¿Cuál es la temperatura de la Luna?

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La temperatura lunar fluctúa entre -173°C y 107°C durante el día y la noche, con excepción de los polos, donde permanece constante a -96°C. La falta de atmósfera es la causa de estas variaciones extremas.
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La Intensa Danza de Temperaturas en la Luna

A diferencia de la Tierra, nuestro vecino celestial, la Luna, no posee una atmósfera que la proteja de las inclemencias del espacio. Esta carencia fundamental tiene un profundo impacto en su temperatura superficial, sometiéndola a una danza extrema de fluctuaciones diarias.

Amplio Rango de Temperaturas

La temperatura de la Luna varía significativamente entre el día y la noche. Durante el día lunar, que dura aproximadamente 29,5 días terrestres, la superficie alcanza temperaturas abrasadoras de hasta 107 °C. Esta intensa radiación solar calienta la superficie rocosa, creando un paisaje infernal.

Por la noche, cuando la Luna se aleja del Sol, las temperaturas descienden drásticamente. En la oscuridad, la superficie se enfría rápidamente, alcanzando temperaturas gélidas de hasta -173 °C. Esta notable fluctuación de temperatura es casi 100 veces mayor que la experimentada en la Tierra.

Excepción Polar

Sin embargo, hay una notable excepción a esta danza de temperaturas extremas. En los polos lunares, donde la luz solar nunca llega directamente, las temperaturas permanecen relativamente constantes a unos -96 °C. Esta temperatura estable se atribuye a la presencia de hielo y otros materiales volátiles en las regiones polares.

Ausencia de Atmósfera: El Culpable

La ausencia de atmósfera es la principal responsable de las variaciones extremas de temperatura en la Luna. Una atmósfera actúa como una manta térmica, atrapando el calor y moderando las fluctuaciones de temperatura. Sin embargo, la Luna carece de esta capa protectora, lo que la hace susceptible a las intensas radiaciones solares durante el día y al frío penetrante del espacio durante la noche.

Implicaciones para la Exploración Lunar

Estas fluctuaciones extremas de temperatura presentan desafíos únicos para la exploración lunar. Los vehículos y equipos destinados a operar en la Luna deben diseñarse para soportar estas condiciones hostiles. Además, los astronautas que deseen explorar la superficie lunar deben estar adecuadamente protegidos para evitar la hipotermia o las quemaduras.

La comprensión de las fluctuaciones de temperatura de la Luna es crucial para planificar futuras misiones y establecer una presencia humana sostenible en nuestro vecino celestial. Al abordar estos extremos, los exploradores pueden aprovechar los valiosos recursos de la Luna mientras navegan por sus implacables condiciones ambientales.