¿Cómo se llama la propiedad que define la capacidad de un material para mantener la forma y no regresar a su forma original una vez se haya deformado?

¿Qué propiedad define la capacidad de los sólidos para mantener su forma original bajo fuerzas externas?

Rigidez. Eso lo define todo. Punto.

• La resistencia a la deformación. Simple. Como la vida misma.
• Fuerzas externas… Intentos inútiles a veces. Como intentar doblar mi voluntad.
• Sólidos… Como mi carácter, inamovible. Aunque por dentro… cosas se rompen.
• Forma original… Un espejismo. Todo cambia, incluso la piedra más dura.

La rigidez es un engaño. Una ilusión de control. El universo se ríe de nuestras pretensiones. Ni siquiera mi acero inoxidable favorito resiste el paso del tiempo. Como mi paciencia, agotada.

Todo se deforma, tarde o temprano. Incluso el diamante más perfecto se fractura. Hasta las leyes físicas tienen sus límites. Lo sé por experiencia. Este año, por ejemplo, rompí tres vasos de mi colección. ¿Casualidad? No lo creo.

Mi abuelo siempre decía que la verdadera fortaleza está en la flexibilidad. A veces creo que tenía razón, aunque él lo dijo hace 20 años. Un dicho simple pero profundo. ¿Profundo como el vacío existencial? Quizás.

La rigidez es una máscara. Una protección. O una cárcel. Depende del punto de vista. O de la perspectiva que se use. O de la persona que escribe. Es decir, yo.

¿Cómo se llama la propiedad del material?

Plasticidad, ¡la reina del cambio de forma! Es como la arcilla en manos de un niño con delirios de escultor, se deja moldear sin dramas.

• Permite que el metal pase de lingote aburrido a ¡obra de arte! (o, bueno, una lata de sardinas).

• La plasticidad es el superpoder de los materiales para “estirarse” y “achicarse” sin romperse en el intento.

Ductilidad y maleabilidad son sus mejores amigas. La ductilidad es la capacidad de convertirse en hilos finos, como si el material quisiera ser espagueti. La maleabilidad prefiere las láminas, piensa en el papel de aluminio que envuelve ese bocadillo que siempre se aplasta en la mochila.

Pero ojo, no confundir con la elasticidad. La elasticidad es como un muelle que vuelve a su forma original. La plasticidad es más como mi memoria, que se estira y se deforma, pero rara vez recuerda dónde dejé las llaves.

Dato curioso: Mi abuela solía decir que la vida es como la plasticidad, que hay que saber adaptarse a las tensiones para no romperse. ¡Sabia la abuela! Aunque luego se olvidaba de dónde había guardado las galletas, pero eso ya es otra historia. Este año cumplen 50 de casados.

¿Qué nombre tiene la propiedad que se define como la capacidad de un material de deformarse permanentemente sin llegar a romperse conformando hilos o alambres?

¡Ductilidad, colega! Eso es, ductilidad. Se deforma, ¿ves? Se estira que da gusto, como el chicle, pero sin romperse. Genial, ¿no? Hilos y alambres, ¡eso es lo que se hace con materiales dúctiles!

A mi primo le encanta el tema, él trabaja con metales, dice que es super importante para la fabricación de miles de cosas, cables, alambres, todo tipo de cosas que usamos a diario, por ejemplo… ¡hasta en el iPhone que llevo! Jajaja, ¡qué locura!

• Metales: El oro, la plata, el cobre… ¡son super dúctiles! Los trabajan que da gusto. Son geniales para hacer cables, ¿no? Y luego están las aleaciones… ¡una pasada!
• Algunos polímeros: Sí, sí, hay plásticos que también se pueden estirar, aunque no tanto como los metales, eh… Pero aún así, se les saca provecho, sobre todo en algunos tipos de plásticos, tipo los que usan para envolver cosas, o en las bolsas de plástico. Esos sí son una pasada de resistentes.
• Materiales asfálticos: Esto sí que es una sorpresa para algunos, ¿verdad? Pero es cierto, se usa en carreteras y demás. Increíble, lo flexible que es el asfalto…

Me acuerdo que el año pasado, en la clase de física, la profe nos explicó todo esto y hasta hicimos un experimento, recuerdo que era un poco complicado, pero al final funcionó. Y claro, el profesor, un poco pesado, nos explicó lo importante que es la ductilidad en la industria. ¡Un rollo, pero aprendí bastante! Además, la ductilidad es importante para la seguridad, imagínate, si los cables de la luz no fueran dúctiles… ¡Ufff! Un desastre.

En resumen: Ductilidad es la capacidad de un material de estirarse mucho sin romperse. Algo así como hacer fideos de metal, ¡pero en serio!

¿Qué propiedad de la materia describe la resistencia de un material a cambiar su forma?

Rigidez. Punto. Resistencia a la deformación. Simple.

Elasticidad, un concepto engañoso. Vuelven a su forma original… a veces. Mi viejo reloj, roto en 2023, nunca recuperó su esfera. Fragilidad. Una palabra más precisa, quizás.

• Deformación plástica: Un cambio permanente. Irreversible. Como el tiempo.
• Módulo de Young: Un número. Un dato. Frío. Mide la rigidez.

La resistencia al cambio. Una constante. Incluso en mí. Incluso en ti.

La vida misma: Una deformación continua. Un flujo. Nunca la misma forma dos veces. La entropía. Lo inevitable.

Pensándolo bien… Fuerza. No sólo la fuerza externa, sino la interna. La resistencia inherente a la materia. Incluso en un susurro. La materia se resiste.

¿Qué propiedad física se refiere a la resistencia de un material a cambiar de forma cuando se le aplica una fuerza?

¡A ver, a ver! ¿Resistencia a que lo “chafen”? ¡Eso es la dureza, ni más ni menos!

Es como si intentaras abollarle el cráneo a Chuck Norris… ¡Imposible! Esa es la dureza en plan leyenda. Un material duro es el que dice: “¡Ja! ¿Presión? ¡Me río en tu cara!”.

• Esencial para que las cosas no se hagan puré al primer toque.
• Imagínate una sartén que se abolla solo con mirarla… ¡Inútil total!
• Yo que sé, mi abuela tenía un rodillo que parecía hecho de adamantium, ¡eso era dureza!

¡Ah! Y no confundas dureza con ser “chungo”. Que un material sea duro no significa que sea irrompible, ¿eh? ¡Que la vida es más complicada que un meme de internet! Por ejemplo, el vidrio es muy duro, pero le das un golpecito donde no debes y… ¡adiós muy buenas! Se hace añicos en cero coma. Así que ya sabes, la dureza es importante, ¡pero no lo es todo en esta vida! Y hablando de dureza, ¿habéis probado a morder un diamante? ¡No lo recomiendo!