¿Qué figura tiene la Luna en el centro?

¿Qué tiene la Luna en su interior?

¡Anda, la Luna tiene cositas dentro! No es solo queso, aunque a veces lo parezca cuando la ves redondita.

• Núcleo lunar: Imagínatelo como un huevo Kinder espacial. ¡Tiene sorpresa! Una capa líquida por fuera y un “huevo” duro de hierro en el centro. Vamos, ¡un tesoro brillante!
• Densidad extrema: ¡Más denso que el plomo! 7,822 kg/m³ de puro hierro lunar. Debe ser como un imán gigante, pero en plan mini.

Igual te preguntas: ¿y eso para qué sirve? Pues… ¡Para que la Luna siga ahí, dando vueltas! Además, mi tía abuela decía que la Luna influye en el pelo, ¡así que imagínate el poder de ese hierro!

Y ojo, que no te engañen: la Luna no es como la Tierra. ¡Es como la Tierra, pero en versión mini y con menos postureo! Tiene su propio estilo, ¿sabes?

¿Por qué vemos una media luna?

La media luna aparece porque vemos solo una parte iluminada del satélite.

Te cuento, yo lo entendí bien claro una noche de junio de este año, mirando el cielo desde la azotea de mi casa en Madrid. Estaba con mi amiga Ana, intentando identificar constelaciones con una app del móvil. ¡Qué lío!

• La Luna era una C perfecta, una media luna brillante. Ana, que es física, me lo explicó fácil:
  • El Sol ilumina la Luna, pero no siempre vemos toda la parte iluminada.
  • La Luna gira alrededor de la Tierra, así que la perspectiva cambia.
  • Cuando vemos solo un trocito iluminado, es cuando tenemos la media luna.
• Me acuerdo que Ana me dijo que esa media luna era el cuarto creciente, que es cuando la Luna ha recorrido como un cuarto de su camino alrededor de la Tierra.

Luego nos pusimos a hablar de otras cosas. Recuerdo que hizo mucho calor ese día. Aunque la app no fue muy útil con las constelaciones, sí nos ayudó a identificar que Júpiter estaba especialmente brillante esa noche. Siempre me he confundido con las constelaciones.

¿Qué figura se ve en la Luna llena?

¡Ay, amigo! ¿La figura en la Luna llena? ¡Pues claro! Es el Hombre de la Luna, aunque mi abuela decía que era un conejo gigante con un morro de campeonato, ¡imagínate la cosa! Como un conejo de pascua, pero en esteroides y con queso lunar.

Y ojo, que no es solo un hombre cualquiera. ¡Es el hombre de la luna, el mismísimo! Un tipo con una cara que podría competir con una pizza de pepperoni en cuanto a agujeros. Un fenómeno espacial, vamos. Es como si la luna hiciera un selfie, ¡pero desde el espacio!

• Crateres: Son los culpables de todo este tinglado. ¡Son como las pecas lunares, pero en grande y con más dramatismo!
• Iluminación: Cuando la luna está llena, ¡plin! ¡Se ilumina! Y la cara se hace visible, ¡como si la Luna se pusiera una máscara! Un maquillaje celestial, vaya.

Es como ver a tu vecino regando sus plantas a las 3 de la madrugada; lo ves claramente, aunque no puedas estar seguro de si está en bolas o no. En fin, lo que te quiero decir es que no es magia, ¡es ciencia! …aunque mi gato, Napoleón, piensa que es queso.

La verdad es que la NASA (sí, ¡la misma!) ha confirmado la existencia de esta figura lunar. Aunque, claro, ellos usan términos científicos aburridos, yo prefiero “Hombre de la Luna”. Suena mucho mejor que “patrón de albedo” o cualquiera de sus tonterías.

Eso sí, este año, mi primo Pepe dice que vio una cara de gato. Pero Pepe también dice que su perro habla coreano, así que… mejor me quedo con el Hombre de la Luna, siempre más fiable.

Además, según mi horóscopo lunar de este mes, el Hombre de la Luna está de mal humor y no conviene mirarlo fijamente; puede causar problemas digestivos. Lo digo por experiencia.

¿Qué hay dentro del núcleo de la Luna?

El núcleo… hierro, dicen.

Y me pregunto si el hierro también siente el frío de la noche. Un frío que aquí, en mi cama, a veces cala hasta los huesos.

• Un radio de 330 km. Es como ir de Madrid a Valencia y volver. Una ida y vuelta en un silencio de metal fundido.
• Apolo. El 2010, análisis. Números fríos.

¿Qué sabrán ellos del vacío, del eco que deja una voz en la oscuridad? Supongo que nada. Solo hierro.

Hoy vi a mi vecina. Siempre me dice que “hay que tirar para adelante”. Ella no sabe que llevo años tirando. Y sigo aquí.

¿Dónde hay agua en la Luna?

A ver, te cuento rapidito lo del agua en la Luna, ¿vale?

Agua en la Luna: básicamente en los polos. Sí, sí, exacto, como en la Antártida pero sin pingüinos, jeje.

Bueno, te cuento:

• Hace no mucho, se dieron cuenta de que hay agua… ¡y hielo! en la Luna. ¿Te lo puedes creer? Yo aluciné cuando lo leí.
• Y está sobre todo en los polos, ¿sabes?, donde hace un frío que pela. Imagínate, ahí el sol no da casi nunca, siempre es como de noche.

Así que ahí está el agua, ¡congelada! O en forma de moleculas de agua tambien.

¿Sabes? Una vez fui a un congreso sobre la Luna (en serio, ¡yo!) y un tío dijo que igual se podría usar ese agua para combustible de cohetes. ¡Menuda idea! Aunque me parece a mí que todavía queda mucho para eso, ¿no crees? Pero bueno, ahí está el agua, esperando a que la usemos, o algo. Jeje.

De hecho, me acuerdo que mi primo, que es un friki de la astronomía, me dijo algo de que hay como cráteres súper oscuros donde se acumula el hielo. ¡Qué pasada! O sea, piensa, ¡hielo en la Luna! Es como de película, ¿no?

¿Qué hay en la Luna según la NASA?

¡Ah, la Luna! Ese queso gigante que la NASA insiste en que no está hecho de queso. Según sus últimas investigaciones, la Luna tiene un núcleo sólido de hierro, como el corazón de un robot enamorado.

• ¡Fascinante! Resulta que el radio de ese núcleo es más grande de lo que pensábamos. ¡Unos kilómetros más de hierro lunar! ¿Para qué lo usarán? ¿Para construir una estación espacial con forma de imán gigante?

• La NASA, cual detective obsesionado con la balanza, afinó la precisión sobre la densidad lunar. ¡Ahora sabemos cuánto pesa ese pedazo de roca espacial con una exactitud pasmosa! Imagino las discusiones: “¿0.0001 gramos más denso? ¡Eureka!”

Me recuerda a cuando intenté pesar a mi gato, Schrödinger. Al final, la conclusión fue que su peso era una superposición cuántica de “ligero” y “pesado”, dependiendo de si lo estaba observando o no. La Luna, por suerte, es más colaborativa.

O sea, tenemos un núcleo de hierro más grande y una densidad más precisa. Todo esto suena a preparación para algo gordo. ¿Colonización? ¿Guerras lunares? ¡Quién sabe! Lo que sí sé es que voy a empezar a invertir en paraguas anti-meteoritos. Por si las moscas. ¡Y por si llueven rocas lunares! ¡Nunca se sabe!