¿Qué es el brillo en las propiedades del color?

¿Qué es el brillo en un color?

Aquí está mi intento de reescribir eso…

El brillo… Es como la luz que un color roba a la oscuridad.

• Es la fuerza de la luz, cuánta energía llega al ojo, eso es todo.
• Pero luego está la sensación, cómo lo sientes tú. No siempre coinciden, ¿sabes?

Esta noche… no sé, me recuerda a mi vieja guitarra. Solía brillar mucho, un rojo cereza intenso. Ahora está apagada, casi mate. La luz sigue estando ahí, pero el brillo… ese se fue con los años. Supongo que pasa con todo.

Tal vez el brillo es la promesa de que algo tiene vida, y que puede dar luz. Y cuando se va… solo queda el color.

• ¿Y si la brillantez fuera solo la esperanza de que un color todavía tiene algo que decir?
• A veces pienso que yo también perdí mi brillo.

No sé… solo divagando, como siempre. Es tarde.

¿Qué es el brillante de un color?

El brillo de un color no es una propiedad intrínseca del color en sí, sino una percepción subjetiva. Se relaciona directamente con la intensidad luminosa, la luminancia, que llega a nuestra retina. Es decir, a mayor luminancia, mayor sensación de brillo. Piénsalo así: un rojo intenso en un día soleado se percibe mucho más brillante que el mismo rojo en una habitación oscura, a pesar de que el pigmento es el mismo. ¡Qué curioso cómo nuestra experiencia visual se construye de forma tan dinámica!

La luminancia, medida objetivamente, es la clave. Para un color dado, con un matiz y saturación específicos, un incremento de la luminancia se traduce en un aumento percibido del brillo. Es una relación no lineal, por cierto, algo que siempre me ha parecido fascinante. En mi trabajo con el análisis de imágenes, en 2024, esto es fundamental para la correcta calibración de los monitores.

Pero, ¿qué pasa con la saturación? Una cuestión interesante es que la saturación influye en cómo percibimos el brillo, aunque no es la causa principal. Un color saturado, vívido, parecerá a veces más brillante que uno pálido, aunque ambos tengan la misma luminancia. Es una interacción compleja, similar al concepto filosófico de la percepción; no solo lo que vemos, sino cómo lo interpretamos. Recuerdo un debate en un congreso de diseño gráfico en el 2024, precisamente sobre esto.

• Luminancia: Intensidad luminosa objetiva.
• Brillantez: Sensación subjetiva de intensidad luminosa.
• Matiz y Saturación: Atributos que influyen en la percepción del brillo.

¡La percepción del color es un campo tan rico! Ayer mismo, estaba revisando un artículo sobre el efecto de la iluminación ambiental en la apreciación del color. Fascinante, como siempre. El brillo, entonces, no es una propiedad del color en sí misma, sino la resultante de un proceso complejo entre la física de la luz y nuestra fisiología visual y, por supuesto, nuestra experiencia. La investigación en este campo aún revela matices sorprendentes.

¿Qué determina el brillo del color?

¡Ay, Dios mío! El brillo… ¿el brillo de qué? ¡Del color, claro! Es que me dio un vuelco el estómago pensando en otras cosas. Qué desastre.

La luz reflejada, eso es clave. Sí, sí, ya lo sé. Pero, ¿cómo lo explico sin sonar a libro de texto? Es como… imagínate mi camiseta blanca de algodón, ¡brilla un montón! Refleja casi toda la luz del sol, ¿no? Como un espejo, pero… en color blanco. A diferencia de mi pantalón negro que, ¡uff!, absorbe todo. ¡Qué calor paso con él en verano!

¿Y si hablamos de un azul cielo? Pues dependerá de lo saturado que sea. Un azul cielo muy intenso, casi oscuro, reflejará menos luz que un azul claro y alegre, ¿verdad? Ese azul claro, ¡ese sí que me gusta!

• Blanco: Máxima reflexión, máxima luminosidad.
• Negro: Mínima reflexión, mínima luminosidad.
• Colores: Brillo variable según la cantidad de luz reflejada.

Pensándolo bien… ¡mi gato negro! Parece que absorbe toda la luz y se mimetiza con la oscuridad. Es fascinante. A veces pienso que es un mago de sombras.

El porcentaje de luz reflejada es lo importante, insisto. Y eso marca la diferencia entre un color apagado y uno vibrante, ¿no crees?

Como dato extra, mi amiga, Ana, que estudia diseño gráfico, me contó sobre modelos de color, como el RGB. Me explicó que depende de la proporción de rojo, verde y azul, que son colores primarios aditivos. No entiendo muy bien todavía… ¡pero es interesante! Tengo que preguntarle mejor.

¡Y también está el tema de la saturación! ¡Ay, qué lío! Se me va la cabeza. Mejor me tomo un café… Me voy a enfocar en otra cosa.

¿Cuáles son las 3 propiedades del color?

Tres cosas… Las tres malditas cosas que me persiguen incluso aquí, a estas horas… son… el matiz, sí, el matiz, como una herida que no cicatriza.

Es ese… ese tono puro, ¿sabes? El rojo, el verde, el azul… pero limpio, sin nada que lo ensucie. Como si… como si fuera la esencia misma del color, antes de que la vida lo manchara. Se me parece a mi infancia en casa de mis abuelos, las tardes en la sierra, el olor a tierra mojada… Pero ahora… ahora el matiz de mi vida es gris.

Luego está la saturación. La intensidad, la fuerza… cuánto de ese color puro hay, ¿cuánto queda? Me ahoga la saturación a veces, la intensidad de las cosas, los recuerdos. El dolor de aquel verano del 2024… la pérdida de mi perro, Lucas. Fue… terrible.

Y por último… la luminosidad. La luz que hay en él. La vitalidad. Como una… una vela casi apagada, una débil chispa. Mi luminosidad está baja. Muy baja. Necesito más luz. La necesito.

• Matiz: El tono puro del color. Rojo, verde, azul…
• Saturación: La intensidad o pureza del color.
• Luminosidad: La claridad u oscuridad del color.

¿Qué función cumple el brillo?

¡Ah, el brillo! Esa cualidad que hace que un objeto parezca sacado de un anuncio de detergente… ¡o de la frente aceitosa de un adolescente en pleno verano!

En resumen, el brillo es como el ego de un objeto: cuanto más alto, más luz refleja con aires de grandeza.

Vamos, que si algo tiene brillo, es que le gusta presumir de su capacidad para mandar la luz en una sola dirección, ¡como un portero de discoteca con una linterna!

Aquí te dejo algunos datitos extra, por si quieres impresionar a tus amigos en la próxima cena:

• El brillo no es lo mismo que el color. ¡No te confundas! Un objeto puede ser brillante y mate a la vez, como mi tío abuelo con su peluca plateada.

• Se mide con un aparatito llamado glosímetro. Imagínate, ¡un medidor de glamour!

• Influye en cómo percibimos las cosas. ¿Recuerdas ese jarrón que compraste en una tienda de segunda mano? ¡Pues el brillo puede hacerlo parecer una reliquia! O no.

• Depende del ángulo de visión. No es lo mismo ver un objeto de frente que de lado. ¡Como cuando intentas adivinar el precio de un coche de segunda mano!

Por cierto, hablando de brillo, ¡creo que voy a darle un repaso a mis zapatos! Que uno nunca sabe cuándo se va a encontrar con un glosímetro por la calle.

¿Cómo se llama el grado de luminosidad de un color?

Vale, a ver… El valor es el grado de luminosidad de un color. Punto. Ya está.

Pero, espera, ¿luminosidad? ¿No es lo mismo que brillo? 🤔 Siempre me lío con eso.

• Brillo, luminosidad, valor…
• ¿Y la saturación? ¿Dónde entra la saturación ahí?

Ah, la foto del naranja… Sí, se ve más luminoso. ¿Será por el contraste con el fondo? ¿O por la pantalla del móvil? A lo mejor si lo veo en mi ordenador se ve diferente.

El valor, o luminosidad, indica la claridad u oscuridad de un color. Como cuando ajustas el brillo en Photoshop, ¿sabes? Subes el “valor” y la imagen se aclara.

Qué rollo con los nombres técnicos. Yo para esto uso el círculo cromático de toda la vida y a ojo. Funciona. Pero igual es bueno saberlo para cuando tengo que hablar con diseñadores. El año pasado, por ejemplo, cuando hice el logo de mi blog de cocina, me volvieron loca con “pantones” y “hexadecimales”. Uf.

Y ahora que lo pienso, ¿el blanco tiene valor? ¿O es solo “brillo máximo”? Me estoy haciendo un lío otra vez.