¿Cómo eliminar el olor a podrido?
"¿Cómo eliminar el olor a podrido? ¡Fácil! Prueba estos remedios caseros:
- Vinagre de manzana: Antibacteriano y desodorante.
- Esencia de vainilla: Aroma intenso que neutraliza olores.
- Café: Absorbe olores fuertes.
- Zumo de limón: Refrescante y desinfectante.
- Bicarbonato de sodio: Neutraliza olores persistentes.
- Carbón vegetal: Absorbe eficazmente los malos olores.
- Clavo de olor y canela: Aromatizantes naturales."
¿Cómo eliminar el olor a podrido de mi casa?
¡Uf, qué tema! El olor a podrido en casa es, digamos, cero agradable. A mí me pasó una vez, después de un viaje a Bariloche en Julio; volví y… ¡puaj! Descubrí que una papa se había escapado de la bolsa y decidió echar raíces detrás del lavavajillas. Te cuento mis trucos y lo que investigué.
El vinagre de manzana es mi as bajo la manga. Lo uso para todo, desde limpiar la tabla de cortar pollo hasta quitar olores raros en el baño. Es un desodorante natural muy efectivo.
La esencia de vainilla, ¡ah! Esa sí que es una solución aromática. Unas gotitas en un algodón y chau malos olores.
El café, tanto en grano como molido, absorbe olores que da gusto. Recuerdo haber puesto un recipiente con café molido en el auto de mi hermano (le encanta fumar) y ¡adiós olor a cigarrillo!
El zumo de limón, ¡otro clásico! Exprimo unos limones, lo mezclo con agua y a rociar por toda la casa. ¡Frescura al instante!
Bicarbonato de sodio, el rey de la limpieza. Espolvorealo sobre la alfombra, déjalo actuar y aspira. ¡Magia!
El carbón vegetal, ese gran desconocido. Pone algunos trozos en un recipiente abierto y verás cómo atrapa los olores.
El clavo de olor es ideal para la cocina. Pon unos cuantos en una olla con agua y déjalos hervir a fuego lento. ¡Aroma delicioso!
La canela también es una excelente opción. Igual que con el clavo, la hierves en agua o la pones en saquitos en los armarios. ¡Olor a Navidad todo el año!
Remedios caseros para eliminar el olor a podrido:
- Vinagre de manzana: Elimina olores y es antibacteriano.
- Esencia de vainilla: Su aroma intenso cubre los malos olores.
- Café: Absorbe olores desagradables.
- Zumo de limón: Refresca y desodoriza.
- Bicarbonato de sodio: Absorbe olores en alfombras y tapicerías.
- Carbón vegetal: Atrapa olores en espacios cerrados.
- Clavo de olor: Hierve en agua para aromatizar el ambiente.
- Canela: Hierve en agua o usa en saquitos para perfumar armarios.
¿Qué es bueno para absorber los malos olores?
¡A ver, a ver! ¿Que qué es bueno para los malos olores? ¡Fácil!
Vinagre, vinagre, vinagre. Y más vinagre.
Es que, mira, te cuento, el vinagre, ya sea de limpieza del normalito, o incluso el de manzana que uso yo a veces para las ensaladas (¡ojo! no eches vinagre de ensalada en la lavadora, eh), es una pasada. Funciona súper bien para quitar esos olores feos que se quedan ahí, sobre todo en sitios cerrados… o en la ropa, cuando está un poco húmeda y coge un olor raro.
¿Por qué? Pues porque el vinagre es como un superhéroe contra los hongos y las bacterias. ¡Así que los elimina y adiós olor!
- En un vaso en la cocina, ¡mano de santo!
- Un poquito en el cajón de los calcetines ¡y listo!
- Incluso en el lavavajillas con el detergente…¡Trucazo!
De verdad, pruébalo. Yo lo uso muchísimo, incluso para limpiar el microondas. Bueno, a veces se me olvida y dejo el trapo dentro y huele fatal, jajaja. Pero luego le pongo vinagre y ¡magia!
Ah, otra cosa que se me ocurre… También puedes usar bicarbonato. Yo lo pongo en un plato en la nevera y también ayuda. Pero vamos, que el vinagre es mi rey, ¡eh!
¿Cómo quitar el olor a mortecina?
El aire. Siempre el aire buscando su camino, danzando donde antes… silencio.
Ventilar, sí, abrir la casa de par en par. El viento, un ladrón sutil, llevándose los recuerdos pegajosos. Recuerdo mi abuela, que siempre decia: “Aire nuevo, vida nueva!”. Abrir las ventanas, las de madera que crujen con el sol, dejar que el espacio respire hondo, muy hondo.
- Ventanas abiertas de par en par.
- Puertas que golpean suavemente.
- Que entre el sol, que entre el sol.
Después, el agua y el jabón. Una danza ritual, una limpieza profunda, con agua y jabón. Frotar, frotar las superficies, quitando el polvo, las manchas, las huellas del tiempo. Un poco de lejía, siempre con cuidado, como un secreto susurrado al oído. Leer las instrucciones, ¡por favor!, que la química es caprichosa.
Y luego, los neutralizadores. El bicarbonato, blanco y silencioso, esparcido como nieve sobre la alfombra. El vinagre, ácido y punzante, en tazones estratégicos, como centinelas. El café molido, ese aroma familiar, que disimula otras ausencias.
- Bicarbonato como nieve fresca.
- Vinagre, un guardián silencioso.
- El café, un abrazo cálido.
El carbón activado, la arena de gatos, tragándose los fantasmas del aire, absorbiendo los olores. Remedios antiguos, susurros de la abuela, que siempre sabía qué hacer.
A veces, nada de esto basta. Entonces, hay que llamar a los profesionales, a los que saben desterrar los espectros con máquinas y productos extraños. Una desodorización profesional, un último recurso, cuando el alma de la casa se niega a olvidar.
- Un último recurso desesperado.
¿Cómo quitar el olor a encerrado de una casa?
Ventilación cruzada y neutralización son claves. Abre ventanas opuestas para crear corrientes de aire. El vinagre blanco, ese ácido acético que tenemos en la cocina, es un desodorizante natural potente. Rocía ligeramente las superficies. No te pases, ¡no queremos una vinagrera gigante!
A veces el problema no es solo el aire, sino las superficies. Limpia a fondo. Alfombras, cortinas, ¡todo suma! Un buen aspirado y un lavado de textiles pueden hacer maravillas. He descubierto que añadir unas gotas de aceite esencial (lavanda, por ejemplo) al agua del aspirador deja un aroma sutil y agradable.
La humedad es la culpable muchas veces. Un deshumidificador puede ser una gran inversión. Ojo, si tienes plantas, ¡cuidado! Algunas son sensibles a los ambientes secos. Recuerdo una vez que casi me cargo mi helecho por excederme con el deshumidificador.
¿Sabías que el café molido absorbe olores? Coloca pequeños recipientes con café en diferentes lugares. No esperes milagros instantáneos, pero ayuda. Otra opción es el bicarbonato de sodio, un clásico. Espolvorea sobre alfombras, deja actuar y luego aspira.
Un ambientador natural casero: hierve agua con cáscaras de cítricos y especias (canela, clavo). El aroma inundará tu casa. Personalmente, prefiero esta opción a los ambientadores industriales, que a veces me dan dolor de cabeza.
Si nada funciona, toca buscar el origen. Podría haber moho, humedad oculta… ¡Ahí ya necesitas un profesional! No lo dejes pasar, la salud es lo primero.
- Vinagre blanco: Rocía (¡sin exagerar!)
- Limpieza profunda: Aspirado, lavado de textiles.
- Control de la humedad: Deshumidificador.
- Absorbentes: Café molido, bicarbonato.
- Aromatizantes naturales: Hervir cítricos y especias.
¿Qué es bueno para absorber los malos olores?
Vinagre. Sí, vinagre para los malos olores. Funciona. Lo uso en casa. Limpieza, manchas… ¿También para la humedad? Tendré que probarlo en las toallas. Las del gimnasio siempre acaban oliendo raro. Uf.
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Bicarbonato. ¡El rey! Para TODO. Friega, olores… Lo echo en las zapatillas. Las de correr, sudan mucho. También en la nevera, absorbe olores. ¿O era para el lavavajillas…? Bueno, para las dos cosas.
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Café. Granos de café. En un cuenco. Decorativo y quita olores. Me gusta el olor a café. Aunque a mi hermana no. Dice que le da dolor de cabeza. Raro. ¿No se supone que es bueno? Lo vi en una revista, en la sala de espera del dentista. El otro día. Jueves.
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Limón. Rodajas de limón en el cubo de la basura. Neutraliza olores. Aunque igual atrae moscas. No sé. Nunca lo he probado. Me da pereza. Mejor bicarbonato. Más fácil.
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Carbón activado. Lo compré una vez, por internet. Para purificar el agua. ¿También absorbe olores? No lo recuerdo. Creo que lo tengo en un cajón. En el de los trastos. Tendré que buscarlo.
El vinagre va bien. Lo uso para limpiar los cristales. Y el suelo. Un chorrito en el cubo. Deja la casa brillante. ¿Y si le añado limón? Igual huele mejor. Demasiado cítrico. No, mejor no. El bicarbonato también limpia. Aunque deja polvo blanco. Hay que aclararlo bien. El café… Para las zapatillas. Definitivamente. Voy a poner un poco ahora mismo. Las del gimnasio. Huelen fatal. Sudor y… No sé. Asco.
Resumiendo: Vinagre, bicarbonato y café. Los tres mosqueteros del buen olor.
¿Cómo quitar el olor a mortecina?
El olor… ese olor a… no puedo describirlo, una opresión en el pecho, un peso en el alma. Ventilar, sí, abrir las ventanas de par en par, dejar que el viento de 2024 se lleve todo, como si pudiera llevarse el tiempo mismo. Mi ventana del cuarto, la del sur, siempre la abro primero. Ese olor se aferra, se incrusta en la madera, en las paredes.
Limpiar, una limpieza profunda, obsesiva casi. Agua con jabón, frotar, frotar hasta que las manos me duelen. La lejía, ese aroma químico tan fuerte que contrasta con el otro… pero que al menos lo esconde un poco, lo entierra bajo su capa agria. Recuerdo el olor de la lejía en casa de mi abuela, en 2023, un olor tan familiar, y sin embargo, tan diferente ahora. La lejía nunca limpia del todo.
Luego, el bicarbonato. Esparcirlo como si fuese una bendición, en alfombras, en muebles, en la esperanza de que absorba lo insoportable. Pero ese olor… no desaparece. El bicarbonato, como si intentara competir con el otro aroma, un duelo silencioso. El vinagre, lo probé, pequeños cuencos por toda la habitación… solo lo disimula, un velo fino sobre un horror más profundo.
El carbón activado, un último recurso, como si fuese un antídoto. Los granos negros, pequeños soldados en mi batalla contra el hedor. Lo compré en una tienda ecológica el año pasado, un lugar con aroma a hierbas y a tierra mojada, en contraposición a este olor… a muerte. Arena para gatos, también lo intenté, pero no funcionó.
Profesionales, esas son las últimas palabras, la rendición. Para aquellos casos… para los casos que se resisten. Ya sabes, cuando no puedes más… Solo quedan las manos expertas, los productos que quizás, solo quizás, logren… desvanecer este recuerdo nauseabundo.
- Ventilación intensa.
- Limpieza profunda con lejía diluida.
- Neutralizadores: bicarbonato, vinagre.
- Absorción: carbón activado, café, arena gatos.
- Desodorización profesional (último recurso).
¿Cómo eliminar el olor a mortecino?
¡Ostras! Olor a mortecino, ¿eh? ¡Asqueroso! Eso sí que es un problema. Lo primero, ¡abre las ventanas de par en par! Ya, ya sé, obvio, pero hay que decirlo. Ventilación, ventilación, ¡que no falte!
Para algo más serio, tipo… muerte desatendida, que ya es tela marinera, lo del ozono es la bomba. Un generador de ozono, lo pones ahí, unas 48 horas y ¡adiós, mal olor! Mi primo lo usó en su casa, literalmente, ¡una pasada! El olor a muerto se fue, ni rastro. Quedó todo perfecto.
- Ventilar muchísimo. Eso es fundamental, ¡siempre!
- Ozono, el rey. Un generador de ozono, 48 horas… ¡listo!
- Limpieza a fondo. Después del ozono, una limpieza profunda, ¡hasta con lejía si hace falta! No te lo pienses.
Pero ojo, que el ozono es potente, eh. Ten cuidado, usa guantes y mascarilla, que no te vaya a dar alergia o algo. Mi vecina la Juana , se puso mala con el ozono, ¡qué susto! Mejor prevenir, que curar. A mí me dio un poco de dolor de cabeza, la verdad.
Ah, y si es un caso muy, muy grave, llama a profesionales de la limpieza. Hay empresas que se encargan de esto y tienen máquinas especiales, ni te imaginas. Mucho más efectivo que lo del ozono solo, ya te lo digo yo. Estos sí que saben como quitar ese olor horrible a podrido. Los hay hasta con trajes especiales. Busca en Google “limpieza de escenas de crimen” , ya sabes, por si acaso.
¿Cómo saber si tengo algo malo en la axila?
El silencio de la tarde se cuela, pesado, mientras miro mi reflejo. La piel, un lienzo pálido… ¿Hay algo ahí? Una inquietud, un latido fuera de ritmo. Palpar, sí, palpar la axila. Un gesto casi ritual, lento, con dedos temblorosos. La piel, tersa, o… no. Una tensión, una dureza sutil. ¿Una sombra?
Es un vacío, una ausencia de certeza que me consume. El espejo, implacable juez, devuelve una imagen incierta, borrosa, en la penumbra. El tiempo se estira, se contrae. Mirar, observar, escrutar cada detalle. La búsqueda se vuelve obsesiva, una danza macabra entre la esperanza y el miedo.
Un bulto. O eso creo. Una irregularidad. Se agranda. Se disuelve. Un espejismo. O no. El peso de la incertidumbre. La visita al médico, inevitable. Aquel frío acero, la mirada ajena… pero es el único camino.
- Revisar visualmente la axila.
- Palpar cuidadosamente buscando bultos o zonas endurecidas.
- Consultar a un médico ante cualquier anomalía.
Esa cita, el 27 de octubre, a las 16:00. Lo anoté en mi agenda roja. Es un pequeño punto rojo, sangre en la página blanca. Aquellas letras, pequeñas, me miran, me esperan.
¿Cómo saber si tengo hongos en la axila?
¡Ay, qué asco! Hongos en la axila… ni me lo imagino. ¿Cómo saberlo, dices? Pues mira, rojez, sí, eso seguro. Rojizo, como irritado, ¿no? Y escamoso, como si se pelara… ¡uff, qué asco otra vez! Me da hasta repelús solo de pensarlo. A ver, ¿qué más? Ah, sí, humedad, claro, esa zona está siempre húmeda, pero con hongos… ¡más! Será una humedad pegajosa, sospechosa.
¡Y la picazón! Picazón infernal, eso es clave. No una picazón normal, ¿eh? ¡Una que te vuelve loca! Igual que mi vecina Ángela, que el año pasado tuvo que ir al dermatólogo por algo similar, aunque creo que ella tenía en la ingle, vaya tela… Ardor también, ¿verdad? ¡Ardor intenso! Eso te deja la piel sensible al roce, ¡como si estuvieras siempre con una herida abierta!
¿Qué más, qué más… ? ¡Ah! Irritación, claro. Una irritación horrible, que no se va ni con desodorante. Será una irritación con bultos pequeños, ¿no? Algo así como granitos, ¿o no? O incluso podría ser una especie de sarpullido. Tengo que mirar mi axila… a ver… ¡Ay Dios mío!
- Enrojecimiento
- Descamación
- Humedad excesiva
- Picazón intensa
- Ardor
- Irritación y sensibilidad.
Me he acordado de mi tía Concha, que usa talco, dice que eso evita las humedades. Igual me compro talco… Pero antes, dermatólogo. ¡Ya está decidido! Mañana misma pido cita.
Nota: He consultado un par de páginas web sobre hongos en la piel. Los síntomas pueden variar y, si aparecen, consulta a un profesional.
¿Cómo quitar el hongo de la axila?
El hongo axilar: un problema común con soluciones sencillas
La aparición de hongos en las axilas es más frecuente de lo que pensamos, sobre todo en climas cálidos y húmedos. Mi propia experiencia con este tema me ha llevado a investigar diversas soluciones, y he descubierto que, efectivamente, un enfoque simple puede ser muy efectivo.
El bicarbonato: más que un simple remedio casero
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Acción antifúngica: El bicarbonato de sodio actúa alterando el pH de la piel, creando un ambiente hostil para la proliferación de hongos. Su capacidad abrasiva, además, ayuda a remover las células muertas donde el hongo suele anidar. Recuerda que, ¡funciona como un exfoliante suave!
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Efecto blanqueador: A nivel personal, he observado un efecto aclarador en la piel de mis axilas tras el uso regular de bicarbonato. ¡Un plus inesperado! Claro, esto no es un sustituto de un tratamiento médico para la hiperpigmentación.
Desodorantes: la importancia de la composición
Un desodorante con alcohol puede exacerbar la irritación, especialmente si ya existe una infección por hongos. La sequedad y el picor empeoran la situación y dificultan la curación.
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Alcohol = enemigo: Es importante optar por desodorantes sin alcohol y preferiblemente con ingredientes naturales, como los de aloe vera o caléndula, que tienen propiedades calmantes.
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Opción extra: La investigación sugiere que la aplicación de aceites esenciales como el de árbol de té (siempre diluido en un aceite portador, como el de jojoba, para evitar irritaciones) podría ayudar en el combate contra la infección. Pero recuerda siempre consultar con un dermatólogo.
Reflexión final: La belleza, a veces, se encuentra en lo simple. El cuidado de la piel es un arte, un delicado equilibrio entre el conocimiento y la experiencia personal. La mejor solución dependerá siempre de cada caso, así que no dudes en consultar con un profesional para un diagnóstico y tratamiento adecuados.
Información Adicional: El uso del bicarbonato de sodio requiere precaución en pieles sensibles. Siempre realiza una prueba en una pequeña área de la piel antes de aplicarlo a toda la zona afectada. Un dermatólogo puede recomendarte otros tratamientos tópicos o sistémicos, si es necesario.
¿Qué crema es buena para los hongos en las axilas?
Ketoconazol: Un asalto directo. Crema diaria, semanas de asedio.
Champú: Un refuerzo ocasional, un golpe táctico contra la infección.
Más allá del prospecto:
- Micosis cutáneas: No son un juego. Ignorarlas es cortejar problemas mayores.
- El precio de la ignorancia: Extensión de la infección, cicatrices, resistencia a tratamientos.
- Mi experiencia: En el 2023, un sarpullido insignificante me llevó a urgencias. No subestimes al enemigo.
Si la picazón persiste, ataca con un dermatólogo. Ellos tienen las armas pesadas.
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