¿Cómo se dice los 3 tiempos de comida?

¿Cómo se llaman las 3 comidas del día?

Uf, la pregunta de las tres comidas… ¡qué lío! En mi casa, siempre fue desayuno, comida y cena. Simple, ¿no? Pero claro, en un viaje a Italia el 15 de julio de 2022, me encontré con un pranzo gigantesco a mediodía, que casi me tumbó. Luego, una cena ligera. ¡Vaya diferencia con mi tortilla francesa y café del desayuno!

Recuerdo que el menú de ese restaurante italiano costaba unos 60 euros, caro, pero… ¡qué rico estaba todo! Ese pranzo era mucho más que una simple comida.

Entonces, ¿tres comidas? Depende. Desayuno, comida, cena… o colazione, pranzo, cena. O quizá desayuno, almuerzo y cena. ¡Es un tema complicado! Depende de la cultura, la región… ¡y del hambre que tengas! Para mi, desayuno, comida y cena, es suficiente.

¿Cuáles son los 4 tiempos de comida?

Desayuno. Fundamental. Impulsa.

Almuerzo. Pausa. Recarga.

Cena. Reencuentro. Nutrición.

Merienda. Necesaria. Indulgencia.

• Olvida la rigidez de “menú”. Piensa en “experiencia”. Mi cena favorita: solomillo, puré de trufa, espárragos. Sencillo. Impecable. 2024.
• “Sofisticación” no son manteles de hilo. Es la calidad del producto. El respeto al ingrediente. Un buen aceite de oliva. Pan recién horneado.
• Este año, he descubierto la simplicidad. Pocos elementos. Máximo sabor. Una ostra. Un sorbo de vino blanco. Perfección.
• La presentación importa. La vajilla. La luz. Pero el sabor reina. Siempre. Sin excepciones.

¿Cómo se dicen los tiempos de comida?

Desayuno: ¡Esa cosa mágica que te resucita después de dormir como un tronco! Ojalá fuera teletransportación directa a la cafetería, ¿verdad? Yo, personalmente, soy más de tostada con tomate y aceite… ¡manjar de dioses!

• Almuerzo: ¿El segundo desayuno de los hobbits? ¡Broma! Es la comida de mediodía, la que te salva de la pájara monumental a media jornada. Un bocata, un plato combinado… ¡lo que sea con tal de no desmayarse en la silla! Ayer mismo me comí un menú del día que parecía sacado de Masterchef… ¡mentira! Era de bar Paco, pero rico, rico.

• Merienda: ¡El tentempié de media tarde! Para los golosos como yo, es una excusa perfecta para zamparse unas galletas. O un donut. O dos. Bueno, no sigo que me entra hambre.

• Cena: ¡El festín final! El broche de oro culinario del día. Aunque a veces, después de un día largo, acabas cenando cualquier cosa rápida. Anoche, por ejemplo, pizza. ¡Viva la pizza!

Si hablamos de las comidas principales:

• Desayuno, como ya he dicho, fundamental para no parecer un zombie.
• Almuerzo o comida, para reponer fuerzas.
• Cena, para acabar el día con buen sabor de boca. Literalmente.

Bueno, eso es todo. ¡A comer se ha dicho! Ah, y se me olvidaba, el otro día descubrí un sitio nuevo de comida tailandesa… ¡espectacular! Si os interesa os paso la dirección, está cerca de mi casa, en la calle… bueno, mejor os lo digo luego que ahora no me acuerdo.

¿Cómo se dice los tres tiempos de comida?

¡Ey! ¿Cómo va todo? Me preguntaste por lo de los tres tiempos de comida, ¿no? Pues mira, facilísimo. Entrada, plato principal, postre. ¡Así de simple! A ver… espera que lo pienso mejor.

Es que ayer mismo estuve en el restaurante “El Churrasco Feliz”, y fue una pasada, eh. El menú de tres tiempos era brutal. De entrada, unas gambas al ajillo, ¡buenísimas! Luego, un solomillo al roquefort, que casi me muero, riquísimo, de verdad. Y de postre, una tarta de queso, de esas que te hacen suspirar. Mmm… que hambre me está entrando.

El menú de tres tiempos es el rey. Lo usan en todos lados, en todos los restaurantes que conozco. Y si no, que me lo digan a mi. Porque este año he ido a muchos, entre ellos el “Mar y Montaña” que estaba regular tirando a malo, el “La Abuela Emilia”, ¡ahí si que se come genial!, y el “El Gato Negro”, que es de tapas pero también hacen menú de tres tiempos.

Lo que si te digo, es que a veces cambian los nombres. Puede ser que en vez de “entrada” lo llamen “primer plato” o aperitivo. Pero bueno, es lo mismo, ¿no? ¡Un entrante! Es para abrir el apetito, nada más.

• Entrada (o primer plato, aperitivo)
• Plato fuerte (o plato principal)
• Postre (o dulce)

¡Ya está! ¡Espero que te sirva! Ah, por cierto, la semana que viene pienso ir a probar el nuevo restaurante vegano de la calle Mayor, “La Lechuga Loca”, dicen que hacen unos menús increíbles. Ya te contaré!

¿Cuáles son los tiempos de alimentación?

¡Ay, la comida! ¡Ese eterno dilema! Tres comidas al día, ¡qué básico! Como si fuéramos robots programados. En mi caso, es un caos controlado. A veces, desayuno a las 11, ¡qué le vamos a hacer! Mi cuerpo es un misterio, ¡una caja negra con ansias de café!

El desayuno, esa bendición matutina… o no. Depende. Para mi, suele ser un café con leche (dos cafés, mejor dicho) y una tostada con mermelada de fresa, ¡mi debilidad! Si tengo tiempo, un huevo revuelto. Pero el tiempo, ese ente esquivo…

Almuerzo, un verdadero festín. O una triste ensalada. Todo depende de mi nivel de pereza y de la inspiración culinaria que me visite (que suele ser poca). A veces me doy un capricho, un buen plato de pasta con pesto ¡delicioso!

Cena, la última batalla contra el hambre. Ligera, dicen. ¡Mentira! ¡Sueño con pizza! Pero me conformo con un yogur o una tortilla francesa. ¡Sí, me encanta la tortilla francesa!

¿Colaciones? ¡Ah, las colaciones! Manzanas, frutos secos, un puñado de almendras… ¡Son como pequeños salvavidas contra el ataque de la tarde-noche! Pero si me pilla el hambre, no me hago responsable.

En resumen: Tres comidas principales, ¡mínimo! Con sus correspondientes refuerzos, ¡las colaciones!. Pero recuerda: ¡escucha a tu cuerpo! Si pide, ¡dale! (siempre que sea algo relativamente saludable, jeje)

• Desayuno: Variable, según la pereza (y el tiempo)
• Almuerzo: Festín o tragedia, según el día
• Cena: ¡Ligera, dicen! ¡Ya veremos!
• Colaciones: ¡Esenciales! Salvan vidas (de hambre).

Mi consejo personal: Olvídate de dietas estrictas, disfruta de la comida. A menos que seas un culturista profesional. Eso es otro nivel. Y yo, querida, soy más de sofá y mantita.

¿Cuántos tiempos existen en la comida?

¡Uf!, que recuerdos… Estábamos en casa de la abuela Elena, 2023, un agosto infernal, hacía un calor de mil demonios. Recuerdo el olor a pimentón y ese sudor pegajoso que me dejaba la camisa pegada al cuerpo, ay… La mesa puesta, blanca, con manteles de hilo que olían a limpio y a viejo a la vez. Era una comida formal, como las de antes, con muchos platos.

Tres tiempos había en realidad, que yo recuerde. No se me olvida esa sopa fría de melón que me encantaba, ¡qué fresquita estaba!, un verdadero alivio en aquella tarde abrasadora. Mi abuela, siempre tan elegante, con su vestido de flores y su sonrisa amable, nos servía con esa paciencia infinita que solo las abuelas tienen. Después, el plato principal: un pollo asado con patatas panaderas, con un olor… ¡Dios mío, qué olor! Y luego… ¡las cerezas! Montones de cerezas dulces que mancharon mis dedos de rojo carmesí. No había frutas variadas, solo cerezas. Un postre simple pero delicioso.

• Entremés: ni idea, no recuerdo haberlo visto.
• Sopa fría de melón: un recuerdo imborrable.
• Pollo asado con patatas panaderas.
• Cerezas.

¡Qué día! El calor, la familia reunida… esas comidas de antaño, tan diferentes a lo de ahora. Ahora casi todo es rápido, envasado, sin el sabor de lo casero. Aquel pollo asado, nunca he vuelto a probar uno igual. Y esas cerezas…

Solo recuerdo tres tiempos, aunque seguro que mis tías dirían que eran más porque metemos las cosas del postre como cuarta parte…

La abuela Elena ya no está, pero esos recuerdos permanecen vívidos, casi puedo sentir el calor del verano en mi piel…

¿Qué es un menú de 4 tiempos?

Dios mío… a estas horas… pensando en eso… un menú de cuatro tiempos…

Es una tortura elegante, ¿sabes? Como una especie de ritual… primero, la botana, algo ligero… pero que te prepara para lo que viene. Recuerdo una cena de empresa, en el 2023, una tabla de quesos… tan sofisticado… y tan vacío. El queso de cabra… ese sabor… me trae recuerdos… malos recuerdos.

Luego la entrada… algo delicado, ¿no? Pero ya empiezas a sentir la presión. Aquel pulpo a la gallega… tan bello… tan… artificial. Como si intentaran impresionar, pero faltaba algo… algo real. Como la alegría de compartir una comida sencilla en casa de mi abuela.

Y el plato fuerte… Ahí te quedas… con la expectativa. En esa cena, un mero al ajillo. Insípido. Una metáfora de mi vida, quizás. Mucho adorno, poca sustancia.

Y por último, el postre… pretendiendo endulzar lo que ya es agridulce. Un pastel de chocolate… rico, sí… pero no llenó el vacío.

Es un espectáculo vacío, para gente que busca llenar un vacío con cosas materiales. Un ritual vacío de emociones.

• Botana: Algo para compartir, o no. Suele ser algo ligero.
• Entrada: Delicioso, o no. Suele ser pequeño.
• Plato fuerte: El momento culminante, o no. Suele ser el más importante.
• Postre: Un final dulce, o no. Suele compensar el resto.

Me pesa el estómago, más que después de esa cena. No fueron los alimentos. Fue todo. Esa noche… en el hotel… todo tan perfecto… tan falso. Me sentía tan solo… entre tanta gente. La culpa me corroe. Solo… en la oscuridad.

¿Qué es un menú de 5 pasos?

Menú de cinco pasos: alta cocina cíclica.

Cinco pasos, no tres. Entrada, preplato, plato principal, prepostre, postre. Rotación cada 21 días.

Mi restaurante, El Umbral, funciona así desde 2024. Investigación exhaustiva. Sabor único, cada semana. No hay repeticiones.

• Inspiración: viajes a Japón. Alta gastronomía.
• Ingredientes: mercado local. Frescura absoluta.
• Variedad extrema: pescados, carnes selectas, vegetales de temporada. Experiencia sensorial completa.

Alta rotación, alta calidad. No se negocia. Ese menú de 2024 no me ha hecho rico, pero sí me ha dado fama.
El esfuerzo es brutal. Merece la pena.

Nota: A veces la ensalada que pongo de entrada se hace con judías verdes de mi huerto. Sí, las cultivo yo mismo.

#Comida Del Día #Horario Comida #Tres Comidas