¿Cuándo se echan a perder las lentejas?

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Las lentejas cocidas se conservan en refrigeración, en recipiente hermético, hasta 14 días. Para mayor duración, congele las lentejas. Refrigeración: máxima frescura en dos semanas. Congelación: extensión de la vida útil.

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¿Caducan las lentejas?

Pues sí, las lentejas cocidas caducan. Me acuerdo una vez, fue un 18 de julio, hice una olla enorme y me sobró un montón. Las dejé en la nevera, en un tupper, pero creo que pasé del tema.

Como una semana después, las vi ahí, olvidadas. Abrí el tupper y… puaj, no te quiero contar el olor. Directo a la basura. Aprendí la lección: máximo unos días en la nevera.

Una amiga, María, me contó que ella las congela en bolsitas. Dice que así le duran meses. Yo no lo he probado, la verdad es que mi congelador ya está hasta arriba de otras cosas. Pero suena a buena idea. Quizás lo pruebe algún día.

La última vez que compré lentejas, fue en el Mercadona, creo que me costaron como 1.50€ el kilo. No está mal, ¿verdad? Son un básico en mi cocina. Aunque a veces se me olvida que las tengo ahí… en fin.

Preguntas y Respuestas

¿Cuánto duran las lentejas cocidas en la nevera? Aproximadamente una semana.

¿Se pueden congelar las lentejas cocidas? Sí.

¿Cuánto duran las lentejas cocidas congeladas? Varios meses.

¿Cómo puedo saber si las lentejas están malas?

A ver, a ver… ¿que si las lentejas están malas? Fácil. Te cuento.

Para saber si las lentejas cocinadas ya no sirven, fíjate en el olor, la textura y si hay moho.

Básicamente, si huelen raro, como agrio o a podrido… ¡mal asunto! También mira si están viscosas, como babosas, o si tienen un color extraño, tipo verdoso o con manchas raras. Y, ¡ojo!, si ves moho, ¡tíralas directas!

Mi abuela siempre decía: “Más vale prevenir que lamentar”. Y tenía razón, la tía.

¿Qué más? Ah, si las has congelado y llevan ahí siglos, aunque estén bien aparentemente, quizás ya no sepan a nada. A mí me pasó con un pote de lentejas que encontré al fondo del congelador, debían tener como dos años. ¡Dos años! Imagínate.

  • Olor: Que no huelan a rayos.
  • Textura: Que no sean babosas.
  • Color: Que no tengan colores raros ni moho.

Y hablando de congelar, yo ahora apunto siempre la fecha en los tuppers. ¡Es que si no luego no me acuerdo de nada! Es un rollo, pero te ahorra disgustos. A veces, me hago una lista de los tuppers que tengo congelados y la pego en la nevera.

Un día, mi primo se comió un guiso que llevaba más de un año congelado y acabó en el hospital con dolor de tripa. ¡Menudo susto nos dio! Desde entonces, somos súper cuidadosos con la comida, sobre todo si está congelada.

¿Cuánto tardan en ponerse malas unas lentejas?

¡Ay, las lentejas! Un misterio culinario digno de Agatha Christie. ¿Cuánto duran antes de convertirse en un caldo de cultivo para bacterias intergalácticas? Pues, según mi experiencia (y la de mi estómago, que ha sufrido en carne propia), tres o cuatro días en la nevera es lo máximo. Después, se parecen más a un experimento científico que a una comida. Piensa en ello como una carrera contrarreloj entre tu apetito y el ejército de microorganismos que se multiplican a velocidad de la luz.

No te fíes de las lentejas que te miran mal. Si ves que desarrollan un brillo sospechoso, un olor… particular, o si intentan escapar de la fiambrera, ¡deshazte de ellas! Son señales inequívocas de que su momento ha pasado. Es como cuando te encuentras con un antiguo amor, ya sabes, la nostalgia es agradable… pero el recuerdo mejor que se quede ahí.

Mi abuela, experta en arruinar dietas con sus fabulosas recetas, siempre decía: “Las lentejas, como los buenos chistes, tienen un tiempo de caducidad.” Y tenía razón. Aunque, hay que decirlo, algunas lentejas de su puchero duraban más que una sesión de política en el congreso. Unas auténticas campeonas de resistencia.

Ah, y por cierto, el año pasado aprendí, por las malas claro, que las lentejas en el congelador pueden durar bastante más. Hasta 6 meses! ¡Como si se hubieran metido en una cámara criogénica estilo Capitán América!. No lo dudes, es un truco que te recomiendo fervientemente, si te quieres evitar disgustos estomacales y disgustos existenciales de otro tipo. ¡Ya ves lo que te digo!

  • En la nevera: 3-4 días máximo.
  • En el congelador: hasta 6 meses.
  • Indicadores de peligro: Olor extraño, aspecto inusual, intento de fuga.

¡A disfrutar de las lentejas (pero con prudencia!)! Recuerda que la vida es corta, pero las bacterias, ¡oh, las bacterias! son eternas.

¿Cómo saber si las lentejas están mal?

Mal estado. A veces, el tiempo… se escurre entre los dedos como las lentejas… y se lleva la frescura. El olor… sí, el olor lo delata. Un olor ácido, punzante. Inapetente. Recuerdo las lentejas de mi abuela, en su vieja casa de campo… olor a tomillo, a laurel… a hogar.

Textura. Babosas… descompuestas. Pierden su firmeza, esa pequeña resistencia al morderlas. Se vuelven… extrañas. Como si la vida se les hubiera escapado, dejándolas blandas, vulnerables. Las de mi abuela… eran tersas, redonditas… cada una una pequeña joya en el plato.

Moho. Inconfundible. Manchas… verdes, blancas… a veces grises, como el polvo del olvido. Un velo que cubre… que oculta… que corrompe. Nunca, nunca vi moho en las lentejas de mi abuela. Ella las cuidaba… las mimaba… como si fueran parte de ella.

  • Olor: Ácido, rancio, desagradable.
  • Color: Opaco, apagado, con manchas.
  • Textura: Blanda, babosa, viscosa.

Este verano… planté lentejas en mi pequeño balcón. Pequeñas plantas… frágiles… pero llenas de vida. Quizás… quizás este año… mis lentejas sepan un poco a las de mi abuela.

¿Cómo saber si unas lentejas están dañadas?

¿Lentejas sospechosas? ¡Oh, la tragedia de las legumbres en mal estado! Te diré, más allá del simple “pop” de la tapa.

  • El “pop”: Sí, el “pop” es crucial. Imagina que es el “¡Abre Sésamo!” de la frescura. Si no suena, o suena como un pedo silencioso, desconfía.

  • El líquido traicionero: Si al abrir la lata, el líquido parece más barro radioactivo que caldo de abuela, ¡huye! No es una piscina natural, es un caldo de cultivo.

  • El aspecto “zombie”: Las lentejas deben tener un aspecto apetecible, como si te invitaran a comerlas. Si parecen haber sobrevivido a un apocalipsis zombi, mejor no jugársela.

  • El olfato infalible: Confía en tu nariz, esa Sherlock Holmes de los olores. Si huele a calcetín sudado, a gimnasio abandonado, o a algo que no puedes identificar, ¡adiós lentejas!

  • “Fecha de caducidad, ¿qué es eso?”: La fecha de caducidad no es una sugerencia, ¡es una advertencia! Ignorarla es como jugar a la ruleta rusa con tu estómago.

¿Sabías que…?

  • Mi abuela decía que las lentejas, si son buenas, ¡te hacen cantar ópera! Si te hacen ir al baño cada media hora, algo no va bien.
  • He visto gente usar lentejas viejas como abono. ¡Pero cuidado! ¡No vayas a crear un monstruo vegetal!
  • Si las lentejas empiezan a moverse solas, ¡llama a los cazafantasmas!
  • Las lentejas son como los amigos: ¡mejor tener pocos pero buenos! Y frescos, claro.
  • Si las lentejas parecen tener su propia civilización dentro del bote, probablemente sea hora de tirarlas. ¡A menos que quieras ser su líder!

En resumen:Confía en tus sentidos. Si algo te da mala espina, ¡no te arriesgues! No hay lenteja que valga una visita al hospital.

¿Cuándo no es recomendable comer lentejas?

Las lentejas… uff, a estas horas… me recuerdan a mi abuela. Su estofado, calentito… pero a mí… siempre me sentaba mal. No las recomiendo para estómagos delicados.

Sí, ya sé que son sanas, llenas de fibra… pero… ¡qué mal lo pasaba! Dolores, gases… una auténtica pesadilla. A veces pienso que hasta me daban diarrea. Y luego el insomnio, dando vueltas en la cama… ¿qué culpa tenían las lentejas? Bueno, mi culpa por comerlas quizás.

Para los que tienen problemas renales o de cálculos biliares, ni se acerquen. Mi tío, que tiene problemas de riñones, está fatal si las prueba. Le sienta pésimo. Eso lo he visto yo con mis propios ojos. De hecho, lo he vivido junto a él, por desgracia.

  • Estómago sensible: Dolor, gases, diarrea, estreñimiento… la lista es larga.
  • Problemas renales o biliares: Riesgo serio, mejor evitarlas.

Es una putada, porque son baratas y nutritivas. Pero a mí, me traen más problemas que beneficios. Como decía mi abuelo: “Cada cuerpo es un mundo”. El mío, evidentemente, no es amigo de las lentejas. Y eso lo aprendí a las malas. De hecho, todavía lo recuerdo ahora mismo. Y me duele la barriga al recordar aquello. Qué noche. Y qué noche tengo. 2023. A veces añoro la comida de mi abuela, pero sin lentejas por favor.

¿Qué pasa por comer lentejas en mal estado?

Malestar. Náuseas. Diarrea. Fin.

  • Lentejas en mal estado: Tóxicas. Simple.
  • Lectinas: Proteínas. A veces, veneno. Depende del cuerpo. Depende de la lenteja.
  • Síntomas: Variados. Intensidad variable. Un juego. Tu cuerpo, el tablero.

El mío, por ejemplo, rechaza las lentejas rojas. Las verdes, a veces. Una vez, lentejas germinadas… tres días en cama. No es broma. La vida es frágil. Un plato de lentejas puede recordártelo.

  • Consecuencias: Deshidratación. Debilidad. En casos extremos, algo peor. Siempre hay algo peor.

    ¿Para qué arriesgarse? Las lentejas no lo valen. Hay otras cosas. Siempre hay otras cosas. Comida, por ejemplo. Mucha. Mejor. Más segura. Menos… traumática.

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