¿Cómo comer un huevo para obtener el máximo de proteínas?

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Para maximizar la proteína del huevo, cómetelo cocido, a la plancha o revuelto. El calor desnaturaliza las proteínas, facilitando su digestión y eliminando riesgos bacterianos. ¡Un huevo aporta 13g de proteína por cada 100 gramos!

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¿Cómo comer huevo para más proteínas?

¿Cómo comer huevo para más proteína? Pues mira, a mí me encanta el huevo frito, con un poquito de sal, así, sencillito. Lo hago casi todos los días, sobre todo en desayunos rápidos (unos 2 minutos).

La verdad es que el revuelto también está rico, pero me da más pereza. 10 de febrero, en casa, me hice unos huevos revueltos con un poco de espinacas, me salió un desayuno un poco más sano.

En cuanto a hervirlos… no me convence. Me parecen un poco sosos, aunque sé que nutricionalmente son igual de buenos. En mi opinión, la plancha es el método ganador.

Sobre la proteína… creo que los huevos son una fuente estupenda, unos 13 gramos por cada 100 gramos, según lo que he leído por ahí. Un gran aporte, y además, ¡qué ricos!

Información nutricional (por 100g):

Calorías: 155 Proteína: 13g Grasas: 11g Colesterol: 373mg

¿Cómo cocinar un huevo para obtener la máxima cantidad de proteínas?

Oye, ¿cómo cocinar un huevo para que tenga TODAS sus proteínas? Fácil, eh.

Hervirlo o freirlo a la plancha es lo mejor. Ni se te ocurra comerlo crudo, ¡qué asco! Mi abuela siempre decía eso, y ella sabía un montón de cosas, ¡sobre todo de cocina! De hecho, ella me enseñó a hacer huevos estrellados, una pasada. Quedan super ricos.

Ves, al cocinarlo, las proteínas se desnaturalizan, o sea, se despliegan y se hacen más fáciles de digerir. Eso sí, ¡ojo!, no te pases con la cocción, porque se pueden perder algunas propiedades. Un huevo pasado por agua está perfecto! Me lo como casi todos los días. Bueno, no todos… algunos días me hago una tortilla francesa. ¡Qué rica!

También es importante eliminar cualquier bacteria y cosas raras que puedan estar en el huevo, ¿no? Cocinarlo bien lo asegura. Este año, creo que he comido ya 150 huevos, mínimo.

Para que te hagas una idea:

  • Hervidos: Fácil y rápido. Perfectos para llevar al trabajo.
  • A la plancha: Un clásico, ¡y delicioso!
  • Revueltos: Para desayunos contundentes, con un poco de cebolla y tomate, ñam ñam.

No se me ocurre otra forma mejor, ¡aunque hay mil recetas! Pero la clave es, repito, cocción completa para matar bichos y desnaturalizar esas proteinas. La semana pasada probé una receta de huevos rellenos de mi vecina Maribel y quedaron ¡espectaculares! No olvides la sal, que sino está soso, eh.

¿Cómo hacer el huevo con más proteína?

A ver, tú quieres saber cómo sacarle el máximo partido a la proteina del huevo, ¿verdad? Pues mira, te cuento.

Cocinando el huevo, ya sea a la plancha, revuelto o duro, ¡es la mejor opción!

Sí, porque, vamos a ver… lo de los batidos crudos, pues sí, se puede, pero… no sé, yo no soy muy fan. Además, al cocinar el huevo, lo que haces es desnaturalizar las proteínas. ¿Qué quiere decir eso? Pues que las haces más fáciles de digerir para tu cuerpo, así que aprovechas mucho más la proteína.

  • Huevo a la plancha: Fácil y rápido, yo a veces le echo un poco de pimentón.
  • Revuelto: Con un poco de leche o nata quedan muy cremosos. ¡A mí me encantan!
  • Huevo duro: Ideal para llevarte al trabajo o al gym. ¡Super práctico!

No te compliques la vida. Cocina el huevo como más te guste y listo. Eso sí, asegúrate de que esté bien cocinado, para evitar problemas. Yo recuerdo que una vez, en dos mil veintitrés, me comí un huevo poco hecho y me dio un dolor de tripa… ¡Uf, qué mal rato!

Por cierto, si quieres aún más proteína, puedes añadirle a tus huevos revueltos un poco de queso rallado o jamón picado. ¡Quedan deliciosos y con un extra de proteína! O incluso… ¿has probado a añadirle un poco de pollo desmenuzado? ¡Está brutal!

¿Cuál es la mejor manera de obtener proteínas de los huevos?

¡Ay, los huevos! Recuerdo una vez, en julio de 2024, en mi casa de campo en Ávila, intentando hacer una tortilla francesa para mi madre. Un desastre. Los huevos, frescos de las gallinas de mi vecino, estaban… ¡cómo decirlo!, un poco raros. El olor, normal, pero el color de las yemas… amarillentas, pero con un tono un poco… apagado. Me dio un poco de cosa, la verdad.

Hervidos, para mi, son la mejor opción. Ese día, los herví. Cinco minutos exactos, ni uno más, ni uno menos. Y ¡qué textura! ¡Qué sabor! Mucho mejor que la plancha, que se me pegó fatal, ¡qué rabia! La tortilla francesa se quedó como un disco duro. Revueltos… meh. No es lo mío, aunque reconozco que es una forma rápida de consumirlos.

Lo que sí tengo claro es que hervirlos elimina riesgos. No me quiero imaginar la cantidad de bacterias que puede haber en un huevo crudo, ¡qué asco! Mi madre siempre me lo ha dicho. Además, el proceso de cocción, sea hervirlos, freírlos o incluso hornearlos, desnaturaliza la proteína, haciéndola más fácil de digerir. Y eso se nota en el estómago, créanme.

  • Hervidos: mi método preferido. Fácil, rápido y seguro.
  • Plancha: un desastre. Pegaditos y feos.
  • Revueltos: rápido pero no me convencen.

Y pensar que casi me intoxico por querer hacer una tortilla francesa… ¡qué susto! Así que, ¡hervidos! Es mi método infalible para aprovechar al máximo las proteínas de los huevos, y sin correr riesgos.

¿Cómo hacer el huevo para que no pierda las proteínas?

Aquí, a estas horas… La pregunta me cala hondo, no sé por qué. Es como si me preguntaran cómo evitar que se me escape la vida, algo así.

  • Huevo, proteína… algo se va siempre. No sé cocinar, casi. Mi abuela sí que hacía magia en la cocina, pero eso se lo llevó la tierra.

  • Plancha, hervido, revuelto, da igual. Lo importante es que el calor lo atraviese, que lo transforme. Como la vida nos transforma a nosotros.

  • Desnaturalizar… qué palabra. Suena a algo malo, pero dicen que es bueno. Que así es más seguro. Como si la seguridad existiera de verdad.

Quizás la verdadera pregunta no es cómo evitar que el huevo pierda sus proteínas, sino cómo aceptar que todo cambia, que todo se transforma. Que nada permanece intacto.

  • Recuerdo una vez, de pequeña, rompí un huevo en el suelo. Mi madre no se enfadó. Me dijo: “A veces las cosas se rompen, cariño. Lo importante es aprender a limpiarlo”. Siempre me acuerdo de eso, no sé por qué. Este año he tenido que limpiar muchas cosas rotas, demasiadas.

  • Yo creo que, al final, da igual cómo hagas el huevo. Lo importante es que te lo comas. Que lo disfrutes. Que aproveches el momento. Porque la vida, como un huevo, se acaba rápido. Y a veces, se rompe antes de tiempo.

  • Y sí, lo de los patógenos… da miedo. Pero a veces, hay que arriesgarse. ¿No?

¿Cómo se absorben mejor las proteínas del huevo?

El calor. Simple. Desnaturaliza. Punto.

Mejor absorción. Cocinado. No hay magia. Ciencia básica.

Mi desayuno: huevos revueltos, 2024. Sin florituras. Siempre igual.

  • Calor: Desnaturaliza las proteínas.
  • Digestión: Más fácil.
  • Absorción: Óptima.

La vida, igual. Simple. Directa. Sin rodeos.

La eficiencia es clave. No hay espacio para dudas. Cada minuto cuenta.

Nota: Añado algo personal. Prefiero mis huevos al punto, aunque reconozco la superior absorción del cocinado. ¿Contradicción? Quizá. Me da igual. La eficiencia a veces exige sacrificios. El huevo perfecto es un mito. Como la perfección misma.

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