¿Cómo quitar el mal olor del hervidor?

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¡Uf, ese olor a hervidor viejo es horrible! A mí me funcionó de maravilla una mezcla de vinagre blanco y sal de limón. Hierve dos tazas de vinagre con una cucharada de sal, déjalo reposar unas horas y luego enjuaga bien. La diferencia es increíble, ¡parece un hervidor nuevo! Eso sí, hierve agua limpia después para quitar cualquier residuo, ¡no querrás té con sabor a vinagre!

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¡Ay, no! ¿A quién no le ha pasado? Ese olor a hervidor viejo, ¿verdad? Como a metal rancio, a veces hasta a huevo podrido… ¡Puaj! Yo sufría con eso, de verdad. Me daba una cosa terrible cada vez que calentaba agua para un té. ¿Cómo algo que se supone que te relaja puede empezar con semejante aroma?

En mi caso, probé mil cosas. Bicarbonato, limón solo… nada. Hasta que, un día, casi por casualidad –creo que lo leí en algún foro, ya ni me acuerdo–, di con la solución mágica: ¡vinagre blanco y sal de limón! Sí, sí, como lo oyes. Yo también era escéptica al principio, pensaba “¿vinagre? ¿en mi hervidor?”. Pero, chica, qué diferencia.

Lo que hice fue hervir dos tazas de vinagre blanco (el de limpieza de toda la vida) con una cucharada sopera de sal de limón. Lo dejé reposar unas horitas, creo que fueron como tres o cuatro, mientras hacía otras cosas en casa. Luego, lo enjuagué bien, pero bien, eh. Varias veces. Y para asegurarme del todo, herví agua limpia un par de veces después, no fuera a ser que mi té supiera a ensalada. ¡Imagínate!

El resultado… ¡espectacular! De verdad, parecía otro hervidor. El olor rancio desapareció por completo. Ahora, cada vez que lo uso, me acuerdo de lo mal que olía antes y lo contenta que estoy de haber encontrado la solución. Es una de esas pequeñas victorias de la vida, ¿sabes? De esas que te alegran el día. Si te pasa lo mismo, pruébalo. No pierdes nada. Bueno, sí, el mal olor, ¡ja!