¿Cuando un producto tiene mucha grasa?

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Un producto es alto en grasa si contiene 15 gramos o más por cada 100 gramos; se considera bajo en grasa si aporta 3 gramos o menos. Respecto a las grasas saturadas, un alto contenido se define como 5 gramos o más por cada 100 gramos.

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Descifrando las etiquetas: ¿Cuándo un producto es realmente “graso”?

Navegar por las etiquetas de los alimentos puede ser un desafío, especialmente cuando se trata de entender el contenido de grasa. A simple vista, la palabra “grasa” puede generar alarma, pero la realidad es más matizada. No toda la grasa es igual, y la cantidad que consideramos “alta” o “baja” se define con criterios específicos. Entender estos criterios es clave para realizar elecciones alimentarias informadas y cuidar nuestra salud.

Este artículo aclara cuándo un producto se considera alto o bajo en grasa, y hace hincapié en la importancia de distinguir entre la grasa total y las grasas saturadas.

Grasa total: La imagen completa

La grasa total representa la suma de todos los tipos de grasa presentes en un alimento: saturadas, insaturadas (monoinsaturadas y poliinsaturadas) y trans. Para determinar si un producto es alto o bajo en grasa total, debemos fijarnos en la cantidad por cada 100 gramos. Según las regulaciones internacionales y las recomendaciones de salud, se considera que:

  • Alto en grasa: Un producto es considerado alto en grasa si contiene 15 gramos o más de grasa total por cada 100 gramos. Esto significa que más de un tercio del peso del producto proviene de grasas.

  • Bajo en grasa: Un producto se considera bajo en grasa si aporta 3 gramos o menos de grasa total por cada 100 gramos.

Es importante recordar que estos son rangos generales, y las recomendaciones específicas pueden variar según las directrices de salud de cada país.

Grasas saturadas: El detalle crucial

Si bien la grasa total nos da una visión general, la clave para una alimentación saludable radica en prestar especial atención a las grasas saturadas. Estas grasas, presentes en alimentos de origen animal como la carne roja, los lácteos enteros y algunos aceites vegetales, se asocian con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Para las grasas saturadas, los límites son más estrictos:

  • Alto en grasas saturadas: Un producto se considera alto en grasas saturadas si contiene 5 gramos o más de grasas saturadas por cada 100 gramos.

  • Bajo en grasas saturadas: Por el contrario, un alimento bajo en grasas saturadas contendrá menos de 1.5 gramos por cada 100 gramos. (Nota: Algunos organismos utilizan este valor menor en lugar de 3 gramos para “bajo en grasas saturadas”).

Más allá de los números: El contexto es clave

Si bien los números son importantes, no debemos olvidar el contexto. Una porción pequeña de un alimento alto en grasa puede ser menos problemática que una gran porción de un alimento con un contenido de grasa moderado. Leer la información nutricional completa, incluyendo el tamaño de la porción, es fundamental para una interpretación adecuada. Además, la calidad de la grasa también importa; las grasas insaturadas, presentes en el aceite de oliva o los frutos secos, son más saludables que las saturadas o las trans.

En resumen, entender las etiquetas nutricionales y los criterios para determinar el contenido de grasa es crucial para una alimentación consciente y saludable. Prestar atención tanto a la grasa total como, sobre todo, a las grasas saturadas, nos permitirá tomar decisiones más informadas y cuidar de nuestro bienestar a largo plazo.

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