¿Cuál es el mejor vino tinto para beber por motivos de salud?

¿El mejor vino tinto para la salud? Ay, qué pregunta tan compleja, ¿verdad? Como si la vida misma no fuera ya suficientemente complicada como para tener que elegir entre un buen Merlot y… ¡la salud! Bromas aparte, llevo años dándole vueltas a esto. Verás, mi abuela, que Dios la tenga en su gloria, siempre decía que un poquito de vino al día… ¡alegraba el corazón! Y, ¿sabes?, creo que tenía razón, en parte. Claro, sin pasarse, ¿eh?

El Pinot Noir, me dicen, es el rey. Suena elegante, ¿no? Como un título nobiliario para vinos. Resulta que es rico en resveratrol, una palabreja que suena a magia y, según he leído (y oído comentar a mi médico, que también le gusta un buen tinto de vez en cuando), es un antioxidante buenísimo. ¡Un súper héroe microscópico luchando contra los radicales libres! Me encanta esa idea. Además, dicen que tiene menos calorías y taninos que otros, menos riesgo de acidez… que, a mi edad, empieza a ser un tema. Recuerdo una vez, después de una copa (o dos…) de un tinto demasiado potente, ¡qué acidez de estómago me entró! Fue horrible.

Así que sí, el Pinot Noir suena prometedor. Pero, ¿es realmente el mejor? No lo sé. Supongo que depende de cada persona, de los gustos, de lo que el cuerpo te pida. Lo que sí sé es que, sea cual sea la elección, hay que disfrutar de la copa con moderación, con amigos, con buena compañía, que eso… eso sí que es bueno para la salud, ¡sin duda alguna! Y ya sabes, siempre con responsabilidad. Un estudio decía algo de… ay, creo que eran… unos 200 ml al día o algo así… pero no me hagas mucho caso con las cifras, ¿vale? Que la memoria falla, y eso también es parte del envejecimiento. ¡Salud!