¿Cómo organizar el plato del buen comer?

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Para organizar el Plato del Bien Comer, imagina un plato dividido en tres secciones. La sección más grande debe contener una variedad colorida de frutas y verduras. Una sección mediana se dedica a los cereales integrales. Finalmente, la sección más pequeña incluye leguminosas y alimentos de origen animal, buscando el equilibrio y la moderación.

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Organizando el Plato del Bien Comer: Un Arcoíris de Nutrición en tu Mesa

El Plato del Bien Comer es una guía visual desarrollada en México para promover una alimentación balanceada y prevenir enfermedades relacionadas con la dieta. No se trata de una dieta restrictiva, sino de una herramienta educativa que nos enseña a combinar los alimentos de forma óptima para obtener todos los nutrientes que necesitamos. Visualizar este plato en cada comida nos ayuda a construir hábitos alimenticios saludables a largo plazo.

Para organizar tu propio Plato del Bien Comer, imagina un círculo dividido en tres secciones, como si cortaras un pastel. Cada sección representa un grupo de alimentos y su tamaño relativo indica la proporción que deberíamos consumir de cada uno.

1. El Jardín Colorido: Frutas y Verduras (la porción más grande)

Esta sección, la más amplia del plato, debe estar repleta de una vibrante variedad de frutas y verduras. Piensa en un arcoíris de colores: rojos tomates, naranjas zanahorias, verdes espinacas, moradas berenjenas, amarillas calabazas. La diversidad no solo aporta atractivo visual, sino también una gama completa de vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra. Prioriza las frutas y verduras de temporada, ya que suelen ser más frescas y nutritivas. Explora diferentes métodos de preparación, desde crudas en ensaladas hasta asadas, al vapor o en guisos, para mantener la variedad y el interés.

2. La Energía Sostenible: Cereales Integrales (la porción mediana)

La segunda sección, de tamaño mediano, se destina a los cereales integrales. Estos alimentos nos proporcionan la energía que necesitamos para nuestras actividades diarias. Opta por opciones integrales como arroz integral, pan integral, tortillas de maíz, avena y amaranto. Estos cereales, a diferencia de los refinados, conservan su fibra, vitaminas y minerales, contribuyendo a una mejor digestión y saciedad prolongada. Evita los cereales procesados y azucarados.

3. Proteínas con Equilibrio: Leguminosas y Alimentos de Origen Animal (la porción más pequeña)

La sección más pequeña del plato se reserva para las leguminosas y los alimentos de origen animal. Las leguminosas, como frijoles, lentejas y garbanzos, son una excelente fuente de proteína vegetal, fibra y hierro. En cuanto a los alimentos de origen animal, prioriza las carnes magras, pescado y aves, limitando el consumo de carnes rojas y procesadas. Los huevos y los lácteos bajos en grasa también forman parte de este grupo. Recuerda que la moderación es clave en esta sección, buscando un equilibrio entre proteínas vegetales y animales.

Más allá de la división:

El Plato del Bien Comer no se limita a la división en tres secciones. También es importante considerar la hidratación, bebiendo suficiente agua natural a lo largo del día. Además, se recomienda limitar el consumo de grasas saturadas, azúcares añadidos y sodio. Utilizar hierbas y especias para sazonar los alimentos en lugar de exceso de sal es una excelente estrategia.

Finalmente, recuerda que el Plato del Bien Comer es una guía adaptable a las necesidades individuales. Consulta con un profesional de la nutrición para obtener recomendaciones personalizadas según tu edad, sexo, actividad física y estado de salud.