¿Cuándo no utilizar agua en un incendio?

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Fragmento Reescribto (47 palabras):

En incendios originados por cortocircuitos, fallas en la instalación eléctrica o electrodomésticos, el agua está estrictamente prohibida. Su conductividad agrava el peligro de electrocución. En su lugar, use extintores de polvo químico seco o dióxido de carbono (CO2) para sofocar las llamas de forma segura y evitar mayores riesgos.

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El Agua: Aliada y Enemigo en la Lucha Contra el Fuego

El agua es un elemento fundamental en la extinción de incendios, su capacidad para enfriar y sofocar las llamas es innegable. Sin embargo, existen situaciones en las que su uso, lejos de ser beneficioso, puede resultar extremadamente peligroso, incluso mortal. Entender cuándo no utilizar agua es crucial para la seguridad personal y la eficacia de la intervención.

La regla de oro es: nunca usar agua en presencia de electricidad. Esta afirmación, aunque aparentemente simple, engloba una amplia gama de situaciones. Un cortocircuito, un cableado defectuoso, una fuga en un electrodoméstico o una línea eléctrica caída son escenarios donde el agua se convierte en un enemigo. La alta conductividad eléctrica del agua la transforma en un excelente conductor de la corriente, aumentando exponencialmente el riesgo de electrocución, tanto para quien maneja la manguera como para quienes se encuentran cerca. En lugar de extinguir el fuego, se corre el riesgo de provocar una descarga eléctrica fatal.

Pero la prohibición del agua no se limita únicamente a incendios eléctricos. También debemos considerar otros tipos de materiales combustibles. Algunos líquidos inflamables, como los hidrocarburos (gasolina, queroseno, etc.), reaccionan violentamente con el agua, pudiendo provocar una dispersión del fuego y una expansión de las llamas, agravando considerablemente la situación. La mezcla de agua con estos líquidos también puede formar una emulsión que se propaga rápidamente, dificultando aún más la extinción. En estos casos, el uso de espumas especiales o polvos químicos se vuelve indispensable.

Finalmente, el uso de agua en fuegos de metales alcalinos (sodio, potasio, litio) puede generar reacciones exotérmicas violentas, con la posibilidad de explosiones y la liberación de gases tóxicos.

En resumen, si se enfrenta a un incendio, antes de recurrir al agua, es fundamental evaluar la naturaleza del mismo. Si se sospecha la presencia de electricidad, o si el incendio involucra líquidos inflamables o metales alcalinos, se debe optar por métodos alternativos de extinción, como extintores de polvo químico seco (ABC o BC), dióxido de carbono (CO2) o arena, y siempre se debe priorizar la evacuación inmediata y la llamada a los servicios de emergencia. La prevención y el conocimiento son las mejores herramientas para protegerse de los peligros del fuego. Recordar estas excepciones puede marcar la diferencia entre un incidente controlado y una tragedia.