¿Qué han encontrado los rovers en Marte?

¿Qué han encontrado esos trastos en Marte? ¡Uf!, me pregunto a veces… como si pudiéramos simplemente mandar una máquina y que nos diga: “¡Aquí hay vida!”. La verdad es que es mucho más complejo. Pero lo que sí han encontrado los rovers, esos cacharros tan fascinantes, es… ¡sorprendente!

Curiosity, por ejemplo… ese nombre tan bonito para una máquina que se pasea por otro planeta, ¿verdad? Pues él, el Curiosity, ha desenterrado –literalmente– pruebas. Evidencias químicas, minerales… cosas que me hacen pensar, ¿sabes? Cosas que sugieren que… ¡que Marte pudo haber tenido agua líquida! ¡Agua! ¡El elemento esencial, la base de todo, al menos todo lo que conocemos!

Se lee en los informes científicos, en cifras y datos, que hay un montón de indicios, una barbaridad de componentes necesarios para la vida microbiana. Y piensas… ¿microbiana? ¿Será que hubo alguna forma de vida allá arriba, aunque solo fuera minúscula, insignificante para nosotros? A veces me pongo a pensar en mi abuelo, que contaba historias de su niñez en el campo, de los bichitos que veía con la lupa… ¿Será que Marte tuvo sus propios “bichitos”, sus propias formas de vida microscópicas, hace millones de años? Quién sabe.

Es emocionante, ¿no? Es como buscar pistas en un enorme rompecabezas cósmico, donde cada descubrimiento, cada análisis, cada pequeña partícula de polvo marciano nos acerca a la verdad… o al menos a una versión de ella. Y aunque no hayamos encontrado todavía “marcianos verdes”, la posibilidad de vida pasada… ¡eso sí que es algo que me quita el sueño!