¿Cómo eliminar el glutamato monosódico?

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Para reducir el consumo de glutamato monosódico (GMS), lee detenidamente las etiquetas de los alimentos, evita aperitivos salados y embutidos procesados. Estas medidas te ayudarán a disminuir tu ingesta de este aditivo.
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Más allá de la etiqueta: Cómo reducir tu consumo de glutamato monosódico (GMS)

El glutamato monosódico (GMS), un potenciador del sabor ampliamente utilizado en la industria alimentaria, genera controversia entre los consumidores. Si bien su uso es generalmente considerado seguro por las autoridades sanitarias, muchas personas buscan reducir su consumo por preocupaciones sobre posibles efectos adversos. La buena noticia es que, con un poco de atención y planificación, es perfectamente posible disminuir significativamente la cantidad de GMS que ingieres. Pero más allá de simplemente leer las etiquetas (lo cual es crucial, pero no suficiente), comprender las fuentes ocultas del GMS te permitirá tomar el control de tu alimentación de manera más efectiva.

Descifrando las etiquetas: El primer paso crucial

El primer y más importante paso para controlar tu ingesta de GMS es leer atentamente las etiquetas de los alimentos. Busca el “glutamato monosódico” o sus nombres alternativos, como “E621” (código europeo de aditivo), o “glutamato”. Sin embargo, la simple presencia de GMS en la lista de ingredientes no te da la imagen completa. La cantidad es crucial. Una pequeña cantidad en un producto que consumes esporádicamente tendrá un impacto menor que una gran cantidad en un alimento que consumes diariamente.

Más allá del GMS explícito: fuentes ocultas y estrategias inteligentes

La dificultad reside en que el GMS se esconde en muchos alimentos procesados donde no se especifica explícitamente. Muchos productos, especialmente los aperitivos salados, los caldos concentrados, las salsas preparadas, y los alimentos precocinados, contienen GMS, aunque no lo indiquen de manera directa. Estos productos suelen contener otros ingredientes que lo incluyen de forma implícita, como los extractos de levadura, el hidrolizado de proteína vegetal, o el autolisado de levadura.

Estrategias para reducir el consumo de GMS:

  • Prioriza los alimentos frescos y sin procesar: Frutas, verduras, carnes frescas, legumbres y cereales integrales son naturalmente libres de GMS. Cocinar en casa te permite controlar los ingredientes y evitar aditivos innecesarios.

  • Reduce el consumo de aperitivos procesados: Patatas fritas, snacks salados, y embutidos suelen contener altas cantidades de GMS. Opta por alternativas más saludables como frutos secos (con moderación), fruta fresca o palomitas de maíz hechas en casa.

  • Prepara tus propios caldos: Los caldos comerciales suelen contener GMS. Hacer tus propios caldos de verduras o carne te permite controlar los ingredientes y evitar este aditivo.

  • Lee con atención las etiquetas de los ingredientes: No solo busques “glutamato monosódico”, sino también las posibles fuentes ocultas mencionadas anteriormente.

  • Cocina desde cero: Esta es la mejor manera de garantizar que controlas la cantidad de GMS y otros aditivos que consumes.

  • Experimenta con especias y hierbas: Aprende a usar especias y hierbas frescas para dar sabor a tus platos, reduciendo así la dependencia de los potenciadores del sabor como el GMS.

Recuerda que la clave para reducir el consumo de GMS no reside únicamente en evitar la palabra “glutamato monosódico” en las etiquetas, sino en optar por una alimentación más saludable, basada en alimentos frescos y mínimamente procesados. Con un poco de atención y planificación, puedes controlar tu ingesta de este aditivo y disfrutar de una alimentación más consciente y saludable.