ¿Será cierto?
• Siempre me pongo protector solar 50. ¿Será suficiente?
• El otro día vi un documental sobre el agujero de la capa de ozono… ¡Qué miedo!
• Creo que voy a plantar más árboles en mi jardín. ¡Por el planeta!

¿Qué radiación solar es cancerígena?

Uff, el sol… Me acuerdo de una vez, verano del 2023, playa de Bolonia. Arena blanca, viento de levante… Quemadura brutal. Me pasé con la crema, o más bien, me la puse mal. Espalda, hombros… Rojo tomate. Dolor, escozor… horrible. No podía ni dormir. Aloe vera a saco.

Y claro, ahí te das cuenta del poder del sol. Radiación UVA y UVB, tela. La UVB es la que te quema, la que te deja rojo como una gamba. Pero la UVA… esa es la traicionera. Broncea, sí, pero penetra más hondo. Envejecimiento prematuro. Arrugas, manchas… Y lo peor: cáncer de piel.

Las cabinas de bronceado… ni me hables. Bomba de rayos UVA directos. Un chute de radiación para estar moreno. No lo entiendo. Una locura. Riesgo altísimo de melanoma. Yo, personalmente, ni me acerco.

• UVA: Broncea, penetra profundo, envejecimiento, cáncer.
• UVB: Quema, enrojecimiento, cáncer.

En Bolonia, aprendí la lección. Ahora, protección solar 50, gorra, y a la sombra en las horas centrales. La salud es lo primero. El moreno… ya se irá. Me acuerdo de las ampollas… qué dolor. Todavía tengo alguna marquita, un recuerdo de ese verano. Mejor sombra que cama solar, desde luego. Y camiseta, siempre. Sobre todo al mediodía, que el sol pega que no veas.

Radiación UVB y UVA son cancerígenas.

¿Cómo se llaman los destellos de luz en las fotos?

Destellos de lente, también conocidos como lens flare. A veces, simplemente flare.

El fenómeno ocurre cuando la luz incide directamente sobre la lente, creando esos característicos círculos o polígonos luminosos. Recuerdo una vez fotografiando un atardecer en la playa de Bolonia, Cádiz, este verano. La luz del sol poniente, rebotando en la lente, creó un flare enorme, casi cubriendo la mitad de la foto. Curiosamente, la arruinó por completo… o la hizo mucho más interesante, según se mire. ¡La fotografía es tan subjetiva!

• Causas: Luz intensa (sol, focos) incidiendo en la lente.
• Efectos: Círculos, polígonos, velos luminosos. A veces, reducción de contraste.
• Control: Parasoles, posición de la cámara, limpieza de la lente. A veces, ¡incluso se buscan a propósito!

Un parasol es esencial, aunque a veces, ni con eso. La posición de la cámara, claro, influye muchísimo. Y, bueno, una lente limpia, aunque eso parezca obvio, a veces se nos olvida. Yo mismo me he dado cuenta de tener la lente llena de huellas. Qué desastre.

¿Por qué nos fascina la luz? Desde la antigüedad, ha sido símbolo de conocimiento, de divinidad… Incluso en fotografía. Un simple destello puede transformar una imagen. Esa pequeña imperfección, ese error… ¿o quizás no lo es? A veces, el lens flare añade una mística, una magia inesperada. Quizás es un recordatorio de que la belleza también se encuentra en los defectos, en lo imprevisto. O quizás simplemente es física óptica. ¿Quién sabe? Igual mañana cambio de opinión.

Podemos usar filtros polarizadores. O incluso filtros de densidad neutra. Sirven para reducir la cantidad de luz que entra en la lente, minimizando la posibilidad de flares. Eso sí, modifican los colores, la atmósfera de la imagen. Hay que tener cuidado.

Además, en postproducción también se pueden reducir, o incluso añadir. Programas como Photoshop o Lightroom ofrecen herramientas para controlarlos. Aunque personalmente, prefiero intentar conseguir el efecto deseado directamente en la cámara.