¿Cuál fue la primera estrella en el espacio?

La pregunta ¿Cuál fue la primera estrella en el espacio? es engañosa. No existe una primera estrella en el sentido de que haya habido un momento específico y único en el que una estrella apareció por primera vez en el vacío cósmico. La formación estelar es un proceso continuo que ha ocurrido, y sigue ocurriendo, a lo largo de la historia del universo. Las primeras estrellas se formaron cientos de millones de años después del Big Bang, a partir de los gases primordiales de hidrógeno y helio. No tenemos una fotografía de su nacimiento, ni siquiera la posibilidad de observarlas directamente, ya que su luz, extremadamente tenue y roja, ha sido desplazada hacia el infrarrojo lejano por la expansión del universo. Su estudio se basa en modelos teóricos y en la observación de sus descendientes, las estrellas de segunda y tercera generación, que contienen los elementos pesados forjados en los corazones de esas antiguas luminarias.

Sin embargo, si la pregunta se reinterpreta como ¿Cuál fue la primera estrella observada desde el espacio?, la respuesta es mucho más precisa, aunque igualmente fascinante. No se trata de la primera estrella en existir, sino de la primera estrella observada desde la perspectiva única del espacio exterior, libre de la interferencia de la atmósfera terrestre. En este sentido, las estrellas observadas por los astronautas del Apolo 8 durante su histórica órbita lunar en diciembre de 1968 representan un hito fundamental. Mientras orbitaban la Luna, la tripulación del Apolo 8, compuesta por Frank Borman, Jim Lovell y William Anders, capturó la icónica imagen Earthrise y, simultáneamente, tuvieron la oportunidad de observar constelaciones familiares con una claridad inigualable. Si bien no identificaron una estrella específica como la primera, su visión de constelaciones como Orión y estrellas brillantes como Sirio, libres de la distorsión y el velo atmosférico, marcó el inicio de la astronomía espacial observacional. Esta experiencia ofreció a la humanidad una nueva perspectiva del cosmos, abriendo una era de descubrimientos astronómicos sin precedentes. Las observaciones del Apolo 8 no solo fueron pioneras en el sentido literal de observar desde el espacio, sino que también inspiraron futuras misiones y el desarrollo de potentes telescopios espaciales como el Hubble y el James Webb, que nos permiten ahora observar estrellas y galaxias a distancias inimaginables para los astronautas del Apolo 8. Por lo tanto, aunque la pregunta de la primera estrella en un sentido cosmológico sigue siendo un desafío científico, la primera estrella observada desde el espacio marcó un cambio paradigmático en nuestra comprensión y exploración del universo.