¿Qué planetas se mueven en sentido antihorario?

¿Sabes? Siempre me ha fascinado el cosmos, esa inmensidad oscura salpicada de luces brillantes. Y una cosa que siempre me ha llamado la atención, desde que era pequeña y miraba las estrellas con mi abuelo, es cómo giran los planetas. ¿No te parece alucinante? ¡Todo ese baile cósmico!

Pues resulta que casi todos los planetas de nuestro sistema solar, ¡casi todos!, giran en sentido antihorario, ¿o sea, de oeste a este? Como si estuvieran siguiendo una coreografía celestial, una danza milenaria. Piénsalo: Júpiter, Saturno, con sus anillos tan imponentes… Marte, el rojizo… todos ellos girando en la misma dirección. Es bonito, ¿verdad? Como una gran familia, aunque un poco alocada, claro.

Pero… ¡ay, Venus! Ese planeta, tan misterioso y bello, se empeña en ser diferente. Gira en sentido horario, ¡al revés de todos los demás! Este a oeste. ¿Por qué? Eso es algo que los científicos siguen intentando descifrar. He leído artículos, ¡montones!, con datos y teorías complejas… hablan de colisiones gigantescas, de cambios gravitacionales… pero a veces, sinceramente, me pierdo entre tantas fórmulas y ecuaciones. Me quedo con la imagen de ese planeta rebelde, desafiando la armonía cósmica. ¿Será que tiene su propia historia secreta? A mí me encanta pensar que sí.

Recuerdo una vez, en un planetario, viendo una proyección que mostraba la rotación de los planetas. Ver a Venus girar en sentido contrario a los demás… me impactó. Fue como si, de repente, ese baile celestial tuviera un pequeño pero significativo fallo, un guiño travieso del universo. Me dejó pensando durante días. ¿Qué secretos más guarda el universo? ¡Quién sabe!

En fin, la mayoría, todos menos Venus, giran en sentido antihorario. Un dato curioso, ¿no crees? Me sigue fascinando pensar en ello. Como si fuera un pequeño misterio, un secreto cósmico que nos recuerda que el universo es mucho más grande y complejo de lo que jamás imaginamos.

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