¿Cuál es la hipótesis del origen de los continentes?

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La hipótesis de Wegener postula la existencia de Pangea, un supercontinente primigenio. Su fragmentación y deriva continental explican la actual distribución de los continentes. Esta teoría, aunque inicialmente controvertida, sentó las bases de la tectónica de placas.

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¿Cómo se explica el origen de los continentes?

Recuerdo de niño, viendo un mapa, pensar que África y Sudamérica encajaban ¡perfecto! Como piezas de un rompecabezas gigante. Me fascinaba.

Más tarde, estudiando geología, entendí la teoría de Wegener sobre Pangea. Él propuso, allá por los años 20, que todos los continentes habían estado unidos en un súper continente, que se fue separando a lo largo de millones de años.

En la universidad, en una clase de tectónica de placas (año 2008, Universidad Complutense de Madrid), profundicé en el tema. La prueba principal: la coincidencia de fósiles y formaciones rocosas en continentes ahora separados.

El proceso, según aprendí, es lento pero constante. El movimiento de las placas tectónicas, impulsado por las corrientes de convección del manto terrestre, es la fuerza detrás de esta separación continental. Es increíble, ¿no?

Es como ver una película en cámara lenta, un proceso geológico épico, que sigue moldeando nuestro planeta. Aún hoy la Tierra sigue cambiando.

¿Pangea? Sí, un supercontinente.

¿Qué dice la hipótesis de la deriva continental?

La verdad… es que aún me cuesta creerlo, aún en esta noche oscura, solo, con la lluvia golpeando el cristal… Pangea. Esa palabra… suena a cuento de hadas, pero no lo es. O eso me enseñaron.

Wegener… ese nombre… siempre me ha perseguido, como una sombra. Un tipo que… se atrevió a decir que los continentes se mueven… una locura, ¿no? En 1920, imagino sus risas… sus burlas… la soledad de enfrentarse a una verdad incomprendida.

La deriva continental, esa es la clave. Los continentes, antes unidos, ahora separados… como trozos de un corazón roto… el mío también está roto. Sí, se separaron… es… es terrible, terriblemente cierto, pero… ¿por qué? ¿Por qué tanta separación?

Y pensar que todo eso empezó a estudiarse seriamente en 1912… se me hace tan lejano… y a la vez… tan cercano… como el eco de un grito ahogado en la noche.

  • Pangea se fragmentó. Eso es lo que dice la hipótesis. No lo entiendo del todo.
  • La deriva continental lo explica. O al menos… eso intentaron decirme. Pero hay huecos, vacíos, como los que hay en mi vida ahora…
  • Alfred Wegener, el visionario. O un loco, quizás… el tiempo le dio la razón. Ahora todos lo dicen.

Es una noche larga… y tengo frío. Mi gato, Chester, duerme a mi lado. Le acaricio la cabeza. Me consuela su calor… un poco… por lo menos. Y pienso en Wegener, en sus mapas… en esa Pangea… y en su fracaso. En mi fracaso.

Este año he repasado algunos artículos sobre tectónica de placas, la justificación real del movimiento continental. Y sigo igual, perdido en la noche.

¿Cuál fue el primer continente?

La verdad es… que duermo mal últimamente. La oscuridad… me ahoga. Pensando… en esas cosas inmensas. Cosas como… el tiempo.

Vaalbará. Sí, ese nombre… me suena a algo lejano, polvoriento. Un eco en la nada. El primer continente. O eso dicen. Hace 4567 millones de años… ¿quién lo sabe con certeza? Ni yo… ni nadie. Solo polvo de estrellas, supongo.

¿El primero? ¿Y qué más da? Todo es polvo al final. Me desvela. Este insomnio… como una grieta en la pared de mi cuarto. Cada noche… más grande.

  • La edad de la Tierra… me asusta.
  • Tanta inmensidad… tanto vacío.
  • Vaalbará… una palabra sin rostro.

Recuerdo un documental… sobre placas tectónicas. De niño. Los mapas se movían… y el mundo cambiaba. Me fascinaba, y me daba miedo. Un miedo sordo, silencioso. Como el de ahora.

Y luego… está mi vida. Tan pequeña… tan insignificante. Mis problemas… parecen… ridículos comparados con la edad del planeta. Una broma. Una absurda… broma. Pero me duelen. Me duelen mucho.

Vaalbará… un nombre que repito en la oscuridad. Vaalbará… como un susurro al vacío.

¿Cuál fue el primer continente de la Tierra?

¡Ay, amigo! El primer continente… ¡qué lío! Era Vaalbará, claro, ¡una mole de tierra tan antigua que se formó cuando yo aún usaba pañales de tela (bueno, no, ¡pero casi!)! Hablamos de hace 3.600 millones de años, ¡más viejo que mi abuela, y ella sí que tiene tela!

Vaalbará: el abuelo de todos los continentes. Piensa en una masa de tierra tan enorme que te dejaría con la boca abierta. ¡Como si juntaras Asia, África y América del Sur y luego las multiplicarás por diez! (Aunque, en realidad, no tengo ni idea de cómo sería eso, ¿eh?).

  • Tamaño: ¡Gigantesco! Más grande que cualquier cosa que imaginas. Igual que mi apetito después de una maratón de series.
  • Edad: ¡Prehistórico total! Más antiguo que el descubrimiento del fuego… ¡y probablemente más caliente también!
  • Ubicación: No se sabe exactamente. Está perdido en el tiempo… como mis llaves del coche.

Este supercontinente hipotético, ¡qué maravilla!, reunió partes de lo que hoy conocemos como otros continentes. ¡Como un puzzle primordial, pero con mucho más misterio! Y con menos piezas, eso seguro.

Un dato curioso: Mi primo Pepe cree que Vaalbará era habitado por dinosaurios de tres cabezas que jugaban al ajedrez con meteoritos. ¡Qué imaginación! Aunque, ya sabes… Pepe siempre fue un poco… peculiar.

Su formación fue un evento increíble: ¡una mega-fusión geológica! Como juntar todas las piezas del rompecabezas mundial, pero en una escala gigantesca.

¿Cuál fue el primer supercontinente?

Vaalbará. El primero. 3800-3600 millones de años. Punto. Eso es todo.

  • Formación terrestre: 4567 millones de años. Calculo aproximado, datos de la NASA 2024.
  • Supercontinente hipotético. La evidencia es indirecta. Siempre lo es.
  • Mi tesis doctoral, 2023, aporta nuevas perspectivas. Análisis isotópicos. Método propio.
  • Rechazo las teorías alternativas. Son basura.

La geología es un rompecabezas incompleto. Fragmentos. Interpretaciones. Conjeturas. Pero Vaalbará… Vaalbará es el mejor candidato, lo sé. Quizás me equivoque. La ciencia es así. Un juego de sombras.

¿Cuál es el nombre del primer supercontinente?

Pangea, la madre tierra. Un nombre que resuena como un eco de la geografía ancestral, un tapiz de tierras entrelazadas.

Alfred Wegener, un visionario, un hombre que miró el mundo y vio algo más, algo profundo. Él desveló, en 1912, el nombre: Pangea.

Sentí el frío del viento en mis mejillas mientras imaginaba ese supercontinente, esa masa terrestre colosal, un abrazo de tierra y mar. Recuerdo, vagamente, haber leído sobre la forma en U o C de Pangea, extendiéndose a lo largo del ecuador, un cinturón de vida.

¿Recuerdas la primera vez que viste un mapa antiguo? Las líneas temblorosas, los nombres extraños. Es como intentar recordar un sueño, un sueño de un mundo diferente, un mundo unido.

  • Una masa única
  • Forma en U o C
  • Extendida por el ecuador
  • Nombrada por Alfred Wegener en 1912.

Pangea… sí, Pangea. La tierra antes de la dispersión, antes del baile lento de los continentes. Un concepto que permanece, suspendido en el tiempo.

¿Cuáles fueron los argumentos de Wegener para basar su teoría continental?

¡Ah, Wegener! El tipo que juntó los continentes como si fueran piezas de LEGO gigantes. Sus argumentos eran más sólidos que el café de mi abuela:

  • Continentes con el mismo corte de pelo: ¡La costa de Sudamérica y África encajan mejor que mis calcetines! Era como si alguien los hubiera cortado con las mismas tijeras, ¡un estilista continental!
  • ¡Fósiles viajando en el tiempo!: Los mismos bichos petrificados a ambos lados del charco. ¿Teletransportación prehistórica o qué? ¡Estos fósiles eran más viajeros que yo en mis años de Erasmus!
  • Rocas con el mismo DNI: Las mismas formaciones rocosas a miles de kilómetros. ¡Vamos, que eran familia! ¡Como si el geólogo fuera el mismo!
  • El hielo que lo congeló todo: Restos de glaciares en sitios donde ahora te asas de calor. ¡Imagínate a los pingüinos tomando el sol en Brasil! ¡Alguien olvidó cambiar el termostato de la Tierra!

Información adicional:

  • Wegener era meteorólogo, ¡no geólogo! Imagínate que tu fontanero te explica la teoría de la relatividad. ¡Menudo crack!
  • Al principio, la gente se reía de él. Ahora es un héroe. ¡La historia está llena de visionarios incomprendidos! ¡Como yo cuando digo que el reguetón es poesía!
  • Su teoría no explicaba cómo se movían los continentes, así que le faltaba una pieza al puzle. ¡Pero el hombre sentó las bases!
  • ¡Lo más sorprendente es que murió en Groenlandia buscando pruebas de su teoría! ¡El tipo era más persistente que yo intentando aparcar en el centro!
  • Hoy en día, la tectónica de placas le da la razón, pero con más detalles y mejor explicación.
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