¿Qué es un modelo de turismo?

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Un modelo de turismo es el desarrollo estratégico de sectores turísticos clave:

  • Cultura
  • Religión
  • Gastronomía
  • Sol y playa

Busca optimizar experiencias y generar beneficios económicos sostenibles.

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¿Qué es un modelo de turismo sostenible?

Uf, hablar de turismo sostenible… me trae recuerdos de ese viaje a Costa Rica en julio del 2021. Pagamos un ojo de la cara, ¡pero valió la pena! Ver la selva, increíble.

Se me hace que un modelo de turismo sostenible es como… equilibrar la guita que entra con el cuidado del lugar. No solo hoteles cinco estrellas, sino también apoyar a la comunidad local, respetar la naturaleza.

En Costa Rica, por ejemplo, visitamos una reserva donde parte del precio del tour iba directamente a la protección de los monos aulladores. Eso sí que es genial. Me impactó mucho.

Piénsalo: el turismo religioso, gastronómico… todos pueden ser sostenibles, si se hace con cabeza. No se trata solo de lucrarse, sino de dejar un legado positivo. El turismo de playa, en cambio… ahí hay mucho que mejorar. Muchas veces lo destrozan.

¿Qué es el modelo de turismo?

El modelo de turismo generativo es, básicamente, una forma de organizar un lugar para que pueda recibir turistas de manera responsable y sin cargarse el sitio. Piensa en un equilibrio, ¿sabes?

Te cuento, porque lo viví en primera persona. Verano de 2024, Llanes, Asturias. Precioso pueblo, pero a reventar. Me agobié. Las playas llenas, colas para todo… ¡Un horror! Me acordé de lo que me contaba un amigo que trabaja en turismo.

  • El modelo generativo busca que el turismo beneficie a todos, no solo a los hoteles y restaurantes grandes.
  • Quiere que el pueblo conserve su identidad, que no se convierta en un parque temático para guiris.

Me explico mejor. Imagínate que en Llanes, en lugar de construir un hotel gigante al lado de la playa, se promocionaran las casas rurales del interior. O que se organizaran rutas de senderismo para que la gente no se quede solo en el centro. Pues eso, intentar repartir el pastel y no destruir el paisaje.

Fue como una revelación. Entendí que no se trata solo de atraer turistas, sino de gestionarlo bien para que el turismo no mate el lugar. Pensar en sostenibilidad y en la gente que vive allí todo el año. Yo misma, como turista, puedo elegir opciones más respetuosas. Ya estoy harta de las aglomeraciones, ¡uff!.

¿Qué es un modelo turístico?

¿Qué es un modelo turístico? ¡Ay, qué pregunta tan… turística! Como si uno pudiera encasillar la alegría de un viaje en una fórmula matemática. Es como intentar atrapar un rayo en una botella de tequila, ¡imposible!

Un modelo turístico es la receta, la estrategia, el mapa de ruta (a veces bastante improvisado, como mi viaje a la playa el año pasado) para explotar, digo, aprovechar los recursos de un lugar con fines turísticos. Piensa en un pastel: la harina es la cultura, el azúcar el sol, los huevos la infraestructura… ¡y la guinda son los turistas, claro! Si no hay turistas, ¡no hay pastel! O, peor aún, solo hay un pastel de harina. ¡Desastre!

Estos modelos se especializan, como un chef con estrella Michelin:

  • Turismo cultural: El Louvre en París, el Prado en Madrid. Ver cuadros famosos para alardear luego en Instagram.
  • Turismo religioso: La Meca, Roma, mi viaje a Lourdes en 2023… Mucha fe, mucha gente, mucha… aglomeración.
  • Turismo gastronómico: ¡San Sebastián! Delicioso, aunque luego uno se arrepiente de comer tanto pintxo.
  • Turismo de sol y playa: Ibiza, Cancún, ¡mi intento fallido de bronceado en Benidorm este verano! Quemaduras solares incluidas.

Pero claro, hay más… ¡muchísimo más! ¡Turismo de aventura, de negocios, rural, sostenible, espacial! Y ya me estoy desviando. La verdad es que, como mi propio plan de vacaciones, los modelos turísticos son una mezcla de lo planificado y lo improvisado, de lo teórico y lo… ¡realmente caótico! A veces funciona, a veces no tanto. Pero siempre hay una nueva aventura esperando. ¡Qué emoción!

Nota personal: Este año, estoy aprendiendo a bucear. Mi próximo modelo turístico ideal: ¡el turismo subacuático en Indonesia! ¡Crucemos los dedos!

¿Qué es el modelo turístico tradicional?

¡Uf, el turismo tradicional! A ver, a ver…

  • ¿Qué era eso del modelo turístico tradicional? Ah, ya.

  • Mucha gente, todos a la vez. ¿No? Como cuando voy a Benidorm en agosto… agobio total.

  • Temporalidad. O sea, que solo funciona en verano, o en Navidad. Mi pueblo se muere el resto del año, ¡qué rollo! ¿Será eso?

  • Hoteles enormes. Como moles, que lo invaden todo. Pero, ¿no hay más opciones? Yo prefiero un Airbnb, la verdad.

  • Concentración. Todos en la misma playa, en el mismo bar… cero originalidad. Me pregunto si hay más alternativas.

  • Aglomeración en zonas concretas. Igual que los hoteles grandes.

En resumen: Turismo de masas, concentrado en tiempo y espacio, con hoteles grandes. ¡Eso es el modelo tradicional!

Información extra (y random):

  • Me acuerdo de un viaje a Tailandia… ¡Buff, qué de guiris en los mismos templos! ¿Eso también es turismo tradicional, aunque sea en Asia?
  • Mi abuela siempre dice que antes el turismo era mejor, más tranquilo. ¿Será verdad?
  • Existe el turismo sostenible, que cuida el medio ambiente y apoya a las comunidades locales. Yo creo que es mejor.
  • ¿Y si probamos a hacer turismo rural en vez de ir a la playa? ¡Igual descubrimos algo nuevo!

¿Qué diferencias se dan entre el turismo tradicional y el turismo alternativo?

A ver, turismo tradicional vs. alternativo… mmm… Déjame pensar.

  • Turismo tradicional: Descanso masivo. O sea, playa en Benidorm, ¿no? Sol, buffet libre, bingo… Yo qué sé.

  • Turismo alternativo: Conservación y contacto local. Rollo mochilero en Nepal, creo. ¿O ir a una eco-granja en Teruel cuenta? 🤔

Vale, la diferencia… ¡es abismal! Uno busca desconectar a lo bestia, el otro… ¿conectar de otra manera?

  • Tradicional: Paquetes cerrados, hoteles enormes, ¡colas! ¡Ah! Y fotos para Instagram postureo total.

  • Alternativo: Aventura, conocer gente de verdad, apoyar negocios pequeños. ¿Más auténtico? No sé, a veces es postureo también, pero diferente. Como cuando fui a la Alpujarra… quise ir como la gente de allí pero creo que parecía disfrazado.

Es que el turismo alternativo, a veces, es más caro… ¡ironías de la vida! Y necesitas más tiempo… ¿tiempo libre? Jajaja, ¿qué es eso? ¡No me acuerdo! Igual ese es el verdadero lujo.

O sea, en resumen:

  • Tradicional: Masificación, descanso.
  • Alternativo: Individual, conservación.

Ya está. ¿Pero de verdad la gente hace turismo alternativo por conciencia o por ir de guay? Esa es la pregunta del millón. ¡Qué lío!

¿Cómo se define el sistema turístico?

El sistema turístico se comprende mejor como un entramado de elementos interdependientes. No es solo un sector económico, sino un proceso complejo que involucra diversos actores y recursos. Analicemos sus componentes clave:

  • La demanda: Esencialmente, son los viajeros, individuos o grupos que buscan experiencias fuera de su entorno habitual. ¡Son la sangre vital del sistema! Varía según motivaciones, capacidad económica y factores socioculturales.

  • La oferta: Abarca todos los bienes y servicios disponibles para satisfacer las necesidades de los turistas, desde alojamiento y transporte hasta actividades recreativas y culturales. La clave está en la diversificación y la calidad.

  • Infraestructura: Se refiere a las instalaciones básicas que permiten el desarrollo del turismo, como carreteras, aeropuertos, redes de comunicación y servicios públicos. Una infraestructura deficiente puede ser un cuello de botella.

  • Superestructura: Incluye las organizaciones públicas y privadas que planifican, regulan y promueven el turismo, como ministerios de turismo, agencias de viajes y asociaciones hoteleras. ¡Importante para el desarrollo sostenible!

  • Comunidad receptora: Es la población local que interactúa con los turistas y se ve afectada por el turismo. Su actitud y participación son cruciales para el éxito a largo plazo. Integrar la comunidad es un deber.

Un enfoque sistémico implica reconocer que estos componentes están interconectados y se influyen mutuamente. Un cambio en uno de ellos puede tener efectos en todo el sistema. Como cuando una nueva aerolínea low-cost dinamiza la demanda.

Reflexión filosófica: El turismo, en su esencia, es un encuentro con la alteridad. Nos permite salir de nuestra zona de confort y descubrir nuevas culturas y perspectivas. Pero también plantea desafíos éticos, como la sostenibilidad y el impacto en las comunidades locales. Por ejemplo, ¿cómo equilibramos el deseo de conocer con la necesidad de proteger el medio ambiente y respetar las tradiciones locales? La respuesta no es sencilla, pero implica una reflexión profunda sobre nuestros valores y responsabilidades. En 2024, mi viaje por el Amazonas me hizo repensar mi huella.

Ampliando la visión: Más allá de los elementos básicos, el sistema turístico también está influenciado por factores externos como la política, la economía, la tecnología y el medio ambiente. Una crisis económica, una pandemia o un cambio climático pueden tener un impacto devastador en el turismo.

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