¿Cuál es el planeta que tiene un tamaño parecido a la Tierra?
Kepler-78b: Un Gemelo Terrestre con un Destino Ardiente
La búsqueda de planetas similares a la Tierra ha sido una obsesión para la astronomía moderna. Descubrir un mundo con un tamaño, masa y composición parecida al nuestro podría revolucionar nuestra comprensión de la formación planetaria y, quizás, incluso la posibilidad de vida extraterrestre. Si bien aún no hemos encontrado un gemelo perfecto, Kepler-78b, descubierto por investigadores del MIT, se acerca notablemente a esa descripción, aunque con una significativa diferencia que lo hace inhabitable.
Kepler-78b, un exoplaneta ubicado a unos 400 años luz de distancia en la constelación de Cygnus, presenta un radio apenas un 20% mayor al de la Tierra. Esta similitud en tamaño es asombrosa, lo que inicialmente generó una gran expectación. Su masa, aunque algo más elevada que la terrestre, también se encuentra dentro de un rango relativamente cercano. Estas características compartidas, inicialmente sugerían la posibilidad de una composición rocosa similar a la de nuestro planeta, con un núcleo metálico y un manto de silicatos.
Sin embargo, la fascinación por Kepler-78b se desvanece rápidamente cuando se considera su órbita. Este planeta completa una órbita alrededor de su estrella, Kepler-78, en tan solo 8,5 horas. Esto implica que se encuentra extremadamente cerca de su estrella, mucho más cerca incluso que Mercurio del Sol. Esta proximidad extrema genera temperaturas superficiales abrasadoras, probablemente superiores a los 2000°C, incluso descartando cualquier posibilidad de agua líquida y, por ende, de vida tal como la conocemos.
La cercanía a su estrella también plantea preguntas sobre la formación de Kepler-78b. Las teorías actuales de formación planetaria sugieren que los planetas rocosos se forman a través de la acumulación gradual de material en el disco protoplanetario. La órbita tan cercana a la estrella de Kepler-78b sugiere un proceso de migración planetaria, donde el planeta se formó más lejos y posteriormente migró hacia el interior.
A pesar de que su temperatura infernal lo hace inhabitable, Kepler-78b sigue siendo un objeto de estudio fascinante. Su existencia proporciona valiosa información sobre los diferentes procesos de formación planetaria y la diversidad de sistemas planetarios que existen en nuestra galaxia. El estudio de este “gemelo terrestre abrasador” continúa enriqueciendo nuestro conocimiento sobre el universo y nos acerca a comprender mejor el lugar que ocupa nuestro planeta en el vasto cosmos. La búsqueda de un verdadero gemelo terrestre habitable continúa, pero Kepler-78b nos recuerda que incluso en la aparente similitud, las diferencias pueden ser abrumadoras.
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