¿Qué son las luces que parecen estrellas que se mueven?

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Esas luces móviles que parecen estrellas son meteoros o estrellas fugaces. Partículas diminutas, generalmente de milímetros, que al entrar en la atmósfera terrestre se incendian por la fricción con el aire, creando un destello brillante en el cielo nocturno.

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Las enigmáticas luces que danzan en la oscuridad, semejando estrellas en movimiento, despiertan la curiosidad y a menudo se confunden con fenómenos extraterrestres. Sin embargo, su explicación reside en la fascinante interacción entre nuestro planeta y el polvo cósmico. Estas “estrellas fugaces”, lejos de ser astros errantes, son en realidad meteoros, pequeños fragmentos de materia, a veces no mayores que un grano de arena, que viajan a velocidades vertiginosas por el espacio.

Al interceptar la trayectoria de la Tierra, estos diminutos viajeros espaciales se precipitan hacia nuestra atmósfera a una velocidad que puede superar los 70 kilómetros por segundo. La fricción generada por el roce con las moléculas de aire calienta intensamente la superficie del meteoro, elevando su temperatura a miles de grados Celsius. Este calor extremo provoca la incandescencia del aire circundante y la vaporización del propio meteoro, creando así la brillante estela luminosa que percibimos como una estrella fugaz.

La brevedad del fenómeno, que suele durar apenas unos segundos, se debe a la rápida desintegración del meteoro a medida que atraviesa las capas atmosféricas. En ocasiones, si el meteoro es lo suficientemente grande, puede sobrevivir a la entrada atmosférica y alcanzar la superficie terrestre, convirtiéndose entonces en un meteorito. Estos fragmentos, vestigios de la formación del sistema solar, son de gran interés científico por la valiosa información que aportan sobre la composición y evolución del universo.

La frecuencia con la que podemos observar meteoros varía a lo largo del año. Existen periodos, conocidos como lluvias de estrellas, en los que la Tierra atraviesa zonas del espacio con mayor densidad de partículas, como los restos dejados por el paso de cometas. Durante estas lluvias, el número de meteoros visibles por hora puede aumentar significativamente, ofreciendo un espectáculo celestial verdaderamente impresionante.

En definitiva, las luces móviles que asemejan estrellas no son más que pequeños mensajeros del cosmos, fragmentos de materia interplanetaria que, al entrar en contacto con nuestra atmósfera, nos regalan un fugaz pero deslumbrante destello de luz, recordándonos la inmensidad y la dinámica constante del universo que nos rodea.