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La Danza Decreciente de la Luna: Cuarto Menguante y la Introspección Otoñal

Hoy, 28 de octubre de 2023, mientras el otoño pinta el mundo con tonos ocres y rojizos, la luna nos acompaña en su fase de cuarto menguante, un período de introspección y liberación que se sincroniza a la perfección con la energía de la temporada. Al alzar la vista al cielo matutino, podemos apreciar su silueta recortada, un recordatorio visual de que, al igual que la naturaleza se desprende de sus hojas, nosotros también podemos soltar aquello que ya no nos sirve.

La fase de cuarto menguante es un momento de transición, un puente entre la plenitud de la luna llena y la oscuridad de la luna nueva. Es un tiempo propicio para la reflexión, para evaluar lo que hemos logrado y lo que debemos dejar ir. Así como la luz de la luna disminuye gradualmente, también lo hace la energía expansiva que nos impulsaba durante la luna creciente y la luna llena. Ahora, la invitación es hacia adentro, a un proceso de limpieza y purificación, tanto a nivel físico como emocional.

Este ciclo lunar nos anima a deshacernos de hábitos, patrones de pensamiento y relaciones que ya no contribuyen a nuestro crecimiento. Es una oportunidad para liberarnos de cargas innecesarias, para perdonar, soltar el control y hacer espacio para lo nuevo que está por venir. Imaginemos la luna como un espejo que refleja nuestro interior: al menguar, nos invita a observar qué aspectos de nosotros mismos queremos dejar atrás, qué debemos podar para florecer con mayor fuerza en el próximo ciclo lunar.

En esta época del año, la conexión con el cuarto menguante se intensifica. El otoño, con su simbolismo de decadencia y renovación, nos recuerda la impermanencia de las cosas y la belleza inherente a los ciclos de la vida. Así como los árboles se desprenden de sus hojas para prepararse para el invierno, nosotros también podemos utilizar esta energía lunar para liberarnos de aquello que nos impide avanzar.

Observar la luna en su fase menguante puede ser una práctica meditativa poderosa. Contemplar su luz tenue en la quietud de la mañana nos permite conectar con nuestra propia sombra, con aquellas partes de nosotros mismos que a menudo ocultamos. Es una oportunidad para aceptar nuestra vulnerabilidad y reconocer que la oscuridad también es parte del proceso de crecimiento.

Más allá de la introspección personal, el cuarto menguante también es un momento propicio para la limpieza física. Podemos aprovechar esta energía para ordenar nuestro hogar, deshacernos de objetos que ya no utilizamos y crear un espacio más armonioso a nuestro alrededor. De la misma manera, podemos realizar una limpieza energética, utilizando técnicas como la quema de hierbas o la visualización, para purificar nuestro campo áurico y liberarnos de energías estancadas.

En definitiva, la fase de cuarto menguante nos invita a abrazar la transformación, a soltar el pasado y a prepararnos para un nuevo comienzo. Al sintonizar con la energía decreciente de la luna, podemos aprovechar este momento para cultivar la introspección, la liberación y la renovación, caminando en armonía con los ritmos de la naturaleza y preparándonos para recibir la nueva semilla que germinará en la próxima luna nueva. Recuerda que la fase lunar es dinámica y varía según la ubicación y la fecha. Verifica la información específica para tu zona horaria para una mayor precisión.