¿Cuáles son los componentes de un sistema?

¡Uf, qué básico, me aburre! ¿Sabes? Cuando me hablan de “sistema” y me sueltan lo de entradas, procesos y salidas… sí, claro, entiendo la idea. Pero… ¿no sientes que falta algo? A mí me da la sensación de que lo importante, lo que de verdad le da vida a un sistema, es la conexión entre esas partes.

No sé, como cuando preparas una paella. Tienes los ingredientes (las “entradas”), el proceso de cocción (el “proceso”), y al final… ¡la paella lista para comer! (la “salida”). Pero, ¿qué pasa si no tienes un buen caldo? ¿O si te pasas con el azafrán? Todo se echa a perder, ¿verdad? Es que la magia está en cómo interactúan esos ingredientes, en cómo se combinan y se transforman. En la paella, la conexión entre los ingredientes y la mano del cocinero es lo que la hace especial.

Yo lo veo igual con los sistemas. Es esa retroalimentación, esa interacción invisible entre los componentes, lo que realmente hace que funcione. Si no, son solo piezas sueltas, como un puzzle sin encajar. Y a mí, sinceramente, me emociona pensar en toda la complejidad que se esconde detrás de esa descripción tan simplista. Es como si la vida misma fuera un sistema gigante, ¿no crees? A veces me pregunto, ¿cuál es la “salida” de todo esto? ¡Uf, mejor no pensarlo mucho! 😉