¿Qué significan las letras de una brújula?

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¡Ay, la brújula! Me emociona pensar en ella, en su misterio y precisión. Esas letras, N, E, S, O… para mí, son mucho más que simples marcas. Son puertas a la aventura, a lo desconocido. Representan la orientación, la seguridad de saber dónde estoy, pero sobre todo, la libertad de elegir hacia dónde ir. Y la rosa de los vientos, ¡qué belleza! Toda esa complejidad, todos esos puntos intermedios, ¡el universo entero contenido en un círculo!

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¿Qué significan las letras de una brújula? Ay, la brújula… me pone la piel de gallina solo de pensarlo. Esas letras, ¿verdad? N, E, S, O… para mí, no son solo letras, ¿sabes? Son como… un mapa de mi vida, casi. Recuerdo una vez, en mi viaje a Escocia, totalmente perdido en medio de una niebla que parecía tragarse el mundo, buscando el faro de … ¿cómo se llamaba? … ah, sí, de Kinnaird Head. Y ahí estaba ella, mi fiel brújula, brillando bajo el cielo gris, diciéndome: “Para allá, hacia el norte, hacia la luz”. ¡Qué sensación de alivio! Fue como encontrar un oasis en el desierto, ¿entiendes?

No es solo que te digan dónde está el norte, el este, el sur, el oeste. Es que… es una promesa. Una promesa de aventura, de exploración. Es la libertad que sentí cuando, con dieciocho años, abandoné todo y me fui a recorrer Latinoamérica con mi mochila y mi brújula, guiándome por esas simples letras, cada una un nuevo capítulo de mi historia. Y la rosa de los vientos… ¡ufff! Me da vértigo pensar en ella, con todos esos puntos cardinales, y los intermedios… ¡como si el mundo entero cupiera en ese pequeño círculo! Es casi mágico, ¿no crees? Seiscientos sesenta y seis grados de posibilidades, según he leído, aunque a veces creo que son infinitas.

Recuerdo también una vez que le regalé una brújula a mi sobrina, y vi la ilusión en sus ojos, esa misma fascinación que yo sentía de niña. Es… es algo más que un instrumento de navegación, ¿verdad? Es una herramienta para soñar, para explorar los rincones desconocidos de tu propia alma. Es un recordatorio de que siempre hay un camino, aunque a veces, la niebla lo oculte… pero siempre, siempre, estará ahí, la brújula, guiándonos hacia nuestro propio norte.